Argentina Campeona del Mundo

A un año de la tercera estrella, sigue la emoción

Este lunes 18 de diciembre, los argentinos estamos de aniversario. La Selección Nacional fue campeona del Mundial de Qatar 2022. Trajo a casa la tercera estrella, que llegó después de 36 años de sequía, poniendo a todo el país a festejar. En cada rincón de la nación hubo una fiesta y Río Gallegos, no fue la excepción. Los festejos coincidieron con el aniversario de esta capital, que ya estaba de celebración y aprovechó el envión para tirar la casa por la ventana. 

  • 18/12/2023 • 07:00
Foto 1 de 5

Todavía eriza la piel la emoción al recordar el último penal de Montiel frente al arquero francés. Ese tiro coronó una historia soñada que se hizo realidad en Qatar y que llegó de la mano de la Scallonetta de Leonel Messi. En cada casa, en el trabajo, en una reunión de amigos, podía sentirse la tensión de ese último partido, el último de un sufrido recorrido hacia la Copa.

El 18 de diciembre del 2022, la Albiceleste de Lionel Messi consiguió la gloria máxima tras el triunfo por penales ante Francia en el Lusail Stadium, luego de igualar 3-3 en los 120 minutos. Jugó un enorme partido hasta el descuento de Mbappé y no mereció sufrir. El haberse impuesto en la mejor final de la historia no hizo más que inyectarle épica a una conquista trabajada, sufrida, pero cargada de mística y muy buen fútbol. Se trata de la tercera estrella para la Selección y la primera en el torneo para el astro rosarino que, a los 35 años, logró su gran sueño, como Maradona en 1986.

El paso a paso hacia la gloria

Estamos recordando este 18 de diciembre, el día en el que el fútbol hizo justicia y le dio una de las más grandes alegrías a un pueblo futbolero. Lionel Messi tiene la foto que mereció toda su brillante carrera: con la casaca albiceleste y la Copa del Mundo en sus manos. La Selección se impuso 4-2 por penales ante Francia (tras igualar 3-3 en los 120 minutos) en el estadio Lusail y se consagró campeón del Mundial de Qatar 2022. A los 35 años, en el quinto intento del capitán (autor de dos goles; el restante de Di María), la racha se rompió.

Con las tribunas copadas por los colores celeste y blanco, con todos los rincones del país embanderados y embargados por la emoción, los dirigidos por Lionel Scaloni jugaron la definición con plena concentración y seriedad, al punto que los galos no patearon al arco en toda la primera etapa.

Con el acierto táctico del DT de colocar a Di María, una pesadilla, sobre Koundé, por la izquierda. Con De Paul empujando. Con Enzo Fernández manejando los tiempos. Con Messi disfrutando, ya despojado del peso de las tensiones que se evaporó tras ganar la Copa América 2021 en el Maracaná.

Difícilmente se haya visto mayor diferencia conceptual entre dos equipos en una final del mundo como la que se advirtió en el primer tiempo entre Argentina y Francia. Gracias a Messi, de penal, tras una infracción de Dembelé a Di María, y al propio Fideo, luego de una jugada colectiva de excelencia, la Selección tomó ventaja.

En la segunda parte, después del enorme desgaste del primer tiempo, llegó el tiempo de resistir. Pero sin la necesidad de que los 10 jugadores se sujetaran al travesaño rodeando a Dibu Martínez. Scaloni definió el ingreso de Acuña por Fideo para obturar caminos. De Paul con su manejo de los tiempos, haciendo lo que había que hacer en cada acción, más el manejo de Mac Allister y Fernández, más las perlitas de Messi, hasta supieron arrancarles algunos “ole” a las tribunas.

Pero el suspenso llegó con el penal de Otamendi a Kolo Muani. Dibu estuvo a centímetros de atajarle a Mbappé. Y, con el efecto Países Bajos, casi inmediatamente llegó el 2-2, también de Kiki, con una volea. Minuto 81. Y en el segundo tiempo del alargue parecía haber llegado el premio. Fue a los 108 minutos, luego del remate furioso de Lautaro Martínez que contuvo Lloris, y del rebote que tomó la Pulga, para volver a romper el score.

No obstante, otra vez se interpuso un obstáculo. Otro penal que Mbappé y el 3-3. Y en los penales llegó la gloria. Otra vez con Dibu como héroe, atajando el penal de Coman y poniendo nervioso a Tchouameni para que desviara el suyo.

Fue Gonzalo Montiel el héroe que puso el 4-2 decisivo.

Porque no fue un camino sencillo el de la Selección Argentina, tal como quedó comprobado en la final.

