Turismo en Río Gallegos

Loyola y el monumento oculto

El Marjory Glenn sigue recibiendo gente día a día. Una ruta accesible, un monolito poco conocido y el papel clave que se jugó en la guerra de Malvinas.

  • 31/01/2023 • 08:40

Punta Loyola es un clásico de Río Gallegos. Es uno de los lugares preferidos para ir a pescar en mar y para ir a visitar cerca de la capital santacruceña. La distancia no es larga. Son poco más de 35 km que se deben recorrer –con el 90% del mismo en asfalto- y luego entrar a un tramo de ripio. El que quiera pescar, puede hacerlo en cualquiera de las orillas cercanas. El que quiera profundizar más y llegar hasta el Marjory Glenn (“el barco de Loyola”) debe recorrer algunos kilómetros más en camino de ripio. El barco sigue en su oxidada majestuosidad siendo uno de los atractivos del lugar. La embarcación, de origen suizo, se erige siempre como el lugar al que muchos quieren ir a conocer. A diferencia de décadas atrás, ya no se –no se debería- acceder al mismo debido a la peligrosidad.

El rol en Malvinas

El barco de Punta Loyola fue un lugar fundamental durante el conflicto bélico de las Islas Malvinas. Durante el mes de mayo de 1982 y en el marco del contexto de la guerra, fue utilizado como el blanco para realizar pruebas de la Fuerza Aérea. Fueron dos escuadrones de pilotos de A-4 B Skyhawk de la V Brigada Aérea que desde Río Gallegos atacaron a la flota inglesa. De hecho, esas marcas de historia se pueden ver en los orificios de entrada y salida del barco, que son los resultados de las mismas bombas de ejercicio. Se trabajó con el bombardeo a vuelo rasante, siendo los primeros en la historia. Los pilotos lograron dominar esta técnica y volar a sus objetivos a 5 metros o menos de altura sobre el mar, evadiendo así a los radares y volando a 900 km/h. Se trató un cambio radical en tácticas de guerra que salió de esta zona.

La Fuerza Aérea Argentina planificó 505 incursiones de este tipo, con éxito en 445 de ellas. Fueron 2782 horas de vuelo con 193 aeronaves. 36 oficiales, 14 suboficiales y 5 soldados de la FF.AA perdieron su vida, 9 de ellos perteneciendo al Grupo 5 de caza que operó desde Río Gallegos.

La historia del barco

El barco de Punta Loyola en Río Gallegos, Argentina, es uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad. A pesar de su estado de abandono y degradación, sigue siendo un lugar de interés turístico para aquellos que buscan experiencias alternativas.

El Marjory Glen, nombre original del barco, fue construido en Escocia en 1892 por la compañía The Grangermonth Dockyard Company. Era una nave con propulsión a vela y acero remachado, con tres mástiles y dos cubiertas. Sin embargo, su diseño y construcción serían cruciales en los eventos que llevaron a su naufragio.

La historia detrás del Marjory Glen es una combinación de desidia y errores humanos que terminaron en tragedia. Un negocio y gente que buscó aprovecharse de la situación agravaron la situación, dejando a la población local temerosa.

Con todas estas características partieron con el Marjory Glen llevando una importante cantidad de carbón para ser entregado en la hoy capital santacruceña. Tras varios días de viaje, se encendió la primera alarma en el barco: Las primeras nubes negras de carbón que advertían del peligro de la carga. Poca atención se le prestó a ese principio de incendio, que fue apaciguado con agua y dejado en segundo plano. Cuatro días después lograron llegar al puerto, negociando el capitán Holmsen la venta del carbón con las familias que habían comprado la carga. Pero el fuego que habían creído controlado en aquel entonces continuó, avivado por el carbón obviamente.

El día 26 de septiembre de 1911 se dictó la prisión preventiva para el capitán Jans Martin Holmsen. Se lo procesó “por el Artículo 366 del Código de Procedimiento en lo Criminal y el día 9 de octubre es sobreseído por considerarse que actuó con “las medidas que la práctica y la prudencia aconsejaban”. La Cámara de Apelaciones de La Plata confirmó la medida el día 23 de diciembre del mismo año.

El Código de Procedimiento en materia penal regía desde el 1º de enero de 1889, en el fuero federal y en los tribunales ordinarios de la Capital Federal y de los territorios nacionales sancionada por Ley 2372, el 17 de octubre de 1888, por lo tanto, aplicable en el territorio de Santa Cruz en esa fecha.

Con este escenario, Loyola no solamente sigue presentándose como un lugar para ir a pescar, sino que cuenta con un rico panorama histórico para conocer, observar, respetar y sobre todo nunca olvidar. Cualquiera que viaja estos pocos kilómetros desde Río Gallegos seguramente se sorprenderá con lo que todavía está por descubrirse.