Relatos de vida

Juliana Angeli, futbolista con un futuro enorme

Juliana Angeli: Juli tiene 13 años de edad, oriunda de El Calafate, y está tomando vuelo en poco tiempo para seguir sus sueños y quizás el camino de sus dos hermanos mayores que juegan al fútbol en las inferiores de San Lorenzo y Boca Jrs. Un viaje que arrancó en solo semanas en una breve batalla entre dos clubes y que finalmente se quedó con San Lorenzo de Almagro.

  • 14/07/2021 • 11:45
Juliana Angeli.
Juliana Angeli.

En la recorrida que realiza el móvil del Multimedio Tiempo, se encuentra en esta ocasión con la historia de Juliana Angeli, una joven deportista de El Calafate, que apenas con 13 años, tiene una corta carrera que muestra grandes resultados y que asombra a cada captador de clubes que la ven jugar desde el Club de sus tierras el Newell's Old Boys y que llegó a ojos de dos grandes, hoy en relatos de vida Juliana Angeli, futura jugadora de grandes clubes y grandes sueños por delante.

 

La Familia

Sus abuelos de parte materna de la ciudad de 25 de Mayo Buenos Aires, Domingo Viceconte y Araceli Vidal; y sus abuelos de parte paterna de la ciudad de Bahía Blanca llamados Dito Angeli y Susy Rivas. Las dos abuelas son las que acompañan día a día a la familia de Juliana apoyando a la distancia entre Buenos Aires, Bahía Blanca y Calafate. Sus dos abuelos ya no están, pero quedan vigente los recuerdos de ellos. Dito se dedicaba a trabajar en Federación Agraria Argentina, pero su pasión era el básquet; por parte materna, era consignatario de hacienda, trabajó en el campo en el sector ganadero de 25 de Mayo.

Los padres de Juli partieron a tierras de glaciares, principalmente Marcelo en el año 2003, luego lo hizo María, su mamá, ella estudió en la Universidad de Buenos Aires, traductorado público de inglés y se recibió como profesora superior de danzas clásicas; mientras vivía en Buenos Aires, trabajó para distintas empresas antes de llegar a suelo calafateño. Lo hizo para la Embajada de Irlanda como secretaria de los embajadores, y cuando vino a Calafate, decidió abrir una escuela de danzas que era uno de sus sueños pendientes. Actualmente es directora y maestra de la escuela “Ballet El Calafate” con ya 11 años de estar abierta y en funcionamiento.

Su padre, Marcelo estudió en Buenos Aires, y surgió una oportunidad por el año 2003; hoy en día llevando adelante un negocio para la alineación, balanceo y venta de neumáticos. Mientras vivió en Bahía Blanca, fue basquetbolista durante parte de su infancia y juventud, jugaba en el viejo Olimpo de Bahía, un deporte que ya venía de manos de su padre.

 

Deporte en sangre

María continúa relatando el progreso en su familia y cómo sus tres hijos fueron encarando de lleno al deporte y en especial al fútbol: “Mis tres hijos se iniciaron en el fútbol desde muy chiquitos acá en El Calafate, tanto Francisco como Gonzalo, y que más adelante vendría Juliana a sumarse también al Club de Newell's Old Boys. Profesores como Alejandro Ojeda, Marcos Brizic, Walter Cecotti y Rubén Capovila, fueron de suma importancia para darles el empujón de entrenador a jugadores.

“Francisco fue citado por la CAI de Comodoro Rivadavia para hacer una prueba; hicieron la prueba, quedó y lo citaron nuevamente, con ellos jugaron en Santa Fe, lo vio un captador de Boca Juniors. Fran tenía 12 años, categoría 2004, lo invitaron a Boca, al mes siguiente una prueba y quedó; él estuvo tres años en la pensión de Boca Juniors y a principios de 2020, empezó a jugar para Huracán. Actualmente está en la sexta categoría y vive en el palacio de Adolfo Ducó pensionado de Club Atlético Huracán en Parque Patricios”.

Por otro lado, Gonzalo se fue a probar al Club Macalister, lo invitaron para quedarse un año entero viviendo en Santa Rosa jugando para ese club; ya para finales de ese año, hizo una prueba para San Lorenzo y en un mes tuvo que hacer una mudanza para irse nuevamente a Buenos Aires; actualmente vive en una pensión jugando en la octava división de San Lorenzo de Almagro.

