Sociólogo Conicet

Qué rol jugamos

El Doctor en Ciencias Sociales por la UBA e Investigador del CONICET, Daniel Feierstein, habló con TiempoSur sobre el rol de la sociedad en el actual contexto de pandemia, las responsabilidades y cómo deberíamos afrontar un año que será muy similar al 2021. “Nos estamos resistiendo a poder aceptar lo que está ocurriendo”, expresó al referirse a una actitud generalizada.

  • 21/01/2021 • 07:15
Dr. en Ciencias Sociales - UBA e Investigador del CONICET, Daniel Feierstein
Dr. en Ciencias Sociales - UBA e Investigador del CONICET, Daniel Feierstein

Expandida por gran parte del mundo, la pandemia del Coronavirus cada vez suma más cifras de contagios y personas fallecidas, ubicando a nuestro país entre los primeros en cuanto a estos números. Hoy las consecuencias no solo son sanitarias, sino que se han provocado transformaciones en las relaciones interpersonales, vida cotidiana y el actuar político y social.

En Argentina la pandemia ha travesado, ¿la economía o la vida? Se planteó por parte de muchos gobiernos y economistas, donde muchos al comienzo optaron por la primera opción, para llegar a la actualidad a haber priorizado lo segundo, según Feierstein, “también en términos de sociedad”.

El investigador aseguró a TiempoSur que “es cada vez más fuerte y hay muchas responsabilidades en eso, las distintas formas de negación, una situación donde nos estamos resistiendo a poder aceptar lo que está ocurriendo” y amplió: “Los muertos no están en la visibilidad mediática, se los presenta de forma anónima, son un número y de pronto estamos más preocupados por otras cuestiones y no estamos tomando conciencia de la gravedad de la situación”.

En este sentido, también hizo hincapié en un segundo elemento a tener en cuenta en términos sociales: “Un giro que ha ocurrido desde el mes de marzo a esta parte, es que inicialmente el eje había sido cuidar la vida por sobre otros elementos, y ahora casi que podemos decir que, en el desarrollo de toda la secuencia, llegamos al lado contrario, donde ya no solo es priorizar la economía, sino el confort, la necesidad de salir, los eventos sociales o cualquier situación; lo que ha generado una consecuencia de descontrol en términos de la capacidad de propagación del virus y en cuanto a habernos acostumbrado a una cantidad de contagios y muertos diarios”, repasó.

Consultado sobre si es posible, como sucede, deslindar responsabilidades y buscar culpables en este contexto sanitario, dijo: “Tal como la negación, ésta es otra forma de proyección, que es esto de encontrar la culpa en alguien en lugar de mirarnos cada uno de nosotros. Esas acusaciones terminan siendo muy simplistas” y continuó: “Hay formas de negación y de ignorancia de la situación bastante generalizadas, lo que no quiere decir que no exista un sector de la sociedad que se sigue cuidando, lamentablemente cada vez es más pequeño”.

“Me parece que tenemos que actuar de otra manera, revisando nuestra conducta, cada uno observar su rol".

De cara al futuro, para el investigador, “por un lado el único elemento positivo es la posibilidad de la vacunación, algo lento pero que va llegando y nos pone un horizonte y nos debiera dar más fuerzas”. En su análisis proyectó: “Tenemos un horizonte de 6 meses a medida que la vacunación sea masiva. El problema es cómo llegamos a este momento, lo que requiere implementar mayores cuidados, estrategias más inteligentes, invertir más en rastreo, plantear restricciones intermitentes selectivas, para poder llegar a ese momento con la menor cantidad de muertes” y aquí lamentó: “No pareciera que eso esté en el horizonte. Al buen elemento de la vacunación se lo ha articulado con la idea de que hasta ese entonces morirán los que tienen que morir y es una pena ante la forma con la que había iniciado el país de cuidar la vida y la salud”, cerró.