 

 

EL CAMINO A LA FINAL

 

Argentina debutó con derrota

El primer rival era Arabia Saudita, a priori, el más accesible del grupo en el que también estaban México y Polonia. El 22 de noviembre el Estadio Lusail, con capacidad para casi 89 mil personas, se vio invadido por una marea blanca y celeste, pero que en su mayoría estaba representada por fanáticos asiáticos que apoyaban a la Argentina pese a no hablar español. Eso, sumado a que los verdaderos hinchas de la Selección estaban dispersados por las tribunas, provocó que no se sintiera el aliento que se esperaba, sobre todo después del banderazo multitudinario que se había celebrado el día anterior.

La historia comenzó de la mejor manera para el campeón de América porque a los 8 minutos el árbitro cobró penal. El encargado de ejecutarlo fue Lionel Messi, que puso rápidamente en ventaja a la Albiceleste en lo que parecía ser el inicio de un sencillo trámite. Pero no.

El gran protagonista de esa primera mitad fue el fuera de juego. Fueron tres los goles anulados a la Argentina por posición adelantada, uno de La Pulga y dos de Lautaro Martínez, unos por aciertos del juez de línea y otro por la intervención de la tecnología. Esto provocó que el equipo se sumergiera en la frustración por no poder liquidar un juego que no parecía traer mayores problemas, hasta que en el segundo tiempo llegó lo impensado.

En una ráfaga de fútbol, Saleh Al-Shehri, con una corrida fantástica que dejó en el suelo a Cuti Romero, y Salem Al Dawsari, con un enganche en el área y tiro a colocar que se clavó en un ángulo, dieron vuelta el marcador y pusieron a Arabia Saudita 2-1 arriba. Entonces, Scaloni buscó reaccionar, entraron Julián Álvarez, Enzo Fernández, Lisandro Martínez y Nicolás Tagliafico, pero no hubo modificación posible que cambiara el destino: Argentina debutó con una derrota.

El shock fue total. El campeón de América, el conquistador de la Finalissima, el equipo invicto, el ejército de Messi, besó la lona en el primer round. Mientras Neymar, Mbappé y Cristiano Ronaldo arrancaron con goles y triunfos, La Pulga había recibido un duro golpe de arranque. Pocos lo sabían entonces, pero el golpe fue necesario.

 

México, sin margen de error

Scaloni pateó el tablero para el siguiente partido, debía enfrentar a México que venía de empatar sin goles contra Polonia (el resultado que más necesitaba Argentina si aún pretendía acabar primero en la zona). Una derrota nos eliminaba del torneo. Después de un cero a cero en el primer tiempo con pocas llegadas, parecía que la historia se repetía, hasta que Messi contestó la pregunta que todos sus detractores se hacían. “Where is Messi?” “Acá”.

A los 64 minutos, el Diez sacó un zurdazo bajo que se coló contra un palo del arco y desató la locura. El juego del equipo fluyó hasta que llegó el segundo gol, de Enzo Fernández.

 

Polonia

Argentina había vuelto a mostrar parte de lo que supo ser y ahora restaba Polonia. Este equipo acumulaba 4 puntos y con un empate podía asegurarse no solo el pase a octavos sino además la clasificación a la siguiente ronda como líder del Grupo.

Alexis Mac Allister, Enzo Fernández y Julián Álvarez formaron como titulares para el partido que se destrabó en el arranque del complemento cuando Nahuel Molina desbordó por derecha y asistió al Colo para que definiera de primera al segundo palo. Esto se repitió en el segundo cuando Enzo filtró un pase perfecto para la Araña que al dominar el balón quedó perfilado para sacudir de derecha y gritar su primer gol en un Mundial y darle a la Selección el pase a octavos como puntero del Grupo.

 

Australia y el pase a cuartos

Esa semana fue de festejos constantes en Doha porque mientras la Argentina se recuperaba, en otros grupos Francia, España, Brasil y Portugal recibían golpes inesperados ante selecciones menores, al tiempo que Uruguay, Alemania, Bélgica y Dinamarca armaban las valijas después de consumar sus fracasos. El siguiente rival iba a ser la inesperada Australia.

La Selección abrió el marcador a través de Lionel Messi en la primera mitad, con una gran acción individual de derecha a izquierda, como en sus comienzos en Barcelona, y con un disparo suave a colocar que dejó inútil la estirada del arquero Mat Ryan.

