Consumo problemático en jóvenes

Dr. Horacio Córdoba: "Amar también es poner un límite"

La problemática ha ido aumentando con el pasar de los años y una de las soluciones para combatirla es comenzar a prestar más atención a los jóvenes.

  • 18/11/2022 • 10:01
Dr. Horacio Córdoba, pediatra titular del Colegio Médico de Santa Cruz.
Dr. Horacio Córdoba, pediatra titular del Colegio Médico de Santa Cruz.

En los últimos años, el consumo problemático en jóvenes se ha vuelto una realidad compleja no sólo en la provincia de Santa Cruz, sino en todo el país. Según explican los profesionales, una de las causas principales por las cuales los jóvenes deciden volcarse a estas prácticas son los “problemas personales” al igual que la falta de atención por parte de los adultos. Lo que más suele consumirse son drogas legales tales como las bebidas alcóholicas –en primer lugar- y luego medicamentos sin recetas al igual que tabaco y, entre las drogas ilegales, las más comunes suelen ser la marihuana, la cocaína y las pastillas. 

“Este es uno de los problemas que fue aumentando exponencialmente en los últimos años. Llama muchísimo la atención la cantidad de niños que deberían estar jugando, en recreación o deportes y desafortunadamente estamos viendo que hay un gran aumento de todo tipo de sustancias. Sumado a eso un poco la dependencia a los celulares con todo este tipo de tecnologías, lo cual ha generado todo tipo de trastornos. Una de las cosas que más me llamó la atención fue el consumo de esta “famosa” torta o budín de marihuana. Lo asumen como un alimento, pero no deja de venir con marihuana. No es un tema que hay que taparlo, hay que asumir que tenemos un problema como sociedad. No es sólo con los adolescentes, hoy en día hay niños que ya tienen esa situación.” explicó al programa de radio La Parada, el cual se emite por Tiempo FM 97.5, el pediatra titular del Colegio Médico de Santa Cruz, Dr. Horacio Córdoba.

 

Córdoba considera que la problemática no sólo se limita a la adicción en si, sino que también el consumo trae arraigado una serie de consecuencias tales como trastornos depresivos o bipolares: “Uno debe hablar claro de las adicciones y a veces las complejizan. Esto es para la sociedad en común, para que el padre entienda y ponga más el ojo sobre sus hijos y sepamos cómo controlar a estos niños. Hay que entender que la dependencia no es solamente “fumarse un porrito” o comer alguna cosa, sino lo que trae aparejado como el trastorno.” agregó.

“Tenemos las (drogas) sociales –mal llamadas sociales- como las bebidas alcohólicas, y ese es un tema puntual. Es un problema en nuestra ciudad el abuso de alcohol en los niños en las “previas” –y hablo de niños porque son niños todavía de 13 o 14 años- y vemos un gran aumento en el consumo. Las bebidas energizantes son un gran problema también, ya que suponen que su ingesta los va a mantener más despiertos para poder estudiar. Por un lado te genera una excitación para mantenerte en vigilia pero también posee una cafeína que te genera secuelas a corto plazo, del tipo circulatorio cardíaco. Las sustancias siempre traen aparejadas un trastorno físico.” enfatizó.

El profesional expresó que, una o dos veces por semana, suele recibir en su consultorio a jóvenes que consumieron “anfetaminas o barbitúricos que los suman con el alcohol. Antes lo veíamos en adultos-jóvenes y hoy lo vemos en adolescentes de 13-14 años. Me parece que, como sociedad, tenemos que hacer algo.”

 

 

Córdoba considera que uno de los detonantes ante la problemática del consumo es la constante exposición a materiales gráficos que se encuentran en internet: “Yo entro al consultorio y están todos con la cabeza gacha y cuando nos excedemos no nos damos cuenta de que nos estamos privando de un montón de otras cosas. Lo importante es salir, correr y caminar junto con los chicos. La tecnología en exceso perjudica, y nosotros lo asumimos como algo normal”, expresó.

El profesional recomienda que una de las formas para poder prevenir el consumo problemático en los jóvenes es el “empezar a poner límites. Amar también es poner un límite. Tenemos que ponernos horarios y reorganizarnos como familia y por ende como sociedad, y eso tiene que venir aparejado no solamente hacia la tecnología sino también al consumo desde lo social –como el alcohol y el cigarrillo-. Me parece que tenemos que empezar, entre todos, a ver como nos ayudamos. Pero que es un problema, es un problema. Hay que tratar de ponerlo en el tapete y hablarlo.” finalizó.