Argentinidad

Día de la escarapela y Semana de Mayo: interrogantes históricos y nuevas miradas

En el marco del Día de la Escarapela y la Semana de Mayo, el docente e investigador Lucas Rebagliati analizó el contexto histórico de estos símbolos y recomendó lecturas para comprender el proceso revolucionario. También abordó los motivos que llevan a los jóvenes a elegir la carrera de historia.

  • 19/05/2025 • 16:28

Este 18 de mayo, en el marco de la Semana de Mayo y el Día de la Escarapela, el historiador Lucas Rebagliati, docente de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET, reflexionó sobre el origen de estos símbolos patrios, los personajes invisibilizados del proceso revolucionario y la vocación por estudiar historia en las nuevas generaciones universitarias.

En diálogo con el programa La Sobremesa que se emite por Tiempo FM 97.5, Rebagliati expresó que "el Día de la Escarapela dispara muchos interrogantes. Lo primero a señalar es que estas fechas se conmemoran porque Manuel Belgrano estaba interesado en crear símbolos que distinguieran a las tropas patriotas de las realistas, viéndose así que en la guerra de la independencia había dos ejércitos que peleaban en nombre del mismo rey, Fernando VII. Esto es llamado por algunos historiadores como una verdadera guerra civil", explicó.

Profundizando sobre esa complejidad, sostuvo que "si bien había una dominación colonial, no había un ejército invasor, sino que muchas veces los ejércitos que se enfrentaban no se distinguían entre sí, como yo dije recién, peleaban en nombre de un mismo rey, que era Fernando VII, y esto obligaba a ir delimitando un poco mejor los bandos que estaban en disputa", desarrolló.

Rebagliati también se refirió a la invisibilización de miles de protagonistas anónimos del proceso emancipador: "había miles de soldados que cruzaron con él que seguramente no venían de una familia distinguida, probablemente no sabían leer y escribir, entonces no escribieron memorias, no escribieron autobiografías porque pertenecían a las clases populares o a sectores plebeyos. Por ejemplo, muchos esclavos combatieron en las tropas revolucionarias y esas personas perdieron su vida. Como no han quedado muchos rastros en los archivos no tienen el nombre de una calle y a su vez porque no ocupaban una posición de liderazgo ni en los ejércitos ni en los gobiernos revolucionarios. Pero lo cierto es que se trata de personas que sin ellas no hubiera sido posible la revolución", planteó.

Sobre la elección de la carrera de historia por parte de muchos estudiantes universitarios, el historiador explicó que "yo disfruto mucho leyendo antropólogos o sociólogos y siento que me sirven para mi labor de historiador y, en definitiva, todos los que deciden estudiar historia está claro que conocen cuál es la salida laboral, que pueden ser investigadores, que pueden ser docentes. Hay gente que le gusta dar clases y tienen una inquietud por entender a las sociedades, y en ese buscar respuestas creen que la historia tiene algunas respuestas para entender el presente y yo creo que esa es la motivación fundamental de muchas de las nuevas generaciones que eligen estudiar historia", argumentó.

Finalmente, recomendó dos libros para comprender mejor el período revolucionario: "Viva el Bajo Pueblo de Gabriel Di Meglio, intenta reponer las prácticas y la acción del pueblo y de las clases populares en este proceso, no es una visión desde abajo que se centra en los líderes, sino en sectores sociales más amplios. También recientemente ha salido un libro que me parece fantástico, que es 1810, de la colección Años Cruciales de la Universidad General Sarmiento, y su autor es Fabio Wasserman", concluyó.