Río Gallegos

Las que tejen para mantener vivo el patrimonio originario

En este espacio que TiempoSur brinda para conocer y recordar a integrantes de nuestra comunidad que hacen a nuestra formación como sociedad en todos sus ámbitos, hoy hablamos con Rebeca, Julia y María de PREPAP, un espacio que traduce las tradiciones más antiguas de la historia de Santa Cruz.

  • 23/11/2019 • 13:35

Rebeca, Julia y María forman parte del Programa de Recuperación y Estímulo del Patrimonio Artesanal Provincial de Santa Cruz. Todos los días, en su rincón dentro del Complejo Cultural de Río Gallegos, sostienen el espacio que se encarga de seguir reproduciendo los canales de expresión más ancestrales de nuestro territorio.

Se trata de talleres de telar, cerámica y capacitaciones en el interior, que están en la recta final del 2019, palpitando una muestra anual el próximo mes. En diálogo con TiempoSur explicaron la importancia de PREPAP y cómo cierran el año.

El programa tiene casi cuatro décadas de trayectoria en los que literalmente ha tejido redes por toda la provincia, pero su sede se anida en la capital santacruceña. El 2019 comenzó con la incorporación de Rebeca Belmonte como directora, que luego de un año está contenta de haber sostenido talleres que se brindan desde el programa de recuperación y propuestas de artesanos independientes que hacen uso de las instalaciones. Entre los primeros, que son gratuitos, se encuentran los de telar mapuche y telar maría, que Belmonte se encargó de dividir en principiantes y avanzados. Los segundos incluyen talleres de tallado de madera y cerámica, además de un arancel para los docentes de las clases de artesanía. 

“Son mujeres, mayoría y sin importar la edad” explicó la Directora del programa en referencia a las personas que asisten a estos espacios de formación de productos y obras de arte hechos a mano y 100% patagónicos. Rebeca, además de dirigir PREPAP, es estudiante del profesorado en artes visuales en IPSA y encuentra en los talleres de cerámica que allí se dictan una manera creativa de fortalecer su aprendizaje. Y es desde ese lugar, desde dónde está organizanda la muestra anual final de todos los talleres desde la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Cruz. La cita será el 13 de diciembre y ocupará la sala de columnas exhibiendo los trabajos que hicieron durante el año, que con guantes, carteras, bufandas y gorros reconocen a las artesanas como productoras de elementos de significación cultural.

En el pueblo mapuche, por ejemplo, las mujeres se acercaban desde la niñez a los telares, no sólo para sobrevivir a las temperaturas patagónicas, sino también como símbolo de preservar el calor, la vida y compartir historias entre ellas además de contarlas en sus únicos diseños. Reconociendo la vulneración en esta comunidad originaria y la intención de preservar el patrimonio que representan estas prácticas culturales, María Márquez integra PREPAP hace 13 años. Con raíces familiares artesanas, empezó tomando los cursos y ahora los da. “Yo hago y enseño, doy capacitaciones de telar mapuche para que la gente aprenda y no se pierda la cultura” describió a TiempoSur.

Márquez resaltó cómo muchas de sus alumnas toman clases esporádicas, básicas y luego continúan la práctica, muchas veces como salida laboral. También destacó que hay grupos sostenidos, que además de perfeccionar sus técnicas, han generado pertenencia alimentando el fuego de la identidad santacruceña. Estiman un promedio de diez mujeres por curso y todas sus creaciones son de este suelo. Antes de crear un poncho o una ruana, compran bellón y lana en estado crudo de las estancias de la provincia, las hiladoras locales los transforman en lana, creando diseños con tintes naturales generando una marca registrada en sueño patagónico, fiel a sus raíces.

Ver cómo estas prácticas continúan y cómo crecen las estudiantes emociona mucho a María. Explicó que disfruta la diversidad, el intercambio, tanto en cultura, como en ideas. Por ello celebra las visitas que ha tenido el Programa de Recuperación y Estímulo del Patrimonio Artesanal en el interior provincial. En 2019 participaron de la Fiesta del Róbalo, en Puerto Santa Cruz, la Fiesta del Lago en Calafate y la Fiesta Nacional del Trekking en El Chaltén con sus productos. También brindaron capacitaciones en las mismas localidades y fueron anfitrionas de la Fiesta de la Lana. “Cuando te juntás con otros artesanos, te vas capacitando más” agregó.

En referencia a la percepción social moderna de los pueblos originarios, Márquez observó que en toda la provincia el panorama “ha cambiado y la gente se interesa más, porque la cultura se estaba perdiendo y ahora gracias a dios está resurgiendo”. La artesana expresó a TiempoSur que el balance positivo de este año la llena de ansias para el trabajo que la espera en 2020. Destacó que el trabajo en las urbes es una retroalimentación con la cultura que aún reproducen comunidades originarias en Santa Cruz, que son pocas. “Yo sigo para que no se pierda” concluyó e invitó a la ciudadanía de Río Gallegos a sus clases.

Los ánimos de preservar y estimular el patrimonio artesanal generan un clima laboral que contagia las ganas de seguir creando en el programa. Julia Figueroa aprendió a tejer a los 12 años y hace 15 trabaja en la provincia. Fue maestra en sus inicios y ahora se dedica a las elaboraciones de nudos, que se utilizan para crear escudos y banderas principalmente. “Es mapuche, pero con otra técnica, aprendí las otras ramas desde chica pero esto es lo que más me gusta” comentó. Su pasión por estas expresiones culturales en particular nació mientras trazaba la Cruz del Sur, ya que entre sus primeras creaciones está la bandera provincial que forma parte del patrimonio de PREPAP. Sus proyectos actuales, son escudos de localidades del interior de Santa Cruz. 

“Y ahora quiero dar cursos, para que la gente siga con los nudos y cuando no esté no muera conmigo, mi primera profesora falleció y yo tengo su telar” expresó, dando un claro ejemplo de cómo la cultura vive a través de las personas que la reproducen. Julia Figueroa destacó la unicidad de cada artesanía. En PREPAP cada pieza es única. La artesana señaló que además de generar un bien común y cultural, ella se ha visto beneficiada sosteniendo estos hábitos tejeriles por años. La OMS enumera reducción de estrés, mejora del estado anímico y la motricidad manual entre otras cosas. Julia dijo que “cuando te sentás adelante del telar, te concentrás en tu tejido y te olvidás de todo”. Entre risas, catalogó la práctica como terapia.

Parece una paradoja, que a través de las lanas que mantienen la memoria de muchas, otras se olviden de sus problemas, pero sin dudas es un logro que el entretejido social mantenga prácticas que hacen bien a la salud, a la historia sureña y a los corazones de quienes la practican, que esperan continuar contando historias mediante creaciones originales en el trabajo diario del Programa de Recuperación y Estímulo del Patrimonio Artesanal Provincial de Santa Cruz.