La pandemia

Más de 100 días con Coronavirus

La infectóloga de la Clínica de Olivos, Leda Guzzi, explicó por qué es tan baja la tasa de mortalidad del COVID-19, pero por qué era necesario endurecer la cuarentena en el AMBA. Por qué se fue corriendo la fecha en la cual habría pico de casos y el gran porcentaje de recuperados en Argentina.

  • 30/06/2020 • 07:53
Dra. Leda Guzzi.
Dra. Leda Guzzi.

Desde la declaración del aislamiento social, preventivo y obligatorio, transcurrieron 102 días en Argentina.

Aunque en Santa Cruz se encuentra en una etapa de distanciamiento social, mañana comienza en el AMBA una fase estricta hasta el 17 de julio.

La Dra. Leda Guzzi, médica infectóloga, explicó por qué es erróneo pensar que si trascurrieron más de tres meses de cuarentena, la salud no estaba del todo preparada en el AMBA; además de advertir qué sucede con los recuperados y el riesgo de volver a contagiarse.

-TS: Argentina tiene una tasa de letalidad del 2,43% y es muy baja en relación a otros países. ¿Qué relación existe entre este porcentaje y la cantidad de casos?

LD: La tasa de letalidad es un indicador que se construye con el número de defunciones sobre el total de casos confirmados de una enfermedad. Por lo tanto, da un pantallazo, una foto, acerca de la mortalidad pero está influenciado por una serie de variables, como por ejemplo la tasa de testeo y la notificación en tiempo real. Efectivamente, la letalidad en Argentina es la mitad de la reportada a nivel mundial y probablemente esto tiene que ver con las oportunas medidas restrictivas para los grupos de mayor riesgo, es decir personas mayores de 60 años de edad y personas con enfermedades preexistentes, que al cumplir con las pautas de aislamiento resultaron bastante resguardados.

-¿De qué manera incide la edad? Si bien se ha advertido que el virus es más mortal desde los 60 años en adelante, hubo pocos casos de muertes de niños por COVID-19.

La edad efectivamente es el factor de riesgo con más impacto en la mortalidad, aunque no es el único. En Argentina el promedio de edad de las personas infectadas es 36 años, es decir que el 80% de los infectados son jóvenes y el 20% restante pertenece a edades de riesgo y son los que tienen mayor tasa de mortalidad. En Argentina la mediana de edad de los fallecidos es 74 años, y esto coincide con lo reportado en la mayoría de las publicaciones mundiales. Es probable que en Argentina estemos experimentando una relativa menor tasa de mortalidad comparada con otros países, por el hecho de que la mayoría de los afectados son personas jóvenes. También incide favorablemente en la tasa de mortalidad, la disponibilidad del servicio de salud, es decir de camas de internación, acceso a respiradores, a medicinas, etcétera. La mortalidad en menores de 19 años es excepcional.

-Otro dato es que en el país hay un gran porcentaje de recuperados. ¿A qué se debe?

Es cierto, los recuperados representan el 35% del total de los casos y es un dato muy alentador. Significa que personas que enfermaron, ya tienen el alta epidemiológica. De todas maneras, es importante destacar que no está claro que el recuperado no pueda enfermar una segunda vez, o dicho en otros términos, que la persona que desarrolló anticuerpos tenga una inmunidad efectiva. Este tópico se va a dilucidar con el tiempo.

 

-La extensión de la cuarentena, ¿incidió en que el pico de casos se vaya extendiendo cada vez más en el tiempo?

Sí, el aplanamiento de la curva evitó la presentación de numerosos casos todos juntos en corto tiempo, lo que hubiera condicionado el colapso del sistema sanitario, pero proyectó el pico hacia delante.

 

-Durante el inicio de la cuarentena -hace 100 días- el objetivo era ganar tiempo para contar con mayor cantidad de camas e infraestructura. Esto no se logró ya que en el AMBA se anunció una cuarentena más estricta.

