Amigos de cuatro patas

Olfateando para detectar y luchar contra el Coronavirus

Es una tendencia a nivel mundial y en la facultad de veterinaria de la UBA es una realidad cada vez más concreta. Cómo se entrena a los perros y qué pueden hacer para colaborar en la lucha contra el COVID-19.

  • 03/11/2020 • 10:40
 Olfateando para detectar y luchar contra el Coronavirus
Olfateando para detectar y luchar contra el Coronavirus

El proyecto de entrenamiento es compartido con una universidad francesa y los primeros resultados son alentadores. La Universidad de Buenos Aires está marcando tendencia en Latinoamérica en el entrenamiento de canes para favorecer la detección de Coronavirus, pero, ¿cómo funciona? Se trata de perros que ya se desenvuelven en odorología forense, área en la que se especializa Florencia Adorante, que brindó precisiones a Tiempo FM al respecto.

Cuestión de olfato

Para comprender el proceso, hay que entender la nariz de los perros. “Lo fundamental son la cantidad de células olfativas que tiene un perro, en los humanos es de 5 millones y en los canes de más de 250 millones”, explicó la licenciada. Dentro del cerebro de los amigos de cuatro patas, dedican un 40% de sus regiones cerebrales para identificar los olores, molécula a molécula. A lo largo de su vida utilizan esta capacidad para identificarse, reconocer alimentos y reproducirse.

Hace décadas que las diferentes instituciones, con muchos cuidados y respeto por su naturaleza, unen fuerzas con los perros para detectar enfermedades y drogas, por lo que la batalla contra el Coronavirus, no es la excepción.

“Si entramos a una casa y hay alguien cocinando salsa, los humanos podemos identificar que se trata de una salsa, pero los perros pueden diferenciar cada ingrediente, cada condimento y darle una identidad a todos los elementos que la componen” ejemplificó Florencia. Es una cuestión de olfato.

Entrenamiento y primeros resultados

“No se sabe bien qué átomo odorífero identifican, pero sí se sabe que está presente en la transpiración y que permite discernir entre personas con COVID”, explicó Adorante. En algunos países se utiliza la orina, pero en Argentina se eligió el sudor ya que cuenta con menos carga viral y no expone de igual manera a animales y adiestradores al contagio.

Los entrenamientos suelen durar entre 8 y 12 meses, pero por la urgencia de la pandemia y la crisis sanitaria en Argentina están intentando hacerlo lo más rápido posible. En la experimentación se llevan a cabo programas de entrenamiento de estímulo-recompensa, un juego asociativo. Es decir se enseña a identificar, comparando paños estériles con palos que poseen el sudor de una persona COVID positiva y cuando se detecta se brindan caricias, juegos o alimento.

“El can va a informar que encontró lo que busca y va a buscar su premio después” precisó la forense. La detección del perro no es un test confirmatorio, sino una etapa presuntiva, el puntapié para aislar y hacer un PCR. El equipo de investigación ha presentado resultados optimistas con respecto a la seguridad del método. “Los perros arrojaron entre un 86% y 100% de efectividad, hay muy pocos falsos negativos” celebró Adorante.

Desde la UBA informaron que se trata de diez perros de raza Pastor Alemán y Pastor Belga Malinois, especializados en detección de explosivos. Se trata de una articulación de la casa de altos estudios con el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires en colaboración con el Ministerio de Seguridad de la Nación.

Aplicación

Finlandia lo implementa desde septiembre. A los pasajeros que llegan al Aeropuerto Internacional de Helsinki se les ofrece un “test rápido” con perros entrenados en un programa piloto que busca detectar contagios para su posterior aislamiento. En España también se aplica. El proyecto bautizado K-anary adiestra perros y los lleva por los pasillos de los hospitales de Barcelona. En este programa los canes detectaron la enfermedad antes de que se manifiesten los síntomas.

En Argentina, las autoridades sanitarias informarán su implementación cuando sea posible, se estima que sea en los próximos meses. Estaciones de trenes, aeropuertos, fronteras, puntos neurálgicos, son los espacios en los que podrían trabajar los perros. “Ahora que se abrirá la circulación por vacaciones de verano, pueden hacer la diferencia. Pueden oler hasta a 200 personas por hora y prevenir de manera inmediata”, destacó la forense especializada en odorología.

El cuidado a los trabajadores

Adquirir, entrenar y poner a trabajar a un perro es una tarea dedicada y que conlleva mucha inversión y muchos cuidados. Los canes de las fuerzas de seguridad cuentan con una jornada laboral y edad jubilatoria. “No es fácil su mantenimiento, que siempre se hace con mucho amor, pero entendiendo los peligros de la exposición” resaltó Florencia Adorante, explicando que la integridad física de los perros, es prioridad en cada línea de acción de la que participan.