Normalizando, están

En diciembre pasado, la Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Cruz intervino en el caso llamado Asociación Independiente de Fútbol de los Barrios. Esto, debido a varias denuncias que fueron presentadas en los meses anteriores por muchos de los socios de la liga. Denuncias que no hacían más que exponer una serie de irregularidades en el accionar de la entonces actual Comisión Directiva.

El conflicto avanzó tanto que necesitó de la mediación de la IGPJ. El organismo estatal tuvo que intervenir. Lo hizo y falló a favor de los socios. Y, por supuesto, en contra de los dirigentes. La IGPJ dio lugar entonces a las denuncias, comprobó las irregularidades y falló. Lo que resolvió fue nombrar una Comisión Normalizadora, para que la misma se encargue de poner en orden la institución. Todo esto con un claro objetivo: el poder llamar a asamblea para, entre otras cosas, aprobar las memorias y los balances de los últimos años y, también, para renovar autoridades.

La asamblea debió llevarse a cabo por octubre. Se pospuso, por diferentes razones, y pasó para diciembre. El 16 era el día D, como quien dice. Pero, la intervención del IGPJ fue unos días antes y todo volvió a fojas cero.

Ni bien fue nombrada la Comisión Normalizadora, la misma quedó en condiciones de entrar en funciones. Quisieron hacerlo los integrantes de este triunvirato: Roberto Antipa, Marcela Rodríguez y Claudia Quinchaman. Pero se encontraron con la negativa de los dirigentes, quienes no los dejaron entrar a la sede de la AIFB. Tampoco pudieron, entonces, hacerse con los libros que tienen que auditar. La fiesta del Año Nuevo le puso paños fríos al conflicto. Los ánimos se calmaron un poco. Hubo una tregua, pero no fue el fin de la guerra.

La desobediencia de los dirigentes de la AIFB llevó a los miembros de la Comisión Normalizadora a tener que usar otros medios para poder ingresar a la entidad del barrio Belgrano para llevar a cabo la tarea que le fue asignada. Hoy, a las 9:00, Marcela Rodríguez y Claudia Quinchaman se presentaron en la liga. Lo hicieron acompañadas de un escribano, un cerrajero y otros tantos socios que están apoyando la causa. Diez minutos más tarde, labrada el acta correspondiente y habiendo conseguido abrir la puerta, Rodríguez y Quinchaman ingresaron al edificio de la AIFB. Ahí están. Ahí se van a quedar. Por delante, tienen una larga y ardua tarea. La que, igualmente, esperan poder hacer y en el menor tiempo posible.

La Comisión Normalizadora deberá, ahora, encontrar y abrir todos los libros sociales y contables (actas de asambleas, de comisión directiva, registro de socios, libro diario e inventario general y balance) de la institución. Como si fuera poco, el triunvirato tendrá que encargarse de la depuración del padrón general de socios, dando de baja a quienes ya no lo son e incorporando a los nuevos, y la confección de las memorias y balances generales correspondientes al año 2023.  

Según los cálculos de Rodríguez y Quinchaman recabar toda la información solicitada por el IGPJ les llevará poco más de una semana. La idea es poder estar convocando a asamblea para mediados de este enero. O un poco después, también.

“No queremos castigar a los clubes”, se escuchó decir a uno de los miembros de la Comisión Normalizadora. En alusión, claro, a no retrasar la vuelta a las canchas. Vale la pena recordar que, en principio, las reuniones en las distintas categorías comenzarán en un par de semanas, siempre con la proyección de volver a jugar inmediatamente. A posteriori. Nada de esto quieren modificar, entonces. Del éxito en la tarea dependerá el no hacerlo, finalmente.

“Si no hacíamos esto, se venía la intervención en la AIFB”, justifican, también, desde la Comisión Normalizadora al propio accionar y esta posesión a la fuerza de la entidad.