Patrimonio

Preservar el Marjory Glen

El Gobierno provincial, a través de la Dirección de Patrimonio, trabaja junto a profesionales de la UTN, en la preservación de la estructura del histórico buque que naufragó en Punta Loyola en 1911. Carla García Almazan habló con TiempoSursobre la importancia de la recuperación de nuestro patrimonio.

  • 03/07/2022 • 11:48

Declarado Patrimonio Histórico Provincial en 2011, a 100 años de su naufragio en la costa de Punta Loyola, el Buque Marjory Glen es sin dudas un emblema de nuestra ciudad, aunque muchas veces poco conocido por las nuevas generaciones. Si bien existen algunos proyectos para el mejoramiento de su entorno, dado que el lugar se ha convertido en un paseo de fin de semana, pero también es lugar de visita para turistas que llegan a Río Gallegos, lo cierto es que con anterioridad no se han realizado trabajos referidos a la preservación de la estructura del Buque Marjory Glen.

En esta oportunidad, la Dirección de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Estado de Cultura, junto a la Facultad Regional Santa Cruz de la UTN, comenzó a realizar análisis y mediciones sobre la estructura de la embarcación. El trabajo de ingenieros y alumnos de la UTN FRSC consiste en analizar determinadas variables, mediciones y el posterior análisis que permitirán encontrar un método para aminorar la corrosión de la nave que tanto valor patrimonial tiene para la provincia.

La directora de Patrimonio Provincial, Carla García Almazan, dialogó con TiempoSur sobre el área realizada. “Esta actividad de campo responde a un  pedido que realizó la Dirección, a la carrera de Ingeniería Electromecánica de la UTN. Se realizó en pandemia, se avanzó con reuniones vía zoom y hoy estamos avanzando con otra etapa planificada por el equipo”, repasó. El staff está integrado por el director del Departamento de Ingeniería Electromecánica, Andrés Mendivill; las alumnas de 5to. Año, María José Brenda Tellez y Rocío Frías de 3er. Año de Ingeniería Industrial; y la Directora de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Estado de Cultura del Gobierno de Santa Cruz y Alberto Kaitelman, asesor especialista en corrosión que, si bien está jubilado, trabaja junto a la UTN en estos proyectos.

Detalles de los trabajos

“Yo tenía la experiencia con el método de ánodos y cátodos en otros trabajos de conservación que permite encontrar una forma de detener o aminorar el deterioro y así preservar este barco de tanto valor patrimonial y geopolítico para nosotros”, comentó García Almazan y detalló: “Estamos estudiando la posible colocación de ánodos de sacrificio, son piezas de metal que van soldadas dentro del barco y que atraen toda la corrosión que se genera. Lo que minimiza el proceso de deterioro en el resto del barco”.

Vale la pena señalar que la vida útil de los ánodos será de entre 2 a 3 años dependiendo el entorno del Marjory Glen, por lo que se deberán realizar mediciones constantes para luego avanzar en el recambio de las piezas de ser necesario. “Esto para evitar un mayor deterioro que el que ya presenta la estructura”, dijo la funcionaria, al aclarar que “esto solo minimiza el proceso de corrosión, es difícil pararlo. El barco está en un microclima, en un entorno muy malo para el material con que está construido”.

Esta será una primera instancia, para posteriormente analizar otras posibilidades en pos del mantenimiento del patrimonio, se pueden realizar acciones de arenado y recubrimiento con resina sintética que pueda minimizar también el efecto. “Vamos paso a paso. Este trabajo va a llevar un tiempo, hay un estudio previo. Veremos si es posible avanzar con lo demás”.  

La importancia del patrimonio

La Directora Patrimonial destacó la relevancia que adquiere la preservación del patrimonio. “Es muy importante poder avanzar. El barco está allí desde 1911, fue declarado en la oportunidad del centenario como monumento histórico provincial por la importancia que tiene en la narración de la geopolítica de esos años”, sostuvo.

“Esto es algo permanente, las mediciones deben ser constantes y las tareas de conservación permanetes. Hay que ser sostenibles con eso. Siempre fue nuestra preocupación la conservación del barco y además un mejor manejo del sitio. Hay varios proyectos que hacen falta poner en marcha. Proyectos que tratan solo de ordenar lo que ya está, que haya un mejor estacionamiento, tener servicios que puedan cubrir las necesidades del paseo”.

Breve historia del Marjory

Su nombre original es Marjory Glen, de origen británico. Fue construida en el año 1892 por la empresa “The Grangermonth Dockyard Company”, en Escocia. Según se pudo reconstruir, a través de registros escritos, se trataba de una nave con propulsión a vela, con tres mástiles y dos cubiertas, sin galerías. El casco de acero estaba remachado.

El buque fue construido por orden de Blair and Co., pero para 1911 era propiedad de J.M. Campbell and Sons. Su código en letras era M.V.H.S. con el número oficial de registro 99860, con puerto de registro en Glasgow, Escocia; aunque a la hora del naufragio navegaba bajo bandera noruega.

Desde el mismo momento de su diseño, se la concibió como una hermosa nave y la crónica del Falkirk Herald resalta la belleza de sus líneas, que a casi un siglo de su naufragio, aún puede apreciarse en Punta Loyola, en la desembocadura del río Gallegos.

El Marjory Glen zarpó del puerto de Shields, Newcastle, el 13 de junio de 1911, por última vez. El jueves 24 de agosto fue azotada en el Atlántico por un temporal con chubascos huracanados. Se intentó arriar velas pero en el proceso se pierden dos y otras sufren daños. El 9 de septiembre divisan el Cabo Vírgenes, unos 100 km. al sur de su destino. En ese momento se sintió un fuerte olor saliendo de la bodega de proa, se retiró la escotilla para examinar la carga, no pudiendo detectar ningún foco de incendio. Posteriormente, se vio humo saliendo del palo trinquete y la tripulación intenta ahogar el posible fuego tapando todas las ventilaciones y arrojando agua, procurando evitar corrientes de aires que pudieran avivar el fuego. Los días 10, 11 y 12 de septiembre, a casi tres meses de haber zarpado de Inglaterra, permanecieron fondeados cerca de la desembocadura del río Gallegos a la espera de alguna nave que pudiera remolcarlos río arriba hasta el puerto de Río Gallegos. El miércoles 13 de septiembre, avistado un vapor se izaron señales y a las 8:30 a.m, el vapor amarró a la barca, se levanta el ancla y se la remolca hasta el puerto de Río Gallegos donde fondeó el mismo día. El jueves 14 de septiembre se desencadena la tragedia. La situación se hizo crítica y la tripulación por temor a las explosiones e incendios, decide abandonar la nave.

El viernes 15 de septiembre, se retiraron más remaches para permitir el ingreso de más agua al casco.