Efemérides

Día del pensamiento nacional

Se celebra cada 13 de noviembre, en homenaje al nacimiento de Arturo Jauretche en 1901, ensayista, político y periodista argentino.

  • 13/11/2021 • 07:00
Arturo Jauretche.
Arturo Jauretche.

El 13 de noviembre de 1901 nacía en Lincoln, provincia de Buenos Aires, el político e intelectual Arturo Jauretche. El 26 de diciembre de 2003 el Poder Legislativo sancionaba la ley 25844, promulgada por el Ejecutivo Nacional el 29 de diciembre de 2003 y publicada en el Boletín Oficial el 6 de enero de 2004. A través de ella se instituía la fecha del nacimiento de ese argentino notable como Día del Pensamiento Nacional. Curiosamente, quien hizo de la defensa del pensamiento propio una causa, murió un 25 de mayo de 1974.

Fue especialista en temas políticos, sociales y económicos, siendo autor de libros de ensayos políticos de gran repercusión como ‘Los profetas del odio’ (1957), ‘El medio pelo en la sociedad argentina’ (1966) o ‘Manual de zonceras argentinas’ (1968) y ‘Filo, contrafilo y punta’ (1969), caracterizados por la ironía de sus palabras.

Jauretche fue, ante todo, un político de fuerte vocación por el bien común, pero por obra de la marginación padecida y de la chispa de su ingenio pasará a ser más conocido como ensayista y escritor. Militó en las filas del radicalismo yrigoyenista. Allí se convirtió, a partir del derrocamiento del Presidente Hipólito Yrigoyen, en uno de los protagonistas de la lucha callejera contra los presidentes de facto, los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo.

Pero por sobre todas las cosas se lo recuerda por ser partícipe en 1935 de la fundación de FORJA ("Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina"), constituida bajo el lema "Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre". Desde allí denunció junto a sus amigos el Estatuto Legal del Coloniaje, levantándose su voz en las improvisadas tribunas esquineras, erguido sobre cajoncitos de cerveza, apostrofando las entregas y los latrocinios de la llamada "Década Infame".

El fundador de FORJA será el "enlace obligado y dialéctico entre los dos grandes movimientos nacionales del siglo pasado: el yrigoyenismo, ya declinante, y el peronismo, surgente y caudaloso". Él se constituirá en la conciencia activa de la vieja Argentina y de la que nacía en las jornadas del 17 de octubre de 1945, de un nuevo eje político-social bastante parecido al que había postulado en su insobornable lucha.

El peronismo de la primera etapa "sería inconcebible sin el pensamiento y la acción de Jauretche, que le trasmitirá la tradición del nacionalismo democrático procedente de las más antiguas raíces".

Al caer el peronismo en 1955, Jauretche formará parte "del puñado de argentinos que salieron en defensa de la historia, las conquistas y logros alcanzados por la Revolución Nacional acaudillada por el General Juan Domingo Perón".

La prosa de Jauretche se emparentaba con la antigua tradición de los Hernández, Sarmiento, Mansilla y Balestra, entre otros. Era una prosa "hablada", pues no solía escribir, dictando sus artículos después de imaginarlos. Ese estilo será el que satirizará y demolerá, política y estéticamente, a la petrificada cultura aristocrática, logrando cautivar a importantes sectores de las clases medias.

Su pensamiento sigue más vigente que nunca. Para comprobarlo basta con abrir al azar cualquiera de sus libros. Por ejemplo, el Manual de zonceras argentinas. Allí, en la zoncera N° 31, califica como tal una frase dicha por Avellaneda cuando fue presidente de la República Argentina. Mientras todos le aconsejaban “que suspendiese el servicio de la deuda pública”, Avellaneda dijo: “Hay dos millones de argentinos que economizarán sobre su hambre y sobre su sed para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe en los mercados extranjeros”.

Sobre esta “zoncera” don Arturo comenta: “Podemos considerar indulgentemente la frase de Avellaneda en razón del momento en que se pronunció, apreciándola como recurso, tal vez para conseguir más endeudamiento. Eso llevaría a un juicio sobre el personaje, sobre su gestión de gobierno, sobre lo acertado o desacertado de su política o sobre la verdadera situación del país en ese momento. Pero la frase se ha sacralizado y en su identificación con la bandera y el himno, como dijo Avellaneda, se consustancia con la existencia misma del país. Y aquí es donde es zoncera y cumple la función de zoncera”.