Naturaleza

Voluntariado: un programa que se aplica con éxito en dos parques nacionales de Santa Cruz

Jóvenes de todo el país participan, desde octubre, de este programa en los parques nacionales Patagonia y Perito Moreno. Los voluntarios desarrollan todo tipo de tareas acompañando a los guardaparques, y acceden a recorrer y conocer todas las áreas de esos parques.

  • 22/03/2022 • 06:00
Cuando el voluntario llega al parque, tiene asignado un tutor perteneciente a la institución, que en el caso del área protegida, son siempre guardaparques.
Cuando el voluntario llega al parque, tiene asignado un tutor perteneciente a la institución, que en el caso del área protegida, son siempre guardaparques.

La Administración de Parques Nacionales (APN) resolvió implementar el año pasado la incorporación de voluntarios y voluntarias con el fin de promover la participación y el fortalecimiento de proyectos para la conservación del patrimonio natural y cultural en 16 reservas naturales dependientes del organismo. 

En Santa Cruz, son parte de la iniciativa el Parque Nacional Patagonia (PNP) y el Parque Nacional Perito Moreno (PNPM), al noroeste de la provincia. A las personas que son seleccionadas, se les otorga un periodo entre octubre y abril de cada año, oportunidad que es aprovechada para recibir una formación que incluye objetivos y actividades tanto de la APN en general, como del área protegida con la que van a participar

 “Los voluntarios desarrollan todo tipo de tareas acompañando a los guardaparques. Desde la atención al visitante en los centros de informes, tareas de mantenimiento en general, limpieza, cartelería, recorrido de senderos”, explica Natalia Mufato, responsable del Programa de Voluntarios del Parque Nacional Perito Moreno. 

 El PNPM integra bosques patagónicos que trepan las laderas cordilleranas hasta dar lugar a cumbres nevadas, mientras que los lagos de origen glaciario pintan tonos turquesas y esmeraldas, creando un paisaje maravilloso.

El voluntariado en áreas protegidas “resulta una experiencia única y acceden a un sitio que es privilegiado. Pueden recorrerlo y conocerlo completo lo que enriquece la experiencia cuando pueden compartir y transmitir a los visitantes. Es una ayuda enorme”, explica Mufato.

“Esta es nuestra primera temporada con el programa”, dice Natalia. “Tuvimos tres voluntarios entre enero y febrero. Y en este momento tenemos dos voluntarias más y contamos con otro candidato para abril. La edad promedio ronda los 30 años y la mayoría son de la provincia de Buenos Aires, CABA, Mendoza y Chubut”, agrega.

 

MODALIDADES

Debido a la distancia con la sede administrativa (ubicada en Gobernador Gregores, a 220 km), en el PNPM se implementaron varios formatos para el voluntariado: la modalidad intensiva en el área protegida, una modalidad en la sede administrativa y la posibilidad de hacer voluntariado virtual, “para que puedan dedicarle un tiempo desde su casa, hay mucho para realizar”. Las tareas administrativas son muy variadas, como “generar información para folletería, planillas y seguimientos de los distintos tipos de proyectos desde la parte logística u organizativa”.

El tiempo de voluntariado presencial en ambos parques “por las distancias y la logística que implica”, es de un mínimo de 30 días que se puede extender. La opción de voluntariado virtual, en cambio, es más acotada.

Cuando el voluntario llega al parque, tiene asignado un tutor perteneciente a la institución, que en el caso del área protegida, son siempre guardaparques. “Esa persona funciona como un referente del voluntario en terreno, es a quien acuden, expresan consultas o inquietudes, con quien planifican las actividades y quien lo evalúa posteriormente para certificar su labor”, dice Natalia.

 

PARQUE PATAGONIA

En el caso del Parque Nacional Patagonia, en el noroeste provincial, actualmente están prestando servicio los primeros voluntarios: tres mujeres y un varón. Dos en el área La Ascensión y dos en El Sauco. “La idea es que los voluntarios no solo conozcan el parque, sino toda la región” explica el intendente del área protegida, Pablo Agnone.

PNP es la primera área protegida nacional que resguarda las mesetas de altura, conservando un importante reservorio hídrico del que descienden ríos, arroyos y manantiales que aseguran la provisión de agua para las localidades cercanas y el resguardo de importantes endemismos de flora y fauna.

“Queremos que puedan entrar en contacto con la realidad de un área protegida”, dice Pablo Agnone, intendente del Parque Nacional Patagonia. “Este programa abarca más allá de los aspectos generales de la APN. Como principal emblema de la conservación tenemos el Macá tobiano. Es en ese proyecto que se realizan actividades conjuntas con otras organizaciones como Aves Argentinas. Son tareas de colaboración con guardianes de colonia, asiento de información u observación, estado de conservación de las lagunas, toma de datos biométricos relacionados con la especie. Además, trabajan en distintos censos que hacen a especies mamíferas como el guanaco; carnívoras como el zorro, el puma”.

En ambas áreas protegidas, las labores de los voluntarios alternan entre la participación de monitoreos ambientales en los distintos proyectos de conservación, recorrida de senderos y refugios, el mantenimiento de áreas de acampe, colocación y mantenimiento de cartelería. Conocer sobre el desarrollo de distintas actividades turísticas que se hacen en el lugar y acompañamiento a los guardaparques en sus recorridas.

“Considero valioso que luego de que se retiran, los voluntarios siguen en contacto con el Parque y ya han manifestado que van a volver en calidad de visitantes para seguir recorriendo y disfrutando”, cuenta Natalia Mufato.