Espartanos

Están activos

Como muchos de los clubes de la Asociación Independiente de Fútbol de los Barrios, Espartanos está volcado a lo social. Y a ayudar al prójimo. Algo que ya venía haciendo con distintas actividades antes de la pandemia del Coronavirus. Pero fue la falta de competencia la que visualizó el trabajo que está haciendo en ese sentido dicha institución. Quien habló con TiempoSur respecto de esta honorable y magnífica tarea que están llevando a cabo afuera de la cancha, fue su presidente Norman Walter Azúa. “En estos tiempos, seguimos firmes con el trabajo”, dijo.

  • 01/10/2020 • 12:55

Está en su ADN esto de ayudar al prójimo. Por eso, desde su misma fundación, en Espartanos sienten al trabajo social y solidario como algo vital. Casi al mismo nivel que el respirar. De ahí que en sus primeros abriles el trabajo afuera de la cancha haya sido parte importante de su existir. Algo que todavía continúa siendo así. Tanto o más que el fútbol, inclusive.

En estos tiempos de crisis sanitaria y económica por la que atraviesa nuestro país en particular, y el mundo en general, la necesidad es todavía mayor.

Muchos son los que están esperando una mano. Con ellos, están los espartanos. Colaborando. Ayudando. Porque eso los identifica. Los nutre y los hace mejores. Futbolistas. Personas.  

 

Sin distancia

Pese a las dificultades de estos tiempos, los dirigentes, el cuerpo técnico y los jugadores de Espartanos se las ingenian como pueden para ayudar. O para seguir haciéndolo con aquellos con los que ya colaboraban. Como por ejemplo, un grupo de personas del Paraje La Esperanza. Al respecto, quien contó la tarea que están haciendo especialmente con los jubilados de aquel lugar, fue el presidente del club, Norman Walter Azúa. Éste, le dijo a TiempoSur: “Nosotros como club también estamos haciendo aportes o trabajos sociales. Como yo antiguamente trabajé ahí, conozco un poco la vida de casi todos sus habitantes. No es un lugar con mucha gente estable. Son entre 20 y 35 personas, la mayoría peones rurales ya jubilados. El no contar con una calefacción continua como tenemos acá en Río Gallegos hace que gran parte de lo que reciben en dinero lo destinen a ese tema. Viendo esa problemática, nosotros como club organizamos distintos eventos para ayudarlos con diferentes cosas. El trabajo lo hacemos de manera mancomunada con el Centro de Jubilados y Pensionados 14 de Noviembre de La Esperanza. Nuestro aporte para con esta comunidad es continuo. Estamos cada tanto llevando alimentos y ropa. También les gestionamos desde el club lo que tiene que ver con la logística para proveerlos de tubos de gas. Ellos los adquieren y nosotros lo que hacemos es conseguirles el flete, lo que hace que se ahorren casi un 50%. También, a los adultos mayores que están con dificultades para viajar, les gestionamos trámites personales, administrativos y bancarios. Hemos ayudado en su momento con elementos sanitarios. Recuerdo que le conseguimos una prótesis a una persona que la necesitaba. Sin querer criticar, ellos allá no tienen una intendencia o entes que puedan intervenir y darles una mano en todas estas cuestiones. De ahí, entonces, que hayamos tomado la decisión de ayudarlos con el club”.

Lo que hizo la pandemia, y la falta de actividad, fue darle visibilidad a un trabajo que la institución capitalina viene realizando hace ya un largo tiempo.     

“Esto surgió por otra cosa. Yo estuve, por mi trabajo, tres años en Esperanza. Durante mi tiempo allá pude conocer a la gente y ver cómo vivían y las necesidades que tenían. Cuando se fundó el club y surgió la posibilidad de ayudar fue que hicimos el contacto y empezamos a darles una mano. Ahora, en estos tiempos, seguimos firmes con el trabajo y esperemos poder continuar así cuando sea que la gente de allá lo requiera o necesite. Incluso después que pase esta pandemia.

Hemos hecho locros, rifas y un montón de otros eventos con el objetivo de reunir fondos para el Centro de Jubilados. Estoy muy contento porque cuando traje esta idea e inquietud al club, a los chicos les gustó. Ellos se prendieron y son los que acompañan y aportan también mucho en todo este proyecto”, manifestó el dirigente.

Una mano al propio

La solidaridad de los espartanos no sólo es para el prójimo. Sino claro, también, para los propios. En esa tarea de ayudar a uno de los suyos se encuentran también ahora. En las últimas horas, desde el club anunciaron la realización de un bingo para el próximo mes. En cuanto al porqué del venidero evento, fue Azúa el que lo hizo público. “Estamos haciendo una actividad para uno de nuestros entrenadores, Daniel Vidal. Él en este momento se quedó sin trabajo y tiene tres hijos. Uno de ellos necesita, por un problema de salud, hacerse un tratamiento prolongado y costoso. Gracias a Dios, con esta movida, hemos recibido la ayuda de varias personas. Muchos no estaban al tanto de la situación. Cuando se enteraron por las redes sociales y algunos medios de la ciudad, enseguida se contactaron para colaborar. En su momento, Daniel consideró que como él estaba trabajando y ganando un sueldo no necesitaba ocupar un presupuesto de los que otorga el ministerio, entendiendo que quizás podía hacer uso de éste otra familia. Yo lo rescato porque me parece muy importante. Su actitud, la verdad es que no es frecuente de ver y habla mucho de lo buena persona que es tanto él como su familia. Lo sentimos un amigo. Es, además, uno de los fundadores del club. El bingo se va a hacer el 23 de octubre y gracias a la repercusión que tuvo en estos últimos días, ya tenemos casi todos los cartones vendidos. Lo que también me gustaría rescatar es el apoyo que recibimos de parte de la Comisión de Infantiles y mismo del resto de la AIFB. La mayoría de los clubes nos llamó para ponerse a disposición. También nos dieron una mano para vender los cartones”, dijo.

Hacer como ejemplo

En Espartanos, los chicos lo son todo. Por ellos y para ellos se trabaja. También se los intenta, además de contener, educar. Y no sólo con la palabra sino también con las acciones. De ahí, la importancia del trabajo. Adentro y afuera de la cancha.

“Con todo esto también buscamos que los chicos aprendan que la solidaridad ayuda. A todos y que nos hace sentir bien. Que no se trata de salir a decir lo que uno está haciendo sino más bien encomendarse a un trabajo para ayudar a lo que más lo necesitan. Somos un club que nos gusta concientizar a los chicos y hacerlos trabajar socialmente para que aprendan lo importante que es esto dentro de una sociedad y lo bien que se siente al hacerlo. También nos sirve para que ellos vean otra realidad. Que existe pero que quizás les es ajena. Esto, como para valorar más lo que tienen. Tenemos un gran grupo. En ese aspecto, también tenemos suerte como institución”, finalizó Azúa.  

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