Lado B del HRRG

Los “otros” esenciales: “Cuando te despedís de un compañero ya no decís hasta mañana”

El sector de personal de farmacia conforma un eslabón primordial en el trabajo diario del Hospital Regional. Un sector conformado por alrededor de 22 trabajadores entre técnicos, farmacéuticos, administrativos y auxiliares. Un servicio esencial que no se siente reconocido. 

  • 12/09/2020 • 12:15

En asamblea de trabajadores siempre se nombra la situación de médicos y enfermeros, como el personal que está en la primera línea de trabajo para atender a pacientes positivos o con síntomas relacionados al COVID-19.

Sin embargo, hay otros sectores que trabajan diariamente para asistir a profesionales y pacientes que concurren al Hospital Regional de Río Gallegos (HRRG). Como “los otros” los trabajadores esenciales del nosocomio, viven con cierto temor la pandemia actual y con el cuidado habitual de resguardarse de cualquier virus, teniendo muchos que cuidarse para cuidar también a sus parejas, a sus hijos, a su familia y entorno más íntimo: los que esperan en su hogar. Incluso, muchos han debido alejarse por un tiempo de sus seres queridos para cuidarlos y evitar cualquier posible contagio de una enfermedad que todavía no tiene vacuna.

En este caso hablamos de los trabajadores del sector de farmacia, un núcleo fundamental para el sostenimiento diario de tareas en el HRRG.

“Si te tengo que decir algo te podría decir que en el caso de farmacia el laburo se incrementó, a pesar que fuimos quedando pocos, hemos llegado a estar tres técnicos y dos farmacéuticos para todo el hospital y las dependencias”, explicó a TiempoSur una trabajadora de este sector.

La farmacia se divide en dos: la farmacia ambulatoria que funciona de 10:00 a 13:00 Y la farmacia de internación que trabaja de 8:00 a 20:00 de lunes a viernes, la cual se encarga de todos los insumos y medicación del Hospital y de quienes dependen del mismo, como los pacientes de guardia que llegan luego que cierra la farmacia ambulatoria.

El servicio cuenta con 11 técnicos, 5 farmacéuticos, 2 administrativos y 4 auxiliares. Pero el panorama hoy muestra menos personal. De los cuales tienen 3 técnicos con licencia por ser grupo de riesgo y una trabajadora con COVID positivo aún no recibe el alta y en proceso de recuperación. En el caso de los farmacéuticos, hay uno aislado por ser COVID positivo, y de los 4 auxiliares está trabajando uno solo, siendo que dos están con licencia y uno con carpeta. Y por último, de los administrativos está trabajando uno solo siendo que hay una trabajadora del área con licencia.

Nuestro laburo, al ser netamente técnico, no podemos contar con reemplazo, porque en estos momentos es imposible enseñar a alguien como es la orgánica del servicio”, explicó y señaló que, en tal caso, “los que estamos ahí estamos super recargados”.

A esto, suman otra recarga de trabajo con guardias los fines de semana y feriados. Y la guardia pasiva que consta fuera del horario de atención: llaman al técnico que está de guardia para que se acerque desde su casa al nosocomio para entregar algún tipo de medicación o descartable de urgencia. “Por ende nuestro laburo es de 24 horas los 365”, remarcó.

 

Reconocimiento

La polémica por el Decreto 982 que designaba una asignación no remunerativa a trabajadores del Hospital Regional, según riesgo, exposición y función en la lucha contra el COVID-19; generó polémica entre los trabajadores de la sanidad y tuvo su correlato en asambleas posteriores. 

En su caso, los trabajadores de farmacia no se sienten reconocidos, más allá de no estar trabajando en la “primera línea”. “Nuestro laburo no es tan reconocido porque somos los ´duendes´ que acercan la medicación y descartable para que sean los enfermeros y médicos quienes la colocan, pero esa parte en el circuito es para muchos olvidada, ya que solo hablan de la gente de primera línea el que tiene el contacto con el paciente internado”, exponen, al dar cuenta que en su caso tienen contacto solo con los pacientes que retiran su medicación mensual.

Pero, aún así, subrayan que “la realidad del hospital se vuelve compleja porque a pesar del número de pacientes que haya, el laburo tiene que estar”.

Para graficar cómo ha sido el trabajo durante este tiempo de pandemia, dan cuenta que hoy el día a día les genera incertidumbre de un posible contagio, de no ver a ese compañero o compañera de trabajo con el que habitualmente comparten muchas horas: “Cuando te despedís ya no decís hasta mañana porque no sabes si al otro día llegas y están tus compañeros o si hubo bajas. Esto es así”.

Los que estamos laburando día a día el cansancio es enorme pero que le metemos garra, le metemos, a pesar que no todos somos reconocidos.

Espacio

“Tomando la palabra de una terapista de Buenos Aires: el hospital no está colapsado desde hoy, esto viene desde hace años, pero la pandemia lo puso en evidencia”, sostiene la trabajadora.

“Desde hace años decimos que el hospital es chico para toda la población que es hoy. Pero las autoridades de arriba (funcionarios provinciales) no lo toman en cuenta”, agrega.

Más adelante, se expone el trabajo entrelazado entre los sectores. “Creo que más allá de esta pandemia, el hospital es un gran eslabón en el que todos los servicios funcionan con la ayuda del otro. Es decir no hay servicios islas”.

Este escenario pone en riesgo a cualquiera de los que trabajan a diario allí. “Todos estamos muy expuestos, por una cosa u otra, y la gran preocupación de hoy es no llevar el ´bicho´ (virus) a la casa, a pesar de todos los recaudos que se toma”.

Por esto, y más allá del cansancio, muchos tienen tranquilidad de saber que están cuidando a su familia, aunque muchas veces la opción sea alejarse, extrañarlos y solo verlos desde una pantalla.