Salud

La relación entre el COVID, el sueño y la efectividad de las vacunas

Silvia Leiva, neuróloga del Instituto Fleni y del Laboratorio del Sueño y la Vigilia, destacó además la importancia de poder conciliar el sueño, cómo incidió la pandemia y qué no hacer para un buen descanso.

  • 08/07/2021 • 07:00
La relación entre el COVID y el sueño.
La relación entre el COVID y el sueño.

La pandemia afectó y afecta la salud física y psíquica. Poder conciliar el sueño y descansar correctamente es fundamental, tanto que las alteraciones nocturnas pueden provocar enfermedades e incluso generar menos anticuerpos para quienes fueron vacunados.

Durante las diferentes etapas de la pandemia, los problemas para dormir fueron variando.

Al inicio, con el ASPO vigente "algunas personas soñaban más y tenían más pesadillas y otros tenían insomnio", dijo a TiempoSur Silvia Leiva, neuróloga del Instituto Fleni, del Laboratorio del Sueño y la Vigilia y jefa de Neurología del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial dependiente de la Fuerza Aérea Argentina.

Esto -indicó- era "lógico" porque cuando las personas estaban aisladas tenían más   tiempo en su casa "y dormían más y al dormir, se permite soñar más porque hay más tiempo".

"El sueño tiene distintas estructuras, como REM (Rapid Eyes Movement) que es cuando soñamos y ahí aparecen las pesadillas, pero esto es al final de la noche (porque otra etapa es NO REM, que es el sueño profundo)", explicó.

Las pesadillas estaban relacionadas a los cambios de horarios, no mantener una rutina, tomar alcohol o medicamentos, sumado al contexto de pandemia, "hacía que la gente estuviera más estresada y eso favorecía a que tengan pesadillas".

Pero la Doctora señaló que contrariamente, otras personas mejoraron el sueño, como los trabajadores que debían cumplir turnos rotativos, "pudieron fijar sus horarios". "Esto lo vi específicamente en los pilotos y pudieron ver lo mal que duermen cuando cumplen ciertas normas", explicó.

INSOMNIO

Actualmente las personas padecen insomnio porque "alteraron tanto la rutina o se desorganizó que no tienen ritmos que los sincronicen biológicamente".

El entorno lumínico es fundamental para conciliar el sueño, aunque "mucha gente se queda hasta altas horas de la noche con pantallas de medios electrónicos que emiten un tipo de luz de características azules o de longitud o de onda corta, que es igual a la que se emite a la mañana al amanecer y que envía una señal de alerta al cerebro". De este modo no genera melatonina en la glándula pineal, porque los ojos captan la luz y las personas están horas alterando su ritmo normal biológico para dormir.

"Mucha gente perdió la rutina y los hábitos. Los chicos en casa, los adultos algunos varían sus horarios, cambió toda la rutina, más estrés y hace que la gente se quede pensando hasta altas horas de la noche y no tiene un entorno de relajación para iniciar el sueño", precisó.

Pero todo depende de cada individuo, porque hay personas que mantuvieron su rutina y no les cuesta "volver al ritmo anterior".

"Somos animales diurnos, nuestro mayor sincronizador es la luz, los hábitos nuestros marcan los ritmos, y cuando los  variamos no se cumple una función y afecta a nuestro organismo hasta llegar a producir enfermedades", marcó.

La importancia del sueño es grandilocuente.

"Durante el sueño, uno consolida la memoria, porque uno estudia despierto, pero se vuelven a conectar ciertos circuitos neuronales para fijar la memoria durante la noche. Además mejoramos la inmunidad, porque los anticuerpos se forman cuando estamos dormidos. Si uno vacuna a una persona y no duerme bien, no forma tantos anticuerpos como aquella persona que duerme bien. Además crecemos, la hormona se libera en la etapa de sueño profundo. Es fundamental darle tiempo, porque uno le quita tiempo al sueño y no es una cuestión biológica positiva, hay que disfrutarlo, ya que es un tercio de nuestra vida. Quien duerme bien tendrá mejor envejecimiento, no tendrá tantas enfermedades y una calidad de vida muy superior de quien tiene alteraciones nocturnas", detalló.

MENOS LUZ EN EL SUR

En nuestra provincia, la obscuridad a las 18:00 por la época invernal, incide. "Esto se ve en todos los niveles, por ejemplo, los astronautas en la estación aeroespacial están sincronizados con luces. La luz azul es de la mañana, blanca al mediodía y roja para la tarde-noche. Y se ve en el extremo norte, como el Polo Norte o el extremo sur, alteraciones de ritmos circadianos, más alteraciones de tipo anímicos, pero no están expuestos a la radiación y si no tienen ciertos hábitos para un buen dormir, sienten alteraciones", expuso.

Incluso -añadió- hay países que tienen diferente iluminación en relación a la época, sea más de noche o más de día.

 

TS: ¿Qué recomendaría a las personas que no pueden conciliar el sueño?

Dra. Leiva: Las medidas principales son, generalmente, mantener horarios regulares dentro de las posibilidades de cada uno para dormir. No cambiar de dos a tres horas de un día al otro, para acostarse y levantarse. No rumear, que significa pensar mucho, no tener pensamientos negativos cuando uno va a la cama, sino tratar de hablar de los problemas en otro momento, pero depende de cada caso. No estar muy alerta, crear las circunstancias para ir a dormir, crear una rutina. Lo ideal es suspender lo que son pantallas, mínimo una hora antes. O bloquearlas, porque hay dispositivos con filtros para luz nocturna y diurna.

Lo más importante es tener hábitos saludables, estemos en donde estemos, tratar de ser mas resilientes, es decir, tener la capacidad de salir mejor de ciertas adversidades.

*Silvia Lucia Leiva es Médica Neuróloga, estudió medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires  egresando en el año 1984. Realizó la Residencia de Neurología en el Hospital Nacional Bernardino Rivadavia. Obtuvo el Certificado de Especialista en Neurología del Ministerio de Salud y Acción Social. Fue médica titular de Guardia Médica General, suplente de guardia de la Unidad de Terapia Intensiva y neuróloga del Hospital Municipal de Oncología María Curie. Convalidó sus títulos en la República de Colombia, donde obtuvo los Títulos de Médico Cirujano y de Especialista en Neurología. Fue médica rural en el Hospital Old Providence del Archipiélago de Providencia, San Andrés y Santa Catalina en el Caribe Colombiano. Miembro de Número de la Asociación Colombiana de Neurólogos Clínicos. Es Jefe de Neurología del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial dependiente de la Fuerza Aérea Argentina. Médica Examinadora del Personal Aeronavegante. Docente del Curso Básico de Postgrado de Medicina Aeronáutica, en convenio con la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente se desempeña en el Laboratorio del Sueño y la Vigilia realizando el análisis e interpretación de los estudios y consultas médicas.