No coincido con el balance de los 100 días. La instalación oportuna del aislamiento social, preventivo y obligatorio logró contener la epidemia y permitió que el 85% del país se encuentre hoy en fases mucho más avanzadas de apertura. La situación del AMBA se debe analizar con toda la complejidad socio-económica y cultural del área. Para empezar es una zona densamente poblada, con intensa movilidad interjurisdiccional por razones laborales y de otra índole, y es una megalópolis caracterizada por la presencia de algunos bolsones de pobreza, en donde el mantenimiento del aislamiento y de las medidas básicas de seguridad (como el lavado de manos en lugares en donde no se dispone de agua de red, por dar un ejemplo...) es una quimera. Toda esta complejidad, que también se evidenció en otras grandes metrópolis a nivel mundial como San Pablo, Río de Janeiro, Londres, Nueva York, Lima, etc. llevó a que el control de la pandemia sea mucho más dificultoso, pero aun así, el balance de estos 100 días es muy positivo. El endurecimiento anunciado de la cuarentena es una medida necesaria para disminuir la tasa de contagios y evitar la saturación del sistema de salud. Esto surgió del análisis de una serie de variables entre ellas la tasa de ocupación de camas de terapia intensiva que supero el 50%. Creo que el sistema de salud se ha robustecido significativamente en estos 100 días y los datos son contundentes. Las camas de terapia intensiva se ampliaron de 8521 a 11.517 y se incorporaron 1974 respiradores, llegando a un total de 8388 en todo el territorio nacional, y esta ampliación fue con un principio de equidad ya que se aumentó significativamente la participación del sector público en la distribución, llegando a casi un 40% en el total de camas de terapia intensiva y a un 50% en la totalidad de los respiradores.

En mi criterio si no se hubiera logrado esta ampliación, especialmente en provincia de Buenos Aires, hoy el sistema estaría colapsado.

-¿Faltaron más medidas que se realicen de manera conjunta junto con la cuarentena? Infectólogos señalan que la cuarentena es solo una herramienta, pero que se debe testear más y tomar más medidas.

Es cierto que para lograr una respuesta exitosa en la pandemia se requiere de múltiples estrategias. Sin dudas la más importante es el aislamiento, pero también es importante el testeo. En este sentido en nuestro país el testeo fue creciendo escalonadamente y en el momento actual se logró testear a 7000 personas por cada millón de habitantes. Por otra parte se desarrolló el programa Detectar que implica una búsqueda activa de los casos sospechosos, el rápido testeo y aislamiento, a la vez la identificación y trazado a los contactos estrechos, y le aseguro que esta medida tuvo y tiene muchísimo impacto. Después está todo lo referido al fuero individual, es decir la adherencia a todas las medidas de protección, el uso de tapabocas, el lavado de manos, la distancia física de al menos 2 metros, la higiene de los ambientes, etcétera. Todas estas medidas en conjunto pueden ayudarnos a controlar a este temible virus.

 

-Si no hay vacuna y se deberá convivir con el virus, en un marco de medidas sanitarias, entonces, ¿cuál es el límite de la cuarentena?

Hay alrededor de 300 líneas de vacunas en desarrollo, algunas de las cuales están comenzando la fase final de investigación y se espera que para fin del 2020 o comienzos del 2021, puedan existir 1 o 2 vacunas seguras y efectivas. Soy optimista respecto a este desarrollo y es importante señalar que para que la vacunación tenga impacto real, las dosis se deben producir a gran escala, a un precio que resulte accesible para los Estados y deben distribuirse con un principio de equidad.

 

-¿El virus mutó? ¿Su carga viral es menor o mayor?

No hay evidencias concretas de que el virus haya mutado. Respecto al estudio italiano al cual usted hace referencia, el investigador encontró que los nuevos infectados presentaban una carga viral menor que la de los primeros infectados en Italia, sin embargo sacar conclusiones como de un “envejecimiento” de la pandemia o de un fin de la pandemia por estos hallazgos, es al menos desmesurado y poco serio.