¿Se pierde la temporada?

El fútbol espera con las dos ligas que tiene en actividad en Río Gallegos. Por un lado la Liga de Fútbol Sur, que es la oficial, y por otro el fútbol de los barrios, mucho más convocante, pero no oficial a nivel nacional.

Pero si hay algo que las une por estos días es la desesperación por volver a jugar, mientras se debate si se continúa o si se pierde la temporada.

Algunos ya plantearon que había que suspender, mientras que la dirigencia ha manifestado su intención de reunirse con delegados en la intención de terminar.

Sin embargo, el tiempo pasa, llegó el invierno, los campeones ya deberían estar coronados y la realidad está muy lejos de ser esa.

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Es correcto seguir esperando una potencial habilitación al menos a nivel provincial en el caso de la liga barrial? ¿O lo mejor es terminar la temporada dejando campeón vacante, tal como pasara en la máxima categoría del básquet argentino, donde no hubo titubeos y dieron por finalizada la historia.

LLEGÓ LA NIEVE

Ayer Río Gallegos tuvo su primera jornada de nieve, sumada al frío, que termina de completar un combo complicado para jugar en esta etapa del año, que es cuando habitualmente el fútbol pasa el aire libre a jugar bajo techo, en versión salón.
Sin embargo, las ganas pueden más y por el momento las ganas de seguir jugando y terminar la temporada pueden más y nadie se ha pronunciado de forma oficial respecto de la posibilidad de dar por finalizada la temporada ante la falta de una habilitación del Gobierno de la Provincia.

NO HAY CHANCES

Por el momento, el Gobierno mantiene su idea de no habilitar los deportes de conjunto, que impliquen contacto físico, y eso confirma el complicado panorama del fútbol, como así otros deportes, en Santa Cruz.

Y dentro de ese deporte la Liga Sur y la Asociación Independiente del Fútbol de los Barrios, ambos ayer con canchas vacías y un manto blanco que nadie quitará jugando encima a la pelota.

La pregunta del millón está más que clara, porque llegó el momento de ponerle un punto final a la situación.
¿Seguimos esperando o comenzamos a pensar en un punto y aparte histórico por el que nadie podrá reclamar?