Celulares sí o no en las aulas, el debate que viene

En las escuelas primarias y los jardines de infantes de la Ciudad de Buenos Aires, los estudiantes no pueden usar celulares durante las clases ni en los recreos. En las secundarias, los teléfonos deben estar guardados durante las horas de clase “excepto en las actividades pedagógicas planificadas”. Así lo establece el Ministerio de Educación de CABA en una resolución que presentó este jueves el jefe de Gobierno, Jorge Macri.

Con las nuevas tecnologías, el debate llegó a Santa Cruz, pero abre un nuevo abanico de temáticas: qué pasa con la inteligencia artificial y la cuestión lúdica. ¿Se debe actualizar el sistema? Sobre estos temas, el vocal por los docentes ante el Consejo Provincial de Educación, Pedro Cormack, fue entrevistado por el programa La Parada, que se emite en Tiempo FM 97.5, analizando de esta manera la actualidad del sistema educativo.

“Hay muchos debates que ni siquiera se abrieron en la provincia, pero en otras ocasiones también. Hemos discutido el tema de los horarios, a qué hora duermen a qué hora se despiertan”, indicó en primer lugar Cormack.

Aclaró que de todas maneras, “no estamos inventando nada nuevo ni nada que este afuera de la exigencia propia. Pero lo del celular, creo que soy más de la idea subjetiva de incorporarla”. “Creo que la idea de prohibir va en contramano con el proceso de enseñanza y aprendizaje. Para incorporar hay que repensar la práctica docente, como pasa con la inteligencia artificial. Hay que adaptarse a situaciones y ver las formas y maneras para que su utilización sea propositivo”, argumentó el entrevistado.

En este sentido, remarcó que hay que analizar. “Lo rápido sería no usar celular, o decir que repitan todos. Ningún pedagogo serio dice que la repitencia es la salida del ciclo educativo. Pero hay que analizar estas cuestiones dentro del CPE, con los padres, docentes, alumnos”, insistió.

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En este orden continuó explicando que “creo que cada vez tenemos desafíos más importantes. La tecnología en muchos aspectos avanza de una manera que pone en jaque situaciones que tienen que ver con la práctica humana. Es importante la convalidación del conocimiento, docente y la pasión. La pasión es fundamental. Hay que encontrar algo que genere motivación al alumno”.

Remarcó incluso que “los lenguajes son diferentes hace 15 o 20 años atrás, no tenemos que poner una barrera, sino que eso se pueda sortear, aggionarse como se hizo en otro momento y a partir de eso, aspectos que pueden ayudar”.

Cormack remarcó que  hoy “ves que la tecnología que no es ajena al día a día, como tampoco lo es la parte lúdica, de lo cual tampoco se discute. Parece que la escuela es la que más tarea te da, pero es algo que pondría en discusión. Hay tareas y tareas. Hay cosas que desde mi punto de vista, ya, debería actualizarse. Porque sino marcan que el alumno exista o se aparezca determinado aburrimiento del colegio”.

El objetivo de la medida es “estimular la concentración” de los alumnos en las horas de clase y “promover la socialización” durante los recreos. La resolución fija un “piso” de restricciones y le encomienda a cada escuela la confección de un protocolo: las instituciones educativas pueden tomar medidas aún más estrictas que las planteadas por el gobierno, como la prohibición de uso también en secundaria. Desde el ministerio porteño reconocieron que hay escuelas que ya avanzaron en esta línea, y que la medida busca respaldar a las que aún no lo hicieron.