La noche mágica, una comedia negra que invita a volver al cine

La noche mágica no es solo el primer estreno argentino desde la reapertura de los cines en casi todo el país, sino también una opera prima de Gastón Portal que, por más de que sea arriesgada en cuanto al tipo de difusión y publicidad que se le otorgó, logra manejar el suspenso durante su poco más de hora y media de duración y tiene a sus actores protagonistas -Natalia Oreiro, Diego Peretti, Esteban Bigliardi y Pablo Rago- en el tono correcto.

Nicola (Peretti) es un excéntrico ladrón que lleva una barba blanca y un gorro rojo como Papá Noel. Durante Nochebuena, se dispone a realizar un atraco en una casa de San Isidro, en la que sorprende a Kira (Oreiro), Juan (Bigliardi) y a su mejor amigo, Cachete (Rago), en una incómoda e inesperada situación.

El delincuente se topa con Cachete en el balcón de la casa, luego de que este haya tenido relaciones sexuales con la pareja de su amigo. Allí, lo obliga a ingresar a mano armada a la propiedad y esposa a todos los presentes, pero el robo se complica cuando se entera que hay alguien más, Alicia (Isabela Palópoli) la pequeña hija del matrimonio, quien cree que él es efectivamente Papá Noel.

La niña le otorgará su lista de deseos de Navidad a Nicola, que se terminará haciendo cargo del entretenimiento de la joven para hacerle pasar una verdadera noche mágica mientras que sus padres y su padrino sufren una pesadilla.

La película dirigida por Portal y escrita por él junto con Javier Castro Albano es una comedia negra que en su principio parece ser una clásica comedia de enredos, pero que rápidamente adquiere capas de crudeza, y por sobre todo, una exhibición de personajes con muchos contrastes que provocan una engorrosa empatía con el delincuente que encarna Peretti.

Sin embargo, cierta caracterización exagerada -principalmente en el papel de Bigliardi- termina desencadenando un final que, sorpresivamente con respecto a lo que venía desarrollándose en la trama, parece superficial y a las apuradas.

Fuente Exitoina.