Julián Álvarez puso el 2 a 0 parcial que parecía darle pie a la goleada. Cuando el combinado vestido de amarillo parecía haber arrojado la toalla, un zapatazo de Craig Goodwin que no llevaba ningún peligro se desvío en Enzo Fernández, descolocó a Dibu Martínez y se metió en el arco para el 1 a 2, cuando quedaban menos de 15 minutos para el cierre.

El resto del encuentro fue sufrimiento porque la Albiceleste no pudo liquidar el duelo, ni siquiera con las tres ocasiones claras de gol que dilapidó Lautaro Martínez, pero pese al sudor que emergió sobre el final producto de los nervios, el marcador no se movió y la Scaloneta arribó a cuartos.

 

La naranja Mecánica

En cuartos lo esperaba un viejo conocido con un nuevo nombre: Países Bajos (ex Holanda), a quien ya había enfrentado en 1974, 1978, 1998, 2006 y 2014. Los antecedentes sobraban para este gran duelo que sumaba un condimento especial, la presencia de Louis van Gaal. El experimentado entrenador que supo ser “el peor” en la carrera de Ángel Di María, según las palabras del propio Fideo, y el enemigo de Juan Román Riquelme en Barcelona, no tuvo mejor idea que declarar días antes que la Argentina defendía con 10 futbolistas, porque Messi no colaboraba con la marca.

Los cuartos de final se transformaron en una batalla. Los jugadores argentinos, que hicieron silencio en la previa, salieron al campo de juego con la misión de ganar para asegurarse el séptimo partido, pero además para acabar futbolísticamente con el adversario naranja.

Nahuel Molina, luego de una asistencia sensacional de Messi, puso el 1 a 0 en el primer tiempo, mientras que en el segundo el propio Leo, de penal, estampó el 2 a 0 y dejó una imagen que ya es bandera.

Después de convertir, se abrazó con sus compañeros y corrió hacia el banco de suplentes neerlandés para colocar sus manos por detrás de sus orejas y hacerle el Topo Gigio a Van Gaal.

Los europeos consiguieron el agónico empate con dos tantos de Wout Weghorst, un delantero que quedará por siempre recordado por ser el “bobo” al que Messi se refirió post-partido. Y a los penales. Afortunadamente apareció el héroe de los guantes. Dibu Martínez, de deslucida actuación en el Mundial hasta ese momento, fue clave en la definición por penales en la que se definió el boleto a semis.

Desde aquel “mirá que te como” contra Colombia en la Copa América 2020 que el público sabía que tenía una garantía en el arco en una definición así, pero había que demostrarlo. El guardameta del Aston Villa tapó los dos primeros disparos. Sus víctimas fueron Virgil van Dijk y Steven Berghuis. Eso le dio a la Argentina el margen de error necesario para no sufrir con el fallo de Enzo Fernández, que buscó esquinar su tiro, y para festejar con la conversión final de Lautaro Martínez.

Ahora sí. “Qué mirás bobo. Andá pa’ allá”, le dijo Messi a Weghorst en una frase que ya es remera, bandera, taza y hasta tatuaje.

 

Las semifinales

Argentina se sumaba a Croacia y al día siguiente aparecieron Francia y Marruecos. Solo cuatro. Después de tanto, la Albiceleste era oficialmente una de las mejores cuatro selecciones del planeta y estaba a dos partidos de la gloria máxima.

Ante Croacia, Argentina ofreció una gran perfomance. El resultado fue 3-0, con un gol de Messi y dos de Julián, héroe de la noche qatarí.

La Selección alcanzó la gran final para mantener esa racha histórica y vigente de nunca haber perdido en semis.

Después de ocho años de Brasil 2014, La Pulga tenía su tan ansiada -y por momentos inimaginable- revancha.

Y el sufrimiento se estiró hasta los penales. Aunque Argentina hubiera merecido la gloria antes, incluso en los 90. Sirvió para que la descarga de emoción fuera aún mayor. Para que Messi, Di María, Dibu Martínez y Scaloni rompieran en lágrimas. Para que Argentina quebrara los 36 años de sequía. Llegó la tercera. La que ganó Maradona. La que disfrutan Messi y toda la Argentina.

 

Río Gallegos salió a la calle a celebrar

Una vez que finalizaron los penales de ese mítico 18 de diciembre de 2022, las calles de Río Gallegos se vistieron de celeste y blanco. La gente salió a celebrar masivamente la tan añorada tercera estrella mundial.

Con el corazón al borde del infarto, ese domingo todos fuimos Montiel, el encargado de patear el último penal de la serie, y una vez que se vio la pelota entre las redes del arco, supimos que somos CAMPEONES del MUNDO, todo el país salió a las calles.

