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El arte se contagia

Un grupo constituido de artistas de El Calafate, emprendieron distintas intervenciones en el Hospital Formenti, para darle motivo y reflexión a las blancas paredes de este antiguo lugar que alberga la sanidad. Un proyecto que convoca a la cultura local y contagia a los hacedores del arte en la provincia.

  • 29/10/2018 • 12:37
ARTE Y SALUD
ARTE Y SALUD

El "limpio y puro" color blanco de las paredes en el Hospital Distrital José Formenti, muy pronto se transformó en un lienzo para artistas que decidieron intervenir y dar forma a la expresión en todas sus formas. 

El colectivo de artistas independientes, Arte y Salud, nació como un programa del SAMIC en 2015, pero en poco tiempo se trasladó al Formenti, antiguo hospital de El Calafate, como  el espacio que le dio un lugar a la continuidad del proyecto para llevar adelante las diferentes muestras. 

(Dra. Verónica De Cristófaro con su obra Retratos Cruzados)

Como lo cuenta la Dra. Verónica De Cristófaro a NOS, en la primera muestra colectiva utilizaron una silla de madera hecha por un carpintero de la localidad. En ella, cada uno de los artistas se sentó y recreó el "mientras espero", haciendo alusión a los pacientes del hospital que esperan para ser atendidos. En esa oportunidad participaron 32 artistas y fue el número mínimo de participación de las convocatorias temáticas que realizó el colectivo en los tres años de vida.

De Cristófaro recuerda que en aquellos días cercanos a encontrarse fuera del programa que los inició y los cobijaba, sin presupuesto, muchos se preguntaban cómo se podía sostener en el tiempo. Ante a repetición de esa pregunta, surgió una muestra que se llamaba "no sé cómo se sostiene", que hablaba entre otras cosas, del amor, la amistad, la arrogancia; "donde cada uno cada uno habló de algo". Un momento crucial que sirvió para entender que haciéndolo a pulmón y con la colaboración que cada uno puede aportar, se valora y enriquece el doble. "Te das cuenta que la gente necesita esos espacios y aporta un poquito de lo que tiene para poder mantenerlo", afirma Verónica, en su doble función de profesional médica y artista.

("Los estadíos del enamoramiento" de Vera Irina Mato en Cuando el vino se hace tinta)

Sobre lo dicho lo hecho

Todas las temáticas que se ponen en juego en las intervenciones artísticas refieren a algún concepto que atraviesa esas palabras: arte y salud.

"La solidaridad, la donación de órganos, o las palabras que se dicen sin ningún tipo de responsabilidad", explica De Cristófaro, como algunos motivadores que llevaron adelante una muestra artística. Por ejemplo, en "Dimes y diretes" ilustraron las paredes con dichos urbanos y transformados en una obra fotográfica, plástica y escultórica, siempre apoyados en las inauguraciones con bandas locales de música. Esto permite abordar la muestra con distintas expresiones que se dan la mano en un mismo evento cultural. 

Son los artistas de muchos espacios culturales como la pintura, mosaiquismo, fotografía, escultura, teatro, música; quienes llevan una consigna, la que se trabaja entre todos. "Es bastante plural y un lugar de encuentro para la gente", lo que permite que cada vez se vayan sumando mas artistas y se remarque en la pluralidad de las edades del grupo, siendo que la mayor parte son mayores de 60 años.

Eso también fue un disparador para "Sin edades", una convocatoria que tiene como fundamento reflexionar sobre como la edad es un limitante y una apertura, dependiendo desde qué lugar se la mire. Las pérdidas y las conquistas, se pierden cosas, pero se ganan cosas con el paso de tiempo.

(Muestra “Quién pagará los platos rotos”) 

Muestras pacientes

"Los bichos que nos pican", se denominó una muestra que contó con dos esculturas de una artista mendocina que las envío y se encargó de los gastos de traslado. Allí también sumaron sus obras, artistas de Río Turbio y Río Gallegos, además del grupo vigente en El Calafate.   

Más tarde, "sana, sana", la última en vigencia, puso a prueba el ingenio para hacer una pieza gráfica en relación a crear un medicamento para un mal que no es una enfermedad. Usar la imaginación. Como si uno pudiera armar un medicamento para  la indiferencia ¿qué nombre le pondría? ¿Qué componentes tendría? ¿Cuál sería la pieza gráfica que lo representaría?

Sobre las ideas se realizaron posters, como resultado de la síntesis conceptual. Algunos de los nombres que surgieron fueron: indiferol compuesto (para la indiferencia), hipocritol (contra la hipocresía), robotic (como crítica la medicación a niños).

"Jugamos con los conceptos y ayudan a patear el avispero de los artistas y salir de un lugar de confort", precisó la artista y profesional de la salud.

 

¿El hambre es salud?

A fines de septiembre, el colectivo de artistas fue invitado a participar de la Tercera Feria Gastronómica en aquella localidad.

Allí, le propusieron a la Cámara de Comercio local que los restaurantes entreguen los manteles y platos en desuso para que sean utilizados de soporte para una obra de arte. Éstos, fueron intervenidos (“Trapitos al sol” y “Quién pagará los platos rotos”) por el arte y devueltos pintados para venderlos por un precio módico y, así, recaudar fondos para asociaciones intermedias de la ciudad.

"Lo transformamos y va a aportar su granito de arena", remarcó De Cristófaro.

Por otro lado, expusieron con “Derroche”, una muestra que permite reflexionar sobre la cantidad de alimentos que se trituran en concepto de "basura". Según el dato estadístico, cada persona en la Argentina tira una cantidad de 38 kilos de comida por año. 

"Hacemos una instalación bastante fuerte desde el punto de vista visual", donde se puede observar una mesa, sillas, platos y cubiertos forrados de negro con bolsas de consorcio.

La idea: concientizar sobre lo que cada uno puede hacer desde su pequeño lugar en relación a tirar comida. Al mismo tiempo, plantear esa desigualdad social desde lo cotidiano y desde lo que cada uno puede hacer desde su casa. 

"El hambre es un problema que atraviesa y tiene que ver con políticas sanitarias y de salud pública", advierte la doctora, quien subraya que "deberíamos poder distribuir todos eso, porque la desnutrición trae problemas de salud" y el arte tiene que ver con la concientización sobre estos temas.

 

La receta del éxito

"La provincia empieza a participar también", se entusiasma la Dra. De Cristófaro, al subrayar que no se hace nada parecido pero, de todos modos, nos han empezado a preguntar en otros hospitales "cómo hacemos esto" y dando cuenta que hay mucha gente pendiente de la producción. 

El destinatario siempre es el paciente que espera y sirve para ofrecerle (algo) más que una pared blanca. "Entendiendo que el paciente es quien está atravesando una situación de incertidumbre, de angustia o de lo que sea que lo trae al hospital", advierte.

Se estimula un intercambio que genera una serie de preguntas, un puntapié inicial para pequeños cambios internos, considerando a la salud, no como a la ausencia de enfermedad, sino como un conjunto de cosas personales, sociales, psicológicas que van construyendo o destruyendo a la salud.

"Es como una semilla que uno planta y le da todas las condiciones para que pueda seguir", sostiene la doctora que forma parte integrante de Arte y Salud, quien en lo personal superó las expectativas de lo que podía ser y dónde podía llegar el grupo.

Con eso de que "no tiene sentido el arte si se queda dentro de uno", entendiendo que "el sentido que tiene es que ayude a transformar el mundo", emprenden todo el tiempo su propia transformación, artística, que se comparte de manera saludable.

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