En Santa Cruz

El “mapeo” socio-sanitario que hubiera ayudado durante la pandemia y que nunca se realizó

Fue elaborado en 2018 por la Licenciada en Trabajo Social Iris Pereyra, quien actualmente pertenece al Servicio Social Hospitalario. Según la profesional, el relevamiento hubiera permitido conocer, entre diversos datos, patologías de la población, grupos de riesgo y su conformación, como así también la situación de los adultos mayores.

  • 29/04/2020 • 07:56

“La encuesta hubiera permitido tener un mapeo poblacional socio-sanitario de la provincia de Santa Cruz, importante para trabajar en la pandemia y que nunca se llevó adelante”, sentenció Iris Pereyra a TiempoSur. La mujer –Licenciada en Trabajo Social y Presidenta del Tribunal de Ética del Consejo Profesional de Trabajo Social- trabaja actualmente en el Servicio Social Hospitalario, pero en 2018 se desempañaba en el Centro de Salud N°2. Allí confeccionó este relevamiento que presentó a diversas autoridades de la salud, y hasta a un diputado, este último fue el único interesado en llevarlo a cabo.

El relevamiento no es más que un cuestionario que podrían haber realizado los agentes sanitarios de los Centros de Salud en su radio de acción de cada barrio, y que luego podía replicarse en el interior provincial.

“Fue elaborado con consultas a médicos, agentes y trabajadores sociales. Queríamos empezar a trabajarlo en nuestro sector para luego aplicarlo y hacer un mapeo poblacional y así sistematizar la información ya que además teníamos población migratoria de otros países, y así sabríamos qué tipo de patología de base traían y cuáles podrían ser una complicación para la salud nuestra”, explicó la Licenciada.

De este modo, al delimitar los datos de cada barrio, en dos meses -estimó- se podría haber obtenido información importante que luego se tabularía y sistematizaría. “Por ejemplo, con color rojo colocábamos las patologías de riesgo, los hipertensos o con enfermedades crónicas respiratorias, diabéticos, oncológicos o con problemáticas como alcoholismo y tabaquismo”, detalló Pereyra.

Esta información se enviaría al sistema de salud público. En síntesis, hubiera permitido conocer cómo está compuesta la población y “qué recursos destinar y armarlo en relaciona a eso”.

“Nunca se nos hubiera cruzado que pasaría lo que sucedió con el COVID-19, pero esto hubiera sido fundamental”, remarcó.

Los vecinos detallarían la composición del grupo familiar y contestarían preguntas como: “¿En su familia existen personas con alguna enfermedad crónica?” y si también había personas con enfermedades respiratorias; si convivían con adultos mayores, niños menores de 11 años, embarazadas, los ingresos económicos, si percibían asistencia alimentaria, personas con discapacidad, etc.

El mapeo hubiera sido riquísimo porque hubiera permitido conocer los focos de mayor riesgo, y así saber qué recursos médicos se necesitarían sin estar a ciegas, porque ya se sabría qué jurisdicción tiene sus características, además de saber la cantidad de adultos mayores con prevalencias y/o ciertas patologías”, abundó la profesional.

Durante la pandemia, estos datos alcanzarían también para, por ejemplo, conocer cómo están distribuidos y cuántos adultos mayores -mayor grupo de riesgo del virus- pueden o no trasladarse, quién necesitaba asistencia ya sea para las compras de alimentos o remedios, o quién necesitaría asistencia telefónica.

Insistí mucho tiempo para que se realice el mapeo, pero nunca se llevó a cabo”, remarcó.

Solo el legislador de Puerto Deseado Carlos Santi le prestó atención. “Él me pidió que se hiciera un punteo de las cuestiones más relevantes a nivel social de salud que se podrían llegar a trabajar”, relató.

La última vez que volvió a plantear la importancia del mapeo fue en febrero.