Río Gallegos, ni bien entró la pelota, salió a la calle, la mayoría vestidos de celeste y blanco. Al son de “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”, la esquina de las avenidas San Martín y Kirchner se fueron llenando de personas, que cantaron.

Miles de personas se agolparon la mítica esquina y desde ese momento hasta ahora continúan celebrando el tan ansiado triunfo logrado.

 

Dos películas para celebrar el aniversario de Argentina Campeón

La eterna conquista de Qatar 2022 tiene su doble homenaje con dos películas, "Elijo Creer" y "Muchachos, la película de la gente".

La película "Elijo Creer" cuenta con la voz narrativa en off de Ricardo Darín y los testimonios de las diferentes figuras del Mundial como Emiliano Martínez, Lionel Messi, Rodrigo de Paul, Nicolás Otamendi, Ángel Di María, Enzo Fernández, Julián Álvarez, Nahuel Molina, Gonzalo Montiel, entre otros.

"Había una vez un sueño cumplido. Un día en el que absolutamente todos los habitantes de un país fuimos felices. Un día en el que nuestros corazones latieron y vibraron al mismo ritmo. Hubo un día en el que el equipo del pueblo volvió a casa y en una peregrinación interminable encontró su tierra prometida", comienza la voz en off de Darín.

"Hubo un día en el que un Mesías bajó del cielo a la tercera estrella. Hubo un día en el que le rendimos tributo a un equipo de espíritu indomable. Y fuimos felices por ellos, con ellos, gracias a ellos", continúa.

Ese relato de Darín acompaña la caminata de Gonzalo Montiel rumbo al punto del penal y mientras se suceden una a una esas imágenes que nunca nos cansamos de ver del pueblo argentino copando las calles para celebrar el título.

 "Muchachos, la película de la gente", con una duración de 100 minutos cuenta con la voz en off de Guillermo Francella. El film consiste en una narrativa con formato de cuento, escrito por Hernán Casciari.

 

 “Muchachos”: la canción y la historia que ilusionó durante todo el Mundial

La reversión del clásico de La Mosca que se suele usar para alentar a la Selección Argentina surgió por iniciativa de un hincha, que luego grabó un video oficial junto a la banda.

Desde que empezó el Mundial de Qatar, la hinchada albiceleste sumó un nuevo himno para alentar a la Selección Nacional. A las canciones clásicas de cancha se agregó la nueva versión de “Muchachos, esta noche me emborracho”, de La Mosca.

Esa melodía solía ser usada por las hinchadas argentinas en las canchas, pero en esta reversión la letra se adaptó para referirse al equipo que condujo Lionel Scaloni. Con alusiones no solo a Lionel Messi, sino también a Diego Maradona, el tema se retituló “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar” y se consagró como el elegido por los más de 30.000 fanáticos que llegaron a Doha para acompañar a la selección.

Fue incluso el tema que entonaron los futbolistas al finalizar cada uno de los partidos que ganaron en el torneo.

La historia: Todo comenzó luego de que el seleccionado nacional conquistó la Copa América en Brasil en julio del año pasado, cuando el periodista Matías Pelliccioni hizo un pedido especial a través de su cuenta de Twitter. Unos días antes de que la Argentina jugara contra Bolivia en las eliminatorias al Mundial, el comunicador solicitó a la comunidad tuitera: “Lápiz y papel, y a inventar canciones ingeniosas para que suenen el jueves en el Monumental”.

Una de las personas que lo contactó fue Fernando Romero, quien le respondió: “Esta escribí post final de la Copa América. Si te gusta te la cedo”. Acompañando el tuit, el joven subió una foto donde se lee la letra que se transformó en la preferida para este Mundial. Unos días más tarde, Romero, junto a unos amigos, salieron en un programa deportivo cantando el tema, y el video rápidamente se viralizó.

“La canción es de La Mosca desde hace más de 20 años, así que les dije a los muchachos que grabáramos una nueva versión.

Finalmente, pocos días antes de que comenzara el Mundial de Fútbol, La Mosca publicó en sus redes sociales oficiales el video con la nueva letra, e incluso, en el clip oficial aparece Romero: es el joven que toca el bombo.

La letra

En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel / de los pibes de Malvinas que jamás olvidaré  

No te lo puedo explicar, porque no vas a entender / las finales que perdimos, cuántos años las lloré

Pero eso se terminó porque en el Maracaná / la final con los brazucas la volvió a ganar papá.

Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar / quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial

Y al Diego en el cielo lo podemos ver / con Don Diego y con la Tota, alentándolo a Lionel

Y ser campeones otra vez.