28 de Noviembre

La vida de su abuelo, con cáncer, depende de que el PAMI agilice la compra de un stent

Se trata de José Omero Álvarez (75), jubilado de YCRT de 28 de Noviembre. El stent, que debían haberle colocado hace tres meses, es imprescindible para quitarle obstrucciones que le producen infecciones. Los médicos que lo asisten, le dijeron a la familia que solo pueden tratar de mantenerlo estable.

  • 21/01/2021 • 06:45
“Cada vez está peor y tiene problemas en los pulmones y la temperatura que le sube a cada rato. Mi abuela lo vio y pensó que se iba a morir”
“Cada vez está peor y tiene problemas en los pulmones y la temperatura que le sube a cada rato. Mi abuela lo vio y pensó que se iba a morir”

José Omero Álvarez (75), jubilado de YCRT, necesita que el PAMI acelere la compra de un stent, y que sea derivado al SAMIC de El Calafate para que se lo coloquen, y así mejorar su estado de salud que se agravó por un cáncer de hígado, el cual se le detectó en la Villa Turística el año pasado.

“Fue operado en El Calafate y fue cuando le detectaron cáncer de hígado. Allí le dijeron que debía ponerse un stent dentro de 20 días, así que lo dejaron ir a su casa (en 28 de Noviembre)”, contó su nieto Leonardo Álvarez.

Pero desde esa fecha transcurrieron más de tres meses, el stent permitirá que deje de obstruirse su cuerpo para liberar bilis y hasta sangre.

“Su hígado sigue produciendo bilis. Le hicieron estudios, estaba bien, pero seguía cayendo al hospital por infecciones y todo lo provoca la obstrucción”, remarcó.

El stent lo necesita “sí o sí”. “Los médicos me dijeron que hacen todo lo posible, pero no pueden hacer más que tratar de mantenerlo estable y tratarle las infecciones que se le producen por la obstrucción, pero más no pueden hacer”, alerto Álvarez.

Desde las oficinas del PAMI -cuyo trabajo de los empleados agradece su nieto- le comunicaron que hubo demoras en la compra, pero que cuando lo hicieron no era el correcto, por eso se demoró el trámite burocrático “y debieron cancelar esa compra”.

 

La compra

“Justamente ayer les pregunté a los empleados del PAMI por la compra, porque el médico desde El Calafate debía enviar su firma para autorizarla y después de insistir enviaron los formularios y recién se hizo el pedido. El estimativo para que llegue, según pregunté, no se sabe y es mi problema porque la salud de mi abuelo se agrava”, advirtió.

Su abuelo está internado hace tres días, pero tiene recaídas cada 10, con aumento de temperatura y convulsiones.

En un primer momento iba a ser trasladado al Hospital de Río Turbio para realizarle estudios que en el nosocomio de 28 de Noviembre no se pueden efectuar. “Le hicieron tres hisopados en un día”, contó.

El martes también lo hisoparon, pero su traslado no se concretó porque finalmente no era necesaria la endoscopía que se le iba a realizar.

Es que Omero ya tuvo COVID-19. Se contagió en Río Gallegos cuando también le realizaban estudios, aunque lo pudo transitar de manera leve.

Su nieto, Leandro, también ya fue noticia. Fue cuando este medio publicó que el COE de 28 de Noviembre le exigía pagar 24 mil pesos para realizar su aislamiento. Leandro buscaba viajar de Río Gallegos para justamente cuidar a su abuelo.

 

Peor

“Cada vez está peor y tiene problemas en los pulmones y la temperatura que le sube a cada rato. Mi abuela lo vio y pensó que se iba a morir. Ahora tiene una sonda y le han drenado litros de sangre del estómago. Por eso le dieron hierro por la cantidad de sangre que perdió”, relató.

La familia hasta pensó en comprar de su bolsillo el stent. Aunque hacerlo es arriesgado ya que esta malla extensible, que se utiliza para abrir arterias, venas y otros conductos del cuerpo que han sido previamente tapadas u obstruidas, debe ser exactamente como lo solicitaron los médicos, y esas especificaciones la familia no las conoce. Su valor oscila entre 30 mil y 80 mil pesos.

“Los doctores tuvieron muy buena predisposición y la doctora de cabecera nos remarcó que mi abuelo seguirá así hasta que le coloquen el stent, que no lo curará del cáncer, pero aliviará los síntomas”, insistió.

Omero fue operado cuatro veces a pesar de que por su edad las intervenciones son peligrosas. “En la cuarta operación no sabían cómo saldría, porque la anestesia era fuerte, por suerte salió bien”, recordó.

La familia teme que, con la publicación de su caso, el efecto sea el contrario y el stent nunca llegue.