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Apostadores del futuro que luchan por el presente a través de la formación

Esta fecha corresponde a la conmemoración de la muerte de José Manuel Estrada, quien falleció precisamente el 17 de septiembre de 1897. Estrada fue un maestro ejemplar destacado tanto por la fortaleza de su vida moral y ética, como por los logros que sus ideas alcanzaron y su emoción cuando intentaba comunicarlas y sostenerlas.

  • 17/09/2013 • 00:00
Fue un docente muy reconocido desde joven, aunque no tenía título profesional.
Fue un docente muy reconocido desde joven, aunque no tenía título profesional.

José Manuel Estrada escribió muchas páginas dedicadas a la educación y al trato a los jóvenes, y por eso se lo reconoce como el pionero de la educación argentina. El profesor José Manuel nació en el año 1842, fue orador y escritor, y a su vez fue uno de los fundadores del partido radical. Realizó grandes estudios históricos, entre los cuales se conocen  “Orígenes de nuestra raza”, editado en el año 1861, así como el libro “Catolicismo y Democracia”, editado al año siguiente.
Dedicó su vida como profesor por muchos años, primero de educación secundaria y luego en la universidad, defendió la libertad de la cátedra por medio de sus ideas.
Sin embargo, en el año de 1884 fue destituido de sus cargos por su pensamiento un poco contrario a la ley, situación que reforzó las ideas del maestro. Así, en este sentido, recibió el apoyo de sus estudiantes que acudieron a su casa para brindarle un gran homenaje de despedida, y fue allí que se encontraron con estas palabras que hoy en día guían la  pedagogía del país: “De las astillas de las cátedras destrozadas por el despotismo haremos tribunas para enseñar la justicia y predicar la libertad”.
Así, con estas ideas, el maestro quería significar que la formación es integral, pues no alcanza solamente con aprender algo de matemáticas y geografía, sino que a la vez debe formarse como ser humano en todos los órdenes, como persona ética,  buen ciudadano, con valores que formen una nación y una sociedad mejor. Con estas palabras el profesor José Manuel Estrada invitaba a todos los maestros a pensar  que el conocimiento científico no es suficiente para formar un ser humano integral, y que antes de construir científicos es fundamental construir seres humanos.

El legado- Profesor se puede ser en cualquier circunstancia de la vida, va mucho más allá del trabajo, del título o del cargo, todos los días con la labor diaria, exigencia, lucha, agotamiento, esperanza y la alegría de hacer lo que nos gusta. No sólo los que se desempeñan en el ámbito educativo son docentes, también lo son aquellos que creen en la educación y la practican a diario y en cualquier momento. Con estas premisas la figura de Estrada se revaloriza, ya que en él se destaca su firmeza ética, claridad de sus ideas y el fervor para comunicarlas y sostenerlas. Existen muchas páginas escritas sobre la educación de la juventud que constituyen fuentes fundamentales de referencia pedagógica y de formación moral. “La educación –afirmaba- discretamente organizada y copiosamente distribuida, es el único medio de modelar en la República Argentina la personalidad del ciudadano y de adaptar los elementos sociales, tomados en su capacidad colectiva, al tipo de las instituciones libres, cuyo resorte es la aptitud universal para el gobierno propio”.
Se caracterizó por sus escritos y discursos, para responder a los ataques que se multiplicaban contra la Iglesia. Fue un docente muy reconocido desde joven, aunque no tenía título profesional, y el presidente Sarmiento lo incorporó a su Gobierno. Sus cursos eran magistrales y cuando hablaba en público era tan apreciado que, una vez, sus alumnos y otros profesores lo siguieron en manifestación por las calles y le dedicaron unas palabras en reconocimiento a su saber. Junto a Pedro Goyena y Emilio Lamarca se opuso al laicismo y se ocupó de fijar posición contra las leyes que sacaron a Jesucristo de las escuelas y de las familias. Fue castigado por ello, quitándosele sus empleos en el Estado, pero no pudo ser callado.

Formador de formadores- Sabiendo que los formadores en su momento también fueron alumnos, TiempoSur dialogó con los directivos del Instituto Provincial de Educación Superior (IPES) de donde surgen anualmente los profesores que tienen la labor de continuar educando.
Desde 1974 el Colegio Nacional –hoy Guatemala- continuó formalmente con el Profesorado de Educación Primaria, carrera que se instauró después de que el docente era habilitado para ejercer tras culminar su secundaria. Dos años después se agregó el Profesorado de Nivel Inicial, por lo cual históricamente el IPES tuvo estas dos formaciones como base, hasta que en el periodo 2006/2007 se le sumó el de Educación Especial con las orientaciones en: discapacidad intelectual; y discapacidad auditiva y trastornos del lenguaje. A lo largo de estos años ha habido cambios de planes, pero todo sujeto a la maximización de la enseñaza, hasta que en el ´93 se homologó el plan de estudios que se bajó desde nación y se creó uno dentro de la órbita provincial.
Sobre el perfil de los futuros docentes que ingresan al IPES exponen que año a año los sorprenden porque antes tenían un caudal de alumnos en donde el ingresante era el que terminaba su secundaria, pero hoy en día un gran número son adultos que inclusive han terminado su secundaria en escuelas para adultos.
En cuanto a la inserción laboral de estos alumnos, informaron que es rápida porque creció la demanda de escuelas por la suba de la matrícula. No obstante, comentaron que del IPES cada año salen números dispares de egresados porque son chicos que estudian y trabajan: “Es muy bajo el porcentaje de los que únicamente estudian y eso hace que a la hora de la práctica, que es su trayecto final, sean pocos los que lleguen”.