Río Gallegos

Sala COVID: los médicos que comenzaron a luchar contra el primer caso de Coronavirus

Son seis profesionales de la salud que deben asistir a casi 40 pacientes. Fueron los primeros en realizar hisopados y control a repatriados. Dos de ellos señalaron que no buscan reconocimientos pero sienten que a veces “vapulean” su trabajo. La necesidad de sumar profesionales y no voluntarios, la recomendación para las fiestas y el miedo al brote. Todos se contagiaron del virus en algún momento.

  • 07/12/2020 • 08:32

En abril, cuando Río Gallegos ni imaginaba el brote de Coronavirus que surgió a mediados de julio, los médicos de lo que luego fue la Sala COVID del Hospital Regional, asistieron el primer caso en la capital provincial.

Fue cuando en el nosocomio no existía la división entre zona verde y zona roja (ahora es toda zona roja) y los pocos pacientes estaban en sala común.

Los del grupo fuimos los primeros que hisopamos, hicimos las internaciones, salimos a hacer hisopados cuando había sospechas de los repatriados, los controles de los casos, todo lo hacíamos las mismas personas”, contó a TiempoSur la Dra. Jimena Arriaga, una de las seis médicas de sala COVID. 

Justamente esta doctora -que ese día estaba de guardia- y el equipo, fueron los que buscaron en su domicilio al primer caso de Coronavirus en Río Gallegos.

“No queremos reconocimiento ni nada, pero a veces vapulean lo que hacemos y llevamos tantos meses haciéndolo, porque no empezamos en julio sino desde abril con esto”, precisó la profesional.

Dentro de este grupo se encuentra el Dr. Jorge Julián, médico generalista Vicecomodoro de la Fuerza Aérea a quien TiempoSur entrevistó, ya que fue uno de los profesionales del Hospital Militar que se sumó a esta sala.

“Desde el primer paciente, fue el equipo que estuvo desde el primer momento, porque cuando fui a buscar al primer contagiado, estaba abajo mi compañera esperándome para que yo no me enferme y cuidándome como me sacaba las cosas, porque era el primero”, recalcó la Doctora.

 

-TS: Estuvo y está desde el primer día. Desde allí y hasta ahora, ¿qué es lo que remarcaría durante todo este año?

Dra. Arriaga: Lo que pedimos  desde el primer día fue profesionales, no voluntarios, y que se pongan a trabajar. La gente hace lo que puede y toma dimensión cuando le pasa y le toca vivirlo con un familiar, no puedo culpar a la población de que se haya contagiado. Es responsabilidad de cada uno y estamos para ayudar en lo que podamos para que se sientan mejor en la internación. Había momentos para frenarlo y es como se tomaron medidas tarde aunque son decisiones que se toman a otro nivel. Nosotros nos quedamos con la conciencia tranquila porque lo dijimos en todos los niveles posibles. Por eso pedimos más profesionales porque los pacientes requieren mucho trabajo.

 

-Todavía no se sabe qué sucederá si bien han bajado los casos. La segunda ola no llegó al país.

No sabemos qué va a pasar y esto es un aprender día a día. Pero también deberíamos tener un plan para distintos escenarios y estar preparados. Somos un staff de clínica de seis fijos y médicos itinerantes que vienen a colaborar que no sabemos hasta cuándo. Somos seis médicos para cubrir 24 horas todos los días de la semana para una sala que tiene hasta casi 40 pacientes. Por eso nos duele, porque hacemos humanamente lo que podemos. Es complejo, pero estamos con la conciencia tranquila porque hacemos más de lo que hacemos en otras internaciones. Les damos de comer, los mimamos.

 

-¿Qué les duele?

Cuando la gente y algunos familiares se quejan de que no los atendemos. Esto es porque no saben y nadie sale a respaldar nuestro trabajo de tantos meses.

 

“No todo es COVID”

Las internaciones en sala COVID han disminuidos, pero no en Terapia Intensiva, y menos aún la mortalidad en Río Gallegos, con 197 decesos hasta ayer a la tarde.

“Los pacientes rondan entre los 50 a 60 años con neumonías, aunque sabemos que los que peor la llevan son los adultos mayores. Con la información de fallecidos que hubo entre 55 a los 70 años, eso hoy en 2020 es un concepto viejo el de tercera edad, porque el promedio de 75 años se extiende por los tratamientos que existen para las enfermedades crónicas”, dijo la Dra. Valeria Ferreyra, médica generalista que hasta el 30 de noviembre integró la sala COVID.

Pero “no todo es COVID”, advirtió. Recalcó que desde que comenzó la pandemia, salvo por organización y reestructura que tomaron pocos días, los Centros de Salud nunca dejaron de funcionar para atender otras patologías.

“Los Centros de Salud absorbieron a los pacientes complejos porque hay especialistas que antes no tenían”, precisó.

La recomendación de la profesional -que no ha sido advertido ni aclarado oficialmente- es que las personas con problemas que no sean respiratorios ni gastrointestinales (síntomas del virus) pueden acudir a los centros de salud, sea por afecciones o aplicación de vacunas.

“Los controles en salud son importantes y no se deben postergar por más que estemos en una pandemia. No hay que postergar las prácticas preventivas”, remarcó, como por ejemplo, los controles para la detección de cáncer en hombres y mujeres.

Varios médicos de los Centros de Salud pasaron a integrar la sala COVID. Todos, según contó la Dra., contrajeron el virus.

Por eso para las fiestas de fin de año, aún sin conocer si se permitirán las reuniones familiares, la profesional conminó a que se respeten las disposiciones de los decretos nacionales, provinciales y municipales.

“Si se dice que es hasta 10 personas, que así sea y si es hasta las 12:00 o 1:00, que se respete el horario. Si bien vienen bajando los casos, estamos esperando un posible rebrote por las fiestas”, acentuó.

 

¿Sienten que su trabajo es reconocido, sea de manera remunerativa o de otra forma?

Es una constante. Hace seis años vivo en Río Gallegos y a través del tiempo vi que la salud fue maltratada en general. No sólo los médicos son mal pagos, sino también el docente que fue vapuleado y el docente también se bancó la pandemia y tuvo que laburar más en la casa. Todos hemos trabajado y hemos aprendido y la realidad es que este Gobierno, pero en realidad también los anteriores, no han sido los más generosos con los profesionales. Vinimos a trabajar particularmente formación humanitaria, en mi caso por mi especialidad médica que es medicina general de la familia y no fue por dinero. Sí reconocemos que por la exposición que tenemos necesitamos una remuneración por sobre el resto, pero esto no es por el dinero y es por la salud de la población. Esto no es solo por los profesionales, sino también los no profesionales, porque son fundamentales, sin los trabajadores de limpieza, por ejemplo, no hubiéramos podido hacer nada.

La Dra. no dejó de resaltar que el grupo de sala COVID “es un equipazo”. Ninguno se conocía antes de ingresar a la sala.