La ONG PAyCAN da recomendaciones ante hechos de inseguridad

PADRES Y ADULTOS

 

En conversación familiar o informal hablar con los niños, niñas o adolescentes sobre las noticias acontecidas, no para generar psicosis, sino porque una persona informada y educada sabe cómo protegerse.

 

Estén atentos, alerta, los abusadores suelen saber mucho sobre sus víctimas, horarios y rutinas, muchas veces un mensaje o una llamada a sus hijos en salidas o llegadas suelen hacer la diferencia en casos de emergencia.

 

Recomienden a sus hijos que en caso de sentirse perseguidos o amenazados recurran al colegio, comercio, o lugar conocido y se lo cuenten a un adulto que lo pueda ayudar.

 

Recuérdenles que no deben acercarse a autos desconocidos, mucho menos subirse bajo ningún motivo. Que no abran la puerta de la casa a extraños.

 

Que eviten andar solos cuando está oscureciendo o de noche, y si lo hacen, andar con el pelo atado (parece poco importante pero estadísticas internacionales dicen que los abusadores prefieren horarios nocturnos para no ser identificados, víctimas solas y con pelo suelto para manipular y arrastrar).

 

En caso de que algún adulto desconocido haya tratado de entablar una relación amistosa, fomenten la confianza como para que sus hijos ni bien lleguen al hogar lo cuenten a los adultos. Lo mejor siempre es saber con quién se relacionan nuestros niños.

 

Que tengan cuidado con la información que dan por Internet, los adultos debemos estar al tanto de con quién cómo y porqué están manteniendo contacto. Aunque parezca exagerado hoy a través de las redes sociales tienen la posibilidad de comunicarse con todo tipo de personas y ponerse en riesgo aún sin salir de casa.

 

Enseñen a sus hijos que nadie tiene que hacerlos sentir mal, extraños, tristes, angustiados, que esa son señales de que algo no está bien y que si sucede tengan la confianza suficiente de contarlo, sea maltrato emocional, físico, o cualquier otra inquietud. Exteriorizar lo que se siente siempre es lo mejor.

 

Que su cuerpo es suyo y que nadie debe tocar sus partes íntimas (las que se cubren con traje de baños para los más chicos).

 

Cuidemos a nuestros niños y adolescentes. Hablemos, porque lamentablemente los hechos sucedidos últimamente son prueba de que los peores crímenes sexuales suceden también en nuestra ciudad, en nuestra provincia y no tiene distinción de género, edad ni clase social.