Policiales

Mientras Milagros lucha por su vida surgen signos de inacción de la justicia sanjulianense

Se trata de la beba de cuatro meses que permanece internada en terapia intensiva por presunta paliza de sus padres. Su hermanita melliza, Victoria también presentó fracturas pero sigue en Puerto San Julián al cuidado de su padre, el principal sospechoso, pese a que el defensor Godoy y el juez Lerena habían emitido un informe de que la beba corre peligro.

  • 09/02/2016 • 07:00

El jueves, TiempoSur publicó en calidad de primicia la gravísima situación de Milagros, la beba de sólo cuatro meses de vida que permanece hace más de una semana internada en Terapia Pediátrica del Hospital Regional de Rio Gallegos.

Milagros había llegado tras ser derivada desde Puerto San Julián, con fracturas en sus costillas y lesiones en la retina, lo que dio inmediatamente la pauta de que se trataría de otro caso de “Síndrome de Niño Sacudido”.

Su estado es muy delicado, y mientras los profesionales intentan salvarle la vida, hay aspectos del caso que dan cuenta de una flagrante desidia en el mecanismo de detección por parte de Niñez sanjuylianense y del Juzgado de Familia de esa localidad.

Días atrás,  el defensor del Menor, Jorge Godoy y el juez de Familia de Rio Gallegos, Diego Lerena, interpusieron una medida cautelar bajo la premisa de preservar a la bebe internada de su padre, principal sospechoso de haberle provocado los golpes.

Paralelamente, los funcionarios elaboraron un informe que se remitió al Juzgado de Puerto San Julián a cargo de la Dra. Anahí Mardones, en el cual ponían en alerta a las autoridades del peligro de maltrato al que estaba sometida la hermana melliza de Milagros, Victoria, que quedó al cuidado del sujeto.

Lo lógico hubiese sido que el juzgado sanlulianense advirtiera esto, e incluso, que desde allí se pusiera en cocimiento a los funcionarios riogalleguenses que Victoria también habría sufrido golpes. De hecho, se habría logrado desde aquí establecer por su historial clínico que tenía un ingreso al hospital de San Julián por rotura de húmero.

 

Aun con este antecedente reciente, la familia no estaba judicializada, no tenían operadoras que observasen el desempeño de sus progenitores, no obran denuncias de los médicos que la trataron, ni se abrieron investigaciones al respecto.

 

Con la intervención de Lerena y Godoy, la madre de la beba, que está en estos momentos al lado de Milagros, habría esbozado argumentos por demás endebles, razón por la cual se la puso en advertencia de que debía buscarse un abogado.

 

El dato sugestivo es que, como la justicia local es incompetente para resolver sobre la situación del padre de las mellizas, se esperaba que con el informe de riesgo de violencia que pesaba sobre este, la justicia sanljuliananse determinara la situación del sujeto, Sin embargo, no se habrían dado novedades en la última semana.

 

Hoy, ni el juez ni el defensor están en el caso debido a que su turno fue durante la feria judicial y ahora entraron en receso. Con su salida, fuentes judiciales indicaron que también se desconoce qué medidas tomó Antonio Andrade, titular del otro Juzgado de Familia de esta capital.

 

Hay que recordar que es el segundo caso de violencia contra infantes que se da en Puerto San Julián en menos de tres meses de diferencia, ya que en noviembre, otro bebé sufrió gravísimas quemaduras en todo su cuerpo producto de una violenta pelea de sus padres. Al igual que en este caso, la madre estuvo con consigna policial en el hospital porque le daba la teta, mientras que su padre tenía prohibido acercarse al Hospital Regional.

 

También entonces, la Defensoría del Menor de Río Gallegos se hizo cargo, iniciando una Medida Cautelar para preservar a la criatura mientras la Justicia penal dirimiese cómo fueron los hechos.

 

Lo cierto es que, tras que tomara estado público, el caso de Milagros generó conmoción en la comunidad santacruceña y si bien el grueso de las criticas cae sobre sus progenitores, no menos cierto es que tras el caso Abigail, esta comunidad supo que en estos casos, la desidia en equipos de Niñez de las comunas y la justicia, puede traer consecuencias irreparables.