Educación

El desafío de integrar para incluir

El derecho a la educación es único y universal, y si bien se ha avanzado en la integración de niños con discapacidad, aún quedan barreras por romper tanto en la escuela pública como privada. “Estamos en un proceso de cambio donde el paradigma de la inclusión se está posicionando en el sistema, lo que implica que las aulas son diversas y no solo por sus alumnos con discapacidad. Esto aún genera resistencia”, expresa uno de los profesionales que habló con TiempoSur . Por Daniel Torres. 

  • 20/05/2018 • 10:52
Foto Ilustrativa (El Tribuno)
Foto Ilustrativa (El Tribuno)

El objetivo de la integración se basa en las posibilidades que el entorno brinda a los niños para el desarrollo de su forma de vida lo más cercana a la sociedad a la cual pertenece. La ley educativa ampara el derecho a una educación inclusiva de las personas con discapacidad, pero a la hora de concretarse, muchas veces las familias se encuentran con trabas basadas en argumentos para evitar integrar a un niño con alguna dificultad. La Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, a la que adhiere la Argentina, establece que para que estas personas puedan ejercer el derecho (a la educación), han de existir sistemas educativos inclusivos: una escuela para todos. Si bien en el país todavía es una cuenta pendiente al existir escuelas “regulares” y escuelas “especiales”, también lo es porque muchas veces se rechaza la inscripción bajo el argumento de que la escuela no 'realiza integración' o no están preparadas, o no se tienen vacantes. En este sentido, en la provincia de Santa Cruz los padres pueden tomar la decisión y elegir cuál es el establecimiento que desean para sus hijos, siempre con asistencia y evaluación por parte de la educación especial, aunque también existen muchas cosas por mejorar.

 

La importancia del aula

 

Si partimos desde la base de que no precisamente todos los alumnos que padezcan alguna discapacidad inician sus estudios en una escuela especial, la importancia del contacto áulico es fundamental desde los inicios de la escolarización. “El niño empieza su escolaridad en el nivel inicial y ahí se detectan muchas cosas, sobre todo desde lo pedagógico, sobre todo en el aprendizaje, en la capacidad intelectual, algún tiempo de discapacidad visual o auditiva. En el aula se detecta mucho, de allí la escuela lo que hace es sugerirle a los padre una revisación para un posible diagnóstico”, explica Dino Ríos, Director de la escuela Especial N°6, a TiempoSur.

Se busca un diagnóstico no para rotular, sino para poder ayudar al alumno a transitar su escolaridad en el nivel que corresponde de la escuela “regular”.

“La idea de esta integración es que el alumno haga su trayectoria con el acompañamiento y asesoramiento de la educación especial, pero en el sistema de nivel”, explica Ríos.

Consultado sobre la importancia de los docentes integradores y su relación con el docente de aula y la institución educativa, el profesional manifestó: “Lo que hacemos los docentes de modalidad especial es detectar las barreras que impiden el aprendizaje y la participación de ese alumno, hacer configuraciones practicas acordes, identificamos la barrera, la removemos y hacemos un trabajo especial”, y ejemplificó: “La maestra inicial no estudió educación especial, yo voy a ser el complemento de esa docente. Se juntan los profesionales y arman un PPI (Proyecto Personalizado Individual), entonces el trabajo debe ser en conjunto y manera colaborativa con la docente de sala y con la institución. Detrás de esa integración el objetivo más grande es la inclusión”.

 

En Santa Cruz

 

En nuestra provincia se atiende a través de la educación en sede o con acciones de apoyo dentro de las escuelas de nivel, siempre con el apoyo de maestros integradores. Con el tiempo surge también  dentro del sistema educativo de la provincia la figura de maestro acompañante, presencia que se da ante algunas las necesidades de un apoyo extra evidenciado por los docentes de la institución, cargos “evaluables en relación a cuales eran los logros en el alumno”.

Desde la cartera educativa provincial entienden que si se piensa en la educación integrada “no se debe pensar solo en el alumno, si no en el contexto que vive”. En este sentido, de un tiempo a esta parte, se ha reflejado que “la permanencia de una figura no nos da la oportunidad al respecto de poder modificar las situación. Pudimos evaluar que esta figura permanente de un maestro reduce oportunidades al otro de poder aceptar la diferencia”, resaltan los profesionales, aunque consideran de vital importancia que “el docente de aula pueda construir prácticas diversas a través del apoyo del docente especial”.

 

¿Tenemos escuelas inclusivas?

 

La falta de infraestructura en las escuelas, en su mayoría no acompaña a la inclusión, convirtiéndose en una de las principales quejas de los padres que deslizan varias críticas a la falta de obras que complementen la integración que se realiza en las escuelas públicas de la ciudad. Mucho se ha avanzado en este aspecto. Algunas décadas atrás, personas con cierto grado de discapacidad estaban confinadas a un cuarto y en muchos casos no tenían acceso a ningún tipo de educación. Afortunadamente esto se ha logrado revertir y hoy muchos chicos con algún grado de discapacidad motriz o neurológica conviven con alumnos en escuelas públicas, aunque muchas nos estén preparadas para recibirlos. Este es un tema expuesto muchas veces ante las autoridades de educación, debatido en distintas áreas de discapacidad de provincia y municipio, pocas veces soluciones concretas. Según un relevamiento realizado el año pasado por la Dirección de Educación Especial del CPE, “se observan establecimientos con buenas condiciones de accesibilidad física, y otras donde persisten algunas necesidades que hay que mejorar”.

Si bien suele darse la mejora en algunos edificios, el aspecto más preocupante en cuanto a la inclusión es la concepción. “El sistema educativo está en crisis y estamos en un proceso de cambio, donde el paradigma de la inclusión se está posicionando en el sistema educativo”, comenta el Director de la Especial N°6 y explica: “Esto genera resistencia, esto implica que las aulas son diversas y no solo por los alumnos con discapacidad, sino que también por su diversidad cultural, sexual. Estamos en esa etapa, de venir de un modelo educativo de aulas homogéneas a aulas distintas y las demandas del maestro integrador único forma parte de la resistencia del sistema educativo”.