Pandemia

La Iglesia pidió poder despedir a difuntos

El Obispo indicó que días atrás presentó un protocolo luego de una reunión con el diputado Eloy Echazú. Pidió que el Municipio lo aplique para brindar una despedida digna a los familiares de pacientes.

  • 11/11/2020 • 07:39
Obispo de la diócesis de Río Gallegos.
Obispo de la diócesis de Río Gallegos.

La situación del Coronavirus en Santa Cruz se volvió angustiante durante el mes de octubre y en lo que va de noviembre. Los casos nuevos en la provincia se mantienen y a diario hay que lamentar la pérdida de pacientes no solamente en la capital sino también en el interior. Quienes se mostraron especialmente preocupados por la situación en Río Gallegos sobre los cuerpos y las despedidas de sus familiares fueron los referentes de la Iglesia Católica. Días atrás mantuvieron una reunión con actores políticos, para asegurarse que se mantuviera un protocolo a la hora de darle el último adiós a sus seres queridos. En este marco TiempoSur se comunicó con el obispo Jorge García Cuerva, quien alertó sobre la situación que se vive en la capital santacruceña.

"El día 16 de octubre en una reunión de Zoom le planteé la preocupación al diputado por Pueblo, Eloy Echazú. Nos dijo que presente por escrito el protocolo. Luego lo presentamos y adherimos al protocolo nacional que hay al respecto a la inhumación con cadáveres con COVID", indicó en primera instancia.

"Entre los protocolos está el del Ministerio de Salud, del equipo de médicos forenses de la república y también le sugerí protocolos de Chile y ciudades de nuestro país como Buenos Aires o Salta.

No hay que apurar las inhumaciones, permitir despedirse, que el ataúd con la bolsa hermética no es un foco de contagio y algunos de los protocolos lo marcan con letras mayúsculas".

En este marco, enfatizó que "se puede poner en un nicho, bóveda o tierra. El protocolo dice además que puede quedar con la caja metálica soldada y llevarlo a otro lado. Más allá de la fe, hay que darle un tiempo a la familia para que se despida. No puede ser que haya actos de discriminación en las inhumaciones, que lo entren por la puerta cerca del crematorio, hacen una discriminación".

El referente de la Iglesia Católica indicó: "Le pedimos un protocolo de acuerdo con los nacionales y los que se aplican en otras ciudades del país.

El martes pasado vimos una redacción casi definitiva con el director del cementerio. Él me presentó una redacción muy correcta.  No sabemos por qué no se aplica.

Creo que hay que apurarse a aplicarlo. Si los tiempos de aprobación de la normativa u ordenanza fuesen más extensos, empecemos a humanizar los sepelios y después que la legislación apoye lo que ya estamos haciendo. No tardemos más, son muchos los fallecidos y el dolor"

En este sentido el entrevistado aseguró que "el dolor no tiene color político y nos atraviesa a todos. Dejemos de lado la grieta y pensemos que necesitamos humanizar los sepelios. Falta ponerlo en práctica".

"Los sacerdotes eran testigos de despedidas muy rápidas que hacían más doloroso todo. Mi tesis de licenciatura es de legislación funeraria, viendo la realidad y viendo que estudié, pensé que podíamos dar una propuesta".

 

El protocolo de Salta

Antes de proceder al traslado del cadáver, debidamente identificado, debe permitirse el acceso de los familiares y amigos, restringiendo a los más próximos y cercanos, para la despedida sin establecer contacto físico con el cadáver ni con las superficies u otros enseres de su entorno o cualquier otro material que pudiera estar contaminado. Garantizar a los mismos la lectura, explicación y firma del consentimiento informado. Una copia deberá ser entregada a cada uno de los familiares o amigos y otra deberá ser archivada en la institución. El consentimiento informado es de carácter personal e intransferible.

Cada hospital dispondrá de trabajadores/as para un acompañamiento adecuado de los familiares y/o allegados al momento en que éstos se despidan del cuerpo de la persona fallecida informando de las condiciones en que ello es posible. Es importante asegurarse de cuál es el nivel de comprensión acerca de la información que se está brindando, como así también evaluar el requerimiento de ayuda para llevar adelante el manejo de la situación finalizando la conversación confirmando el compromiso de cuidado por parte de los familiares/allegados.