La prostitución es un trabajo para la referente de mujeres trans en Santa Cruz

“En menos de un día recibimos casi 4 mil firmas para respaldar la carta que enviaremos al Ministro de Desarrollo Social. Gracias por el apoyo a todas las organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, feministas, académicas, organismos de derechos humanos, referentes, compañeros y compañeras que firmaron nuestra petición”.

Así fue el escrito ayer publicado por AMMAR -Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina- en su cuenta de Facebook, luego de que se eliminó la opción de “trabajadora sexual” y “stripper” de la lista del relevamiento que comenzó a realizar el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular –ReNaTEP- que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a cargo de Daniel Arroyo.

Como informó TiempoSur, el mismo Gustavo Vera, director del Comité Ejecutivo de lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Asistencia a las Víctimas, aclaró en su cuenta de Twitter lo sucedido: “Con el Ministro Arroyo coincidimos de acuerdo a nuestra legislación y los convenios internacionales que la prostitución no es trabajo. El formulario ya fue bajado”. Este formulario estuvo disponible solo por algunas horas el domingo.

Las firmas –en las que se encuentran decenas de organizaciones- se sumaron a una Carta Abierta enviada al ministro Arroyo, en donde reclaman la reinstauración del formulario en el ReNaTEP del trabajo sexual que durante las horas que estuvo vigente, se anotaron 500 mujeres. Uno de estos avales y adhesión corresponde a ATTTA Santa Cruz- Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina-, cuya coordinadora provincial, Delfina Brizuela, argumentó por qué la prostitución es un trabajo.

“Es el gran dilema si es o no un trabajo”, dijo Brizuela. “Es un debate muy fuerte, como lo fue el debate del Matrimonio Igualitario en su momento, como fue con la Ley de Identidad de Género, y como también lo es la Interrupción Voluntaria del Embarazo. El trabajo sexual es de los más antiguos que existe, nada más que nunca fue reconocido, por eso esta lucha es con todes adentro y gran parte del colectivo LGTB y la comunidad trans tiene el trabajo sexual como medio de subsistencia y de vida. Pero el tema es cuándo es un trabajo sexual y cuándo deja de serlo”, destacó.

No sé si se anotaron de Santa Cruz pero 500 a nivel nacional, que es poco.

TS: Santa Cruz tiene una experiencia muy clara con las llamadas “casitas”, trata de personas y mujeres que no son cuentapropistas.

Es un punto muy fino entre lo que tiene que ver con la trata de personas y cuando es un trabajo y cuando no. Desde ATTTA tomamos al trabajo sexual como trabajo, pero siempre y cuando la persona que lo realice, sea quien le ponga precio a su cuerpo y que no exista nadie en el medio, ningún intermediario, porque ahí hablamos de trata de personas. Existe una ley antitrata. Y también cuando una llega a realizar el trabajo sexual la falta o ausencia del Estado, ahí dejamos de tomarlo como trabajo porque lo estás realizando involuntariamente. Ahí ya pasa a ser una situación de vulnerabilidad de derechos.

-Muchas mujeres trans, travestis trabajan porque el Estado no le garantizó el trabajo.

Creo que pasan ambos casos, existen situaciones ciertas personas, específicamente mujeres trans, porque hablo como ATTTA Santa Cruz, que toman la prostitución como salida o trabajo ante la falta de posibilidades por parte del Estado o parte privada. Ante la falta de posibilidad y vulneración de derechos. Eso también es real. Pero también es real que toman el trabajo sexual como un trabajo y se apropian del mismo. 

-¿Tienen un detalle sobre cuántas mujeres trans ejercen la prostitución en Santa Cruz?

Tenemos un número específico. Lo que tenemos como provincia, tenemos muchas trabajadoras sexuales golondrinas, que son aquellas personas que hacen su trabajo a lo largo del país. No tienen un domicilio fijo en la ciudad pero sí se encuentran de paso, vienen un tiempo determinado y pasan a otra localidad y provincia y tiene un recorrido pautado. Recorren puntos específicos como Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza, Bariloche El Calafate, Río Gallegos, Ushuaia. Puntos en los que hay también mayor confluencia de turistas extranjeros y son también consumidores.

-Seguirán reclamando que sean incluidas como trabajadoras sexuales.

Es reconocernos todos, todas y todes. Y es con todes adentro. Y si no incluimos a las trabajadoras sexuales, no estamos trabajando con todes adentro.

“Sin las trabajadoras sexuales, no estamos TODES”

María Rachid, secretaria general en Federación Argentina LGBT (FALGBT), además de repudiar la violencia que padeció por parte de la policía el joven Jorge Astorga, también criticó la eliminación del trabajo sexual del formulario de Desarrollo Social. Escribió:

“Las mismas que nos negaban a las lesbianas y luego negaban a las trans, hoy niegan a las trabajadoras sexuales. Aliadas a la Iglesia Católica, la policía y la Justicia Federal, las persiguen, negándoles el acceso a una obra social, una jubilación, una pensión... Porque de eso se tratan los derechos laborales.

Hablan de explotación y de "elecciones" en el contexto de una sociedad ferozmente capitalista donde muchas de ellas -y de ellos- tienen en sus casas a una señora que les limpia el inodoro donde cagan por 144,50 pesos la hora (si es que cumplen con el mínimo legal). ¿En cuántos trabajos no hay explotación? ¿Cuántos de los que existen "elegirías" para tus hijxs? ¿Albañil? ¿Peón rural? ¿Trabajador textil? ¿Les sacamos los derechos laborales porque están en situación de explotación y no los "elegirías" para tus hijxs?

Hoy el Estado las había reconocido. Duró poco. Un llamado de Gustavo Vera, el "amigo del Papa", el que se opuso a cada uno de nuestros derechos en la Legislatura Porteña, bastó para que Daniel Arroyo bajara el formulario que las reconocía como parte de la economía popular. ¿Será que ya no hay magia, ni voluntad política, ni coraje? Ojalá sea solo un error. Encima, no tienen un Ministerio que las defienda. Porque la mayoría no son blancas, ni de clase media, ni académicas... Algunas tampoco son cis ni heterosexuales... Y sus organizaciones son de militancia territorial. Quieren hablar por ellas, no con ellas”.