Elecciones

Karina quiere arreglar con el PRO bonaerense y mira con cariño a la UCR

La armadora de La Libertad Avanza quiere recomponer relaciones con el radicalismo, que tiene en provincia de Buenos Aires una fuente inagotable de acuerdos posibles.

  • 25/04/2025 • 22:39
Karina Milei
Karina Milei

Con las elecciones legislativas de 2025 a la vuelta de la esquina, los intendentes radicales de la provincia de Buenos Aires (y con menos virulencia también de otras regiones del país) salieron a marcar la cancha y, con la timidez habitual, pararse de manos ante Karina Milei, que quiere abrazarlos junto al PRO y deglutirlos en las elecciones de octubre.

 El mensaje de intendentes del Gran Buenos Aires y también del interior, es claro y tiene como destinatarios a Karina Milei y a los adalides de la fusión PRO-LLA en Provincia: Cristian Ritondo y Diego Santilli, que están a un paso de saltar al mileismo.

El rechazo a las huestes de Milei tiene raíces territoriales más que ideológicas: para los jefes comunales radicales, el proyecto de Milei “no tiene anclaje real en el interior” y sus políticas de ajuste “no se sienten como una mejora en los municipios”, según relataron en varias reuniones encabezadas por el diputado Rodrigo de Loredo y citadas por medios bonaerenses.

 

 “El plan A es ir con el PRO”, repitió el cordobés, ratificando una línea que también impulsan figuras como Maximiliano Abad.

 La decisión de mantener distancia de Milei también tiene que ver con los intentos fallidos del oficialismo por “comprar dirigentes” del PRO y la UCR.

 “Los que tenían precio ya fueron comprados”, lanzó esta semana Mauricio Macri desde Mar del Plata, apuntando directamente contra aquellos que cruzaron de bando. 

Pero la tarea no es sencilla. Dentro del PRO, referentes como Ritondo, Santilli y el intendente Diego Valenzuela siguen explorando un entendimiento con el oficialismo libertario, impulsados por Karina Milei y Sebastián Pareja, que siguen apostando a una construcción por goteo, sin acuerdos formales. 

 La jugada de los radicales, que recuerdan lo que significo perder toda identidad cuando fueron absorvidos por el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) es tanto electoral como simbólica. En distritos donde la UCR gobierna hace años, el mileísmo no tiene estructura, y su narrativa “anticasta” se estrella contra intendentes que gozan de legitimidad y gestión. En paralelo, los radicales intentan capitalizar el malestar social con Milei, especialmente en los pueblos donde la “reactivación” no llegó. La apuesta es ambiciosa: ocupar el centro de la escena opositora con un discurso de moderación, institucionalidad y experiencia.

Sin embargo, las tensiones internas no se disipan. La disputa entre Abad y Martín Lousteau por el control del partido nacional sigue latente, y dentro del PRO todavía no hay definiciones claras sobre cómo enfrentar el año electoral. El riesgo de una fragmentación opositora, en medio de una polarización creciente, está sobre la mesa. Pero al menos por ahora, los intendentes radicales decidieron trazar su frontera: con Milei no.

 Este intento de recomposición entre la UCR y el PRO se perfila como uno de los grandes movimientos estratégicos de cara al cierre de alianzas para 2025. Si logran consolidar un frente sin el mileísmo, los radicales podrían recuperar su peso histórico y convertirse en una alternativa sólida frente a un peronismo que también busca reordenarse tras la derrota. La pregunta es si habrá margen para una coalición que no se desdibuje en las tensiones de la coyuntura.

(Fuente Infonews)