Supresión de identidad

Denunció que fue robado y vendido cuando nació: busca a su madre biológica

Martín Alzaga tiene 48 años y en 2005 descubrió que fue apropiado de manera ilegítima. El año pasado, la Justicia civil falló a su favor al solicitar una impugnación de paternidad y ahora hizo una presentación en el fuero federal por supresión de identidad. 

  • 28/08/2022 • 14:25

"Si no sabemos de dónde venimos, no sabemos quiénes somos".

Esa reflexión la dejó Martín Eliseo Alzaga, hacia el final de una charla que mantuvo con El Sol, un hombre que a sus 48 años se encuentra en una permanente lucha para conocer su verdadera identidad.

Hace poco más de un año, su nombre era otro: Martín Santiago Bizzotto. Así fue bautizado por el matrimonio que, a lo largo de 31 años, creyó que eran sus padres biológicos.

En marzo de 2021, solicitó una impugnación de paternidad ante la Justicia Civil. Un examen de ADN descartó que la pareja que lo había criado fueran sus progenitores y el Tercer Juzgado de Familia de Maipú falló a su favor.

Después de eso, decidió denunciar a la pareja ante la Justicia federal por supresión de identidad. En la presentación que realizó en los Tribunales de calle España, también señaló a otros familiares del matrimonio.

Alzaga sostiene que jamás fue adoptado de manera legal, sino que lo sustrajeron cuando era un recién nacido y fue vendido a quienes se hicieron pasar por sus progenitores durante décadas.

Fueron una serie de frases en tono despectivo que recibió por parte de integrantes de la familia, lo que despertó la curiosidad acerca de su propio origen.

"A vos te levantaron de un tacho de basura" y "sos un enano mogólico adoptado", son los dos insultos que más quedaron rondando en la cabeza de Martín. Pero hubo muchos más.

Pero esos sentimientos de angustia y dolor que le pudieron generar, se transformaron en incertidumbre por saber si los gritos eran sólo una manera de humillarlo o también escondían alguna certeza.

Alzaga enfrentó a sus supuestos padres y les exigió la verdad. Con desgano, le confirmaron lo que tanto había sospechado ese último tiempo: era adoptado. Pero se trataba de una confesión a medias, ya que no le respondieron muchas más preguntas, según contó Martín.

Así, comenzó a revolver en su pasado y lo hizo de manera literal: buscando en un antiguo secreter que estaba en su habitación, encontró un recibo del Sanatorio Regional de Luján de Cuyo. El papel tenía la fecha de su nacimiento "24 de julio de 1974" y daba cuenta de un pago de 1.200 pesos que había realizado su padre por un parto.

Esa prueba a la que llegó, le permitió ir armando de a poco el rompecabezas sobre el inicio de su vida. Sabía en qué lugar había nacido, pero le faltaba descubrir quién era la mujer que lo había traído al mundo. Y encontrar esa respuesta se convirtió en su principal objetivo de ahí en más.

En medio de su búsqueda, el fallo civil que lo desligó de sus padres adoptivos le permitió elegir su nombre. Si bien mantuvo el primero de pila, reveló que seleccionó su nuevo apellido en honor a Martín de Álzaga, un comerciante y político español que fue uno de los héroes de las invasiones inglesas y cuyos restos descansan en el cementerio de La Recoleta.

Aunque luego se iba a arrepentir un poco de haber elegido ese apellido, porque descubrió que ese ex alcalde del Buenos Aires que era capital del Virreinato del Río de la Plata, no sólo conspiró en contra de la Revolución de Mayo, sino que también participó activamente del tráfico de esclavos.

Justamente, se siente aludido por esa situación de una persona a la que pone un valor monetario y se la vende como si fuese un producto: "Desde el momento en que te comercializan te transformas en un objeto", refirió.

Martín asegura que el robo de bebés es más común de lo que parece y más aún durante la época en que nació. "Los militares (de la última dictadura cívico-militar argentina) sólo tomaron la idea y la sistematizaron, pero ya se hacía desde antes", explicó.

Alzaga intentó por todos los medios que tiene a su disposición conocer más datos sobre su nacimiento. Insistiendo con sus padres de crianza, llegó al dato de que hubo un médico que facilitó su entrega al matrimonio.

Con esa información se dirigió al Sanatorio Regional y pidió información, pero en el nosocomio le dijeron que no contaban con ningún archivo de esos años, ya que existe una disposición que les permite deshacerse de los expedientes que tienen más de 10 años de antigüedad.

Su intención era conocer el nombre del partero y las enfermeras que asistieron a su madre biológica, así llegar a ellos y obtener alguna respuesta. Pero no hubo caso.

Pero, durante esa suerte de investigación propia que viene llevando adelante, se encontró con varias historias similares a la suya. Lo que le llamó la atención, es que todos mencionan a la misma clínica como su lugar de nacimiento.

Pese a eso, ninguna de las personas que le relataron que también fueron apropiadas de manera ilícita tienen intenciones de recurrir a la Justicia: "Hay mucho temor a denunciar. La moral de sus familias les dice que no lo deben hacer", consideró.

El respeto y la herencia perdida

Al ser consultado sobre el tiempo que pasó entre que descubrió que había sido apropiado ilegítimamente y la denuncia que radicó en la Justicia federal, Alzaga explicó que tenía un gran cariño por quien creía que era su abuelo materno.

"Era una gran persona con la que compartí muchas charlas sobre la vida", señaló. Fue el respeto hacia su abuelo adoptivo el que lo llevó a esperar el momento justo para judicializar el caso.

Martín explicó que no deseaba que el padre de su madre adoptiva viviera sus últimos años de vida preocupado por esa situación. Después de su fallecimiento, en 2016, a una hija del anciano le detectaron cáncer, motivo por el que tardó unos años más en hacer la presentación en los Tribunales federales.

Actualmente, el expediente (4370/21) se encuentra en el Juzgado Federal Nº 1, que está a cargo de Walter Bento, pero está prácticamente congelado y no ha tenido novedades sobre la investigación.

Debido a la situación en la que se encuentra el magistrado interviniente -imputado en una megacausa por el cobro de coimas a detenidos-, no descarta solicitar que pase a otro juzgado.

Entre las pruebas que presentó Alzaga se encuentran su acta de nacimiento, el recibo del pago del parto en el Sanatorio Regional y el fallo a su favor en la Justicia Civil.

Alzaga contó que, en ocasiones, sus allegados lo cuestionan por haberse desligado de su familia adoptiva, ya que perdió la herencia del matrimonio que lo crío, quienes a lo largo del tiempo fueron dueños de bodegas, un corralón, un supermercado y actualmente una panificadora.

Pero siempre responde que lo único que le importa es llegar a la verdad: "Terminaría siendo una basura por priorizar algo económico. No voy a priorizar eso sobre mi identidad".

Y agregó que todo hubiese sido diferente si el matrimonio que lo crió lo hubiese adoptado de manera legítima: "Ellos dicen que lo hicieron por un acto de amor, porque había una persona que no me quería tener. Pero no podés hablar de amor si me trataste como mercancía", sentenció. (El Sol)