Por denuncias de DDHH

Crece el rechazo y pedidos de reforma de Carabineros en Chile

En 2019, Amnistía Internacional relevó que 5.558 chilenos denunciaron ser víctimas de violencia institucional de Carabineros, de las cuales 1.938 afirmaron ser lesionadas con armas de fuego, 674 presentaron lesiones físicas, de las cuales 285 fueron lesiones oculares.

  • 14/02/2021 • 12:48

En medio de una crisis sanitaria, social y política, en Chile cada vez crece más el descontento y los pedidos de reforma para limitar el accionar de la fