Playa de Tanques

El traslado ¿Para cuándo?

La deuda de un riogalleguense con su ciudad. El presidente de YPF, Pablo González, todavía no efectivizó el traslado de la playa de tanques que la empresa tiene montada en la Costanera capitalina. Lo pidió el Municipio, el Gobierno Provincial e incluso la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los grandes tanques, hoy insertos en la urbe, son el reflejo de decisiones dilatadas.  

  • 22/03/2023 • 17:34

Hace décadas se habla y debate sobre el traslado de la playa de tanques de almacenamiento de combustible de YPF, el que en la actualidad quedó inserto en plena ciudad por el crecimiento de Río Gallegos. El inmenso predio incluso es una gran incógnita para muchos vecinos que desconocen qué se hace ahí o qué se almacena. Al menos cuatro fueron los anuncios para su traslado, incluso se montaron dos grandes carteles de obra: uno informaba sobre su acondicionamiento, obra que se realizó, y el otro daba cuenta del traslado de la terminal de despacho de combustibles de Río Gallegos a Punta Loyola. Esto nunca sucedió. Por impuestos y tasas adeudadas, en 2022 la empresa desembolsó $40 millones a la Municipalidad, y nada pronunció sobre retirarse del predio.

La playa de tanques es uno de los sitios icónicos y referenciales de la capital santacruceña por su presencia inamovible, pero es un gigante dormido que evidencia signos de abandono y que provoca contaminación ambiental y visual a metros del estuario del río Gallegos.

Cronología de lo no resuelto. Su traslado fue anunciado en varias oportunidades; el más reciente data del 2015, cuando indicaron que la playa se mudaría a Punta Loyola. El señalado era un predio de 22,3 hectáreas ubicado camino al puerto, lindero a la Zona Franca y el sitio donde se instalará el nuevo Vaciadero de la ciudad. Por ese entonces se dijo que la nueva ubicación era estratégica porque permitiría que YPF disponga de instalaciones modernas para el abastecimiento de combustibles vía marítima y su posterior distribución. De esta manera, se lograba responder “tanto a la demanda actual como a la prevista para años venideros a través de un abastecimiento optimizado en logística, seguridad y confiabilidad”, al no depender únicamente de la derivación del suministro proveniente de la Terminal de Comodoro Rivadavia. En cuanto al proyecto de construcción de la nueva terminal, la misma preveía una inversión de más de 30 millones de dólares y la generación de empleo para unas cien personas de manera directa e indirecta durante la etapa de construcción. Pero ni las bondades del nuevo espacio para la playa de tanques movilizaron al actual presidente de YPF, Pablo González, conocedor de la zona, a ejecutar el traslado.   

Incluso, funcionarios del Gobierno santacruceño de ese entonces celebraron este anuncio porque ese traslado venía de la mano con la reparación ambientalmente de la zona, además que permitiría avanzar en la urbanización de la costanera.

Yendo un poco más atrás, en 2010,  la Cámara de Diputados de Santa Cruz debatió un proyecto que recomendaba incluir el traslado en un acuerdo -que a futuro terminó llegando- con YPF. El mismo había sido presentado por Néstor Méndez, legislador por el oficialismo, y apuntaba a dos objetivos: la seguridad y el almacenamiento de combustible para no sufrir eventuales problemas de abastecimiento.

Según estimaciones del entonces Diputado santacruceño, hace diez años atrás que se tendrían que haber relocalizado los tanques de la ría de Río Gallegos, ya que la ciudad había crecido y quedaron cerca de la población.

¿Quién es el responsable de llevar adelante el traslado? YPF, y no el Estado provincial ni el municipal. Si bien se afirmó que en caso de que los tanques sean trasladados, el terreno deberá ser saneado y devuelto en condiciones, teniendo en cuenta que durante años se operó allí con hidrocarburos. El traslado apremia porque cada vez que se dilata, más demandará la remediación ambiental en la zona que por años contuvo litros incontables de hidrocarburos que afectaron napas de agua, los espacios verdes y el aire por la emanación de gases, repercutiendo negativamente en la calidad de vida de los vecinos de la Costanera y en la biodiversidad del Estuario del río Gallegos, que tiene que convivir con un agente externo y contaminante.

En 2022, el propio Presidente de YPF indicó que en la empresa no encontró ningún proyecto concreto que haga referencia a los tranques de Río Gallegos, alegando que los cambios en la línea de la conducción de YPF determinaron que haya cosas “que no estén o hayan desaparecido”, por lo que se debía empezar de cero. “Es una obra compleja, necesita mucho financiamiento”, expuso, pero hasta el momento González no mostró ni siquiera un borrador de cómo se podría avanzar en el traslado de los tanques.