Río Gallegos

Enfermera que ayudará en el Hospital: Su historia con un paciente que murió por COVID-19

Se trata de una de las 11 enfermeras que realizarán prácticas integradas en el Hospital Regional. Trabajarán en áreas no COVID y deberán cumplir con 105 horas. Ayer se reunieron con la Directora Provincial de Enfermería.

  • 17/11/2020 • 11:30
Los 11 estudiantes próximos a recibirse, comenzaron a capacitarse en el Hospital Regional. (Foto C.R)
Los 11 estudiantes próximos a recibirse, comenzaron a capacitarse en el Hospital Regional. (Foto C.R)

Los 11 estudiantes de enfermería a los que solo les resta las prácticas integradas para poder recibirse, comenzaron ayer una capacitación -que finaliza mañana- para poder sumarse al Hospital Regional, hoy con carencia de recurso humano.

TiempoSur había expuesto el caso de estos estudiantes que dependerían de los trámites que realice el nosocomio y el Ministerio de Salud para finalizar sus estudios, previa firma de un convenio con la UNPA-UARG.

Cerca de las 14:30 se reunieron con la Directora Provincial e Enfermería ya que realizarán dos días de capacitaciones para su “trayecto formativo”.

Cumplirán jornadas de seis horas en turnos que van de 06:00 a 14:00 y de 14:00 a 22:00 y así poder cumplimentar 105 horas de prácticas, lo que demandará tres semanas en zonas no COVID, como son   Neonatología, Parto, Clínica Quirúrgica, Pediatría, Maternidad y Clínica Médica.

Finalizadas las prácticas, el Hospital elevará un informe a la UNPA sobre el desempeño de cada estudiante, los que estarán supervisados.

Terminamos el 4 de diciembre y nos dan una semana para realizar los papeles correspondientes para obtener la matrícula provisoria y luego seguir trabajando”, contó Ana Runin, estudiante de la carrera.

La futura licenciada recalcó que el objetivo es “ir a ayudar”.

Nosotros vamos a ayudar. Estamos dispuestos a todo. A donde nos manden vamos a ir. Y si nos toca una terapia de COVID, lo vamos a hacer porque lo que nos importa es recibirnos y poder ayudar”, remarcó a TiempoSur.

Cada día de trabajo, Runin debe realizar un estricto protocolo al llegar a su casa que comparte con sus padres de 82 y 75 años. Es similar a los cuidados que realizaba cuando asistía a pacientes en sus respectivos domicilios.

Por eso cuando se le preguntó qué le diría a la gente que no respeta las medidas sanitarias ni prohibiciones, contó una trágica historia que le tocó vivir de cerca.

Les diría que se cuiden, que usen barbijo, el distanciamiento social y que no hagan reuniones porque allí es donde está el problema: En las reuniones sociales y familiares”, advirtió.

Relató que asistió meses atrás a un paciente de riesgo (padecía diabetes y había tenido tres ACV) a quien lo ayudaba en su rehabilitación, ya que también es masajista.

“Les dije a los familiares que no podía seguir trabajando porque entraba y salía mucha gente en la casa. Vi que en la casa no cumplían el protocolo y el paciente era de riesgo y si una persona llegaba con el virus, se podía contagiar. Al ver este panorama, dejé al paciente”.

Al mes, un familiar se comunicó con Runin y le contó que su paciente había sido internado por COVID-19. La familia había realizado un cumpleaños en la vivienda.

Lamentablemente su paciente falleció luego de padecer una neumonía bilateral y no llegó a ser intubado.

Distinto fue el caso de otras cuatro personas a la que asistía y que si bien vivían solas, sus familiares cumplían con los cuidados sanitarios.

Se hacen reuniones familiares y eso es lo que no hay que hacer”, advirtió.