Curiosidades

Cuatro motivos por los que no deberías manejar sin remera

No llevar ropa adecuada al volante no sólo puede ser motivo de multas, sino que además, puede provocar graves lesiones en caso de colisión.

  • 05/08/2020 • 02:40
Cuatro motivos por los que no deberías manejar sin remera
Cuatro motivos por los que no deberías manejar sin remera

Manejar sin remera, sobre todo en el verano, se convierte en una de las infracciones más habituales en esa época del año, más allá de los excesos de velocidad o del alcohol al volante.

Sin embargo, es necesario aclarar que el comportamiento no solo no es legal, sino que además, puede ser más peligroso de lo que uno realmente imagina.

1- No es tan cómodo como se cree: un buen sistema de climatización ya es más que suficiente para permitirnos viajar con comodidad con la remera puesta. Conducir sin camiseta puede provocar más transpiración que si permaneciéramos con ella puesta.

Además, es necesario aclarar que ni el tapizado de los asientos, ni el material textil con que se reviste el cinturón de seguridad, están pensados para mantener el contacto con nuestra piel. Y eso puede generar rozaduras, picor, e incluso heridas.

2- En caso de accidente, puede provocar graves lesiones: no llevar alguna parte del cuerpo correctamente cubierta puede provocar quemaduras debido al roce de la piel con los materiales del coche. Y es que el interior de los vehículos está fabricado pensando en que los ocupantes vayan correctamente vestidos.

Por ejemplo, el cinturón de seguridad que actúa como retención si se produce una colisión puede causar graves daños en la piel que se evitarían fácilmente llevando una remera.

3- Puede provocar distracciones en otros conductores: Si bien no es una razón de peso, conducir sin cinturón de seguridad puede provocar distracciones en otros conductores.

4- Por último, no llevar camiseta al volante puede convertirse en una práctica bastante antihigiénica. Al ser verano, sentarse al volante sin ropa puede provocar que el sudor y las bacterias de la piel, tras haber estado en la playa o en la piscina, se adhieran a la tapicería del asiento del coche, quedándose ahí acumuladas.