Especial para TiempoSur

Ómicron: cómo se vive el gran brote de casos según una argentina en Sudáfrica, país con pocos vacunados

Sabrina Renzo se fue de Argentina en plena crisis del 2001. Trabajó en el sector turístico, hasta que comenzó la pandemia. Vive en Johannesburgo, la ciudad más grande de Sudáfrica, país que vive una cuarta ola y que pasó de tener cientos de casos a más de 16 mil contagios este viernes.

  • 05/12/2021 • 11:11
Sabrina se fue de Argentina el 22 de diciembre de 2.001.
Sabrina se fue de Argentina el 22 de diciembre de 2.001.

La variante Ómicron, dada a conocer al mundo hace escasos 10 días, fue descubierta por científicos sudafricanos, aunque la cepa no se habría originado en este país ubicado al sur del contiene de África. Todavía se desconoce quién es el “paciente cero”.

Sólo basta ver el incremento de casos por Covid-19 para tener una noción de la contagiosidad de la cepa: los casos comenzaron a bajar a mediados de octubre, con 400 casos diarios en todo el país, hasta llegar a incluso a no detectarse ningún positivo el 14 de noviembre.

De allí en más, todo fue en aumento. Primero, la suba fue de 300 casos, luego fue duplicándose, y el mismo 25 de noviembre, cuando el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD) de Sudáfrica informó sobre la nueva variable, se registraron 2.465 contagios.

Según el último registro de casos del viernes 3 de diciembre, se detectaron 16.055 casos por coronavirus y 25 muertes.

“El jueves de la semana pasada iba en el auto y escucho que se descubre una nueva cepa, peor estas noticias como ya no llaman la atención, no le di importancia. Pero horas más tarde, mientras escuchaba un programa de rock nacional en FM Mega de Buenos Aires, hablan de la nueva cepa descubierta en Sudáfrica”, contó Sabrina Renzo (42) argentina que emigró a Sudáfrica el 22 de diciembre de 2.001, hace 20 años, cuando nuestro país atravesaba una de su mayor crisis institucional desde el retorno de la democracia.

Madre de tres hijos, Sabrina primero se asentó en Hazyview, pueblo cercano al Parque Nacional Kruger. Estuvo seis años, luego por 10 años trabajo en un complejo turístico llamado Sun City, y desde hace cuatro años reside en Johannesburgo, 

la ciudad más grande de Sudáfrica y capital de la provincia de Gauteng.

Salvos estos últimos dos años, en el que se dedica a la venta on line y trabaja, además, en una empresa de fianzas; siempre se dedicó al turismo, rubro más afectado por la pandemia mundial.

En 2010 junto a su madre, que es Guipa de Turismo, crean en la red social Facebook el grupo “Argentinos en Sudáfrica (oficial)”, espacio en el cual recomiendan a todo visitante, sobre todo latinos y españoles, los mejores lugares para visitar y a donde y cuanto es el costo de las diferentes opciones turísticas.

 

EL SEGUNDO DÍA

“El día sábado (27 de noviembre) escucho sobre las restricciones en los viajes y coincidió con el primer trabajo de mi madre desde el inicio de la pandemia. Tenía un grupo de españoles que habían hecho un tour, y debían volverse, peores mañana la aerolínea les cancelan el vuelo, y coincidió con el anuncio de países de Europa, como Inglaterra, que hablaban de cerrar”, relató. Por ejemplo, en el caso de los españoles debían hacer escala en Suiza, pero “no los dejaban entrar”. (Dos días después, el lunes, pudieron partir).

Al día siguiente, el domingo, habló el Presidente de la Nación, Cyril Ramaphosa.

“El Presidente explicó que el virus no nació acá, y que simplemente fue descubierto por los científicos, y también dijo que las restricciones eran injustas hacia Sudáfrica”, recordó.

“Estamos profundamente decepcionados por la decisión adoptada por varios Gobiernos, de prohibir el viaje desde varios países del sur de África tras la identificación de la variante Ómicron”, afirmó el mandatario en un mensaje a la nación.

Ramaphosa opinó que “son medidas total y absolutamente injustificadas, contrarias al compromiso planteado en la reunión de los países del G20 el mes pasado en Roma”, según la agencia de noticias Europa Press.

En Sudáfrica padecieron la tercera ola desde junio hasta septiembre, pero después los casos fueron disminuyendo.

“Mi madre me habló y me dijo que seamos responsables y que cortemos con tantas salidas. El virus, por lo que vimos, se reproduce mucho más rápido, pero con síntomas leves”, precisó.

Hasta ayer sábado, el gobierno no había anunciado nuevas medidas restrictivas para todo el país.

Antes de Ómicron, la vida diaria transcurre como si prácticamente como si la pandemia hubiera finalizado. En Sudáfrica cada fase se mide en niveles y a diferencia de Argentina, el Nivel 1, es el de menor riesgo epidemiológico, y el 5 el de mayor riesgo.

“No cambiaron nada las medidas, y aunque habló el Presidente, esperaba algún cambio, pero no lo hubo. Cuando la pandemia era más fuerte no se vendía alcohol y escaseaban los cigarrillos, y había toque de queda a las 9 de la noche”, detalló Sabrina, que vive en Sandton, un suburbio ubicado en la zona norte de Johannesburgo.

El brote en Sudáfrica tiene una obvia explicación en el porcentaje de vacunados. De una población de 60 millones de habitantes, sólo el 24, 3% de la población cuenta con ambas dosis de la vacuna, según el Departamento de Salud.

“Por eso nos dijeron que nos vacunemos”, remarcó.

En este país, que gobernó Nelson Mandela, existe “mucha ignorancia” y rechazo hacia las vacunas, advirtió Sabrina. “Primero hay ignorancia, y segundo, hay mucha superstición. La gente cree que si anuncian un muerto que fue vacunado, murió por la vacuna, y así nadie se vacuna y eso se empieza a divulgar”, marcó.

Allá también las redes sociales inciden. “Miro cuando postean propaganda de las vacunas y los comentarios son atroces, diciendo que no se vacunen. Es lamentable”, advirtió.

Según publicó el viernes el diario El País de España, la Red de Vigilancia del Genoma Sudáfrica (NGS-SA, en sus siglas en inglés) presentó el miércoles por la tarde los avances preliminares de su estudio de la variante Ómicron ante la Comisión de Salud del Parlamento del país. Siguen necesitando tiempo para ir ajustando los datos, pero, en lo que ya consideran el comienzo de la cuarta ola de covid-19, aseguraron que se están concentrando en la transmisibilidad y el efecto sobre la inmunidad que proporcionan las vacunas.

Entre los datos que han logrado confirmar, destacan los siguientes: la transmisibilidad es mayor; las vacunas, aunque la variante está afectando a pacientes con la pauta completa, evitan la hospitalización; el riesgo de reinfección es mayor; el efecto de la medicación (Dexametasona) no se altera porque esta no trata el virus sino que calma los síntomas; y, sobre si es un virus más grave, apuntan que al haberse contagiado sobre todo jóvenes de entre 20 y 39 años con mayor capacidad inmunológica para resistir la covid-19, no pueden concluir nada por el momento.