Como consecuencia Juliana que es la más chiquita, desde pequeña jugaba con sus hermanos al fútbol, porque en su casa se juega al fútbol todos los días en cada momento, si está lindo el tiempo afuera y si no, dentro la casa. El interés surge de ellos mismos, los padres insistieron sí, en que deben realizar deportes para mantener una vida sana, la tendencia fue apuntando hacia el lado del fútbol. Juli empezó a los 7 años a jugar en el Club de Newell's, en conjunto de sus hermanos, un club donde no hay equipos femeninos que hasta el día de hoy entrena con el equipo de los chicos.

Adaptarse al equipo:

Entre su relato, recuerda María las primeras impresiones del Club ante la aparición de una joven con ganas de aportar y jugar a la pelota como lo hacía con sus hermanos.
“El temor era que Juli no sea aceptada, pero funcionó perfectamente, se adaptaron de ambos lados para practicar y entrenar con un trato respetuoso de igual a igual. Al margen de entrenar para este club desde los siete años; hacían los tres, un entrenamiento físico personal en un centro llamado Sinergia”.

Captadores

Confiada y con buena devolución de los profes, continuó sus entrenamientos en el Club del Calafate, pero el giro inesperado se vio para en Marzo de 2021:
“Fuimos a visitar a la abuela de Buenos Aires y acompañar a los chicos a sus respectivas pensiones; casualidades, habían prueba de fútbol femenino, y más por la inquietud, Juli pidió permiso para ser probada y ver qué pasaba. Dos clubes con pruebas de femeninos, tanto Huracán como San Lorenzo de Almagro; botines listos y comenzó la jornada en Huracán donde está uno de sus hermanos, ese mismo día le dijeron que si le interesaba podía ser parte del plantel de reserva femenino, algo inusual porque la mayoría de las veces para formar parte del plantel de reserva suelen ser un poco mayores. A los pocos días, pruebas en San Lorenzo, incertidumbres por doquier, pero al fin de la semana de pruebas intensas, le confirmaron para quedar como jugadora de plantel de reserva de San Lorenzo de Almagro. Difícil decisión para seleccionar, ya que ambos equipos le tocan de cerca ya que sus hermanos pertenecen a los mismos, atravesada por la emoción finalmente decidió que se iba a quedar en San Lorenzo, con pandemia y todo tuvieron que ceder momentáneamente el entrenamiento. Al volver a El Calafate, comenzaron a organizar todo más allá del deporte, están los estudios y Juli comenzó a estudiar su primer año de secundario”.

Decisión mutua

María, madre de Juliana, nos cuenta su punto de vista respecto del futuro de sus hijos: “Como padres, más allá de lo que uno narra, no es fácil decidir estas cosas, permitir a tus hijos con tan corta edad que vivan en otro lado; pero bien sabemos, yo por el lado de la danza y su padre por el básquet, que si quiere dar frutos en su profesión, se tiene que tener una vocación muy temprana. Estas movidas creo que son necesarias, arrancar con cierta edad y no siempre se dan estas oportunidades; si ellos también deciden seguir adelante, hay que darles todo el apoyo incondicional y que puedan transcurrir, experimentar y saber por ellos mismos si es lo que quieren para su vida”.

La comunicación es fundamental en ser el apoyo de sus hijos, María continúa su relato contando cómo es vivir separados, pero siempre al tanto mediante la tecnología “todos los días conectados mediante las redes a pesar de los años, tanto con Francisco que se fue hace tantos años como con Gonzalo, 24 horas conectados, con llamados, videollamadas, un saludo de buenos días, el saludo de buenas noches; agradezco tener siempre el acompañamiento de la familia que están a menos distancia que nosotros, allí en Buenos Aires, su hermana mayor que vive allí para estudiar, durante el finde se las pasan con su abuela y hermana”.

Anécdota de madre:

“Juli al ser recibida en un club de varones, recuerdo uno de los campeonatos jugando la final, ella no pudo estar presente, por un viaje a Buenos Aires, llegaron al partido de la final, ganó su equipo y en la foto con la copa, estaban todos sus compañeros y en el medio pusieron en el piso la camiseta de ella y la copa, como un recordatorio, un reconocimiento o un mensaje de aliento por ser parte del equipo. Esto es maravilloso, el integrar a Juli en el fútbol que es netamente masculino y como desde el primer día, fue recibida de maravilla tanto por los profes como por sus compañeros, y me atrevo a decir que, del público, donde siempre puede haber comentarios ofensivos, pero que sin embargo nunca los recibió”.

Un sueño por delante:

Juliana nos cuenta de manera textual, qué significa el deporte en su vida y cuál es su mayor sueño para las mujeres amantes del fútbol dentro de unos años, esto nos dice:
"El deporte es muy importante en mi vida. Entreno y hago preparación física todos los días. Mi sueño sería ser parte de la selección, jugar en la primera de un club grande y que el fútbol femenino siga creciendo en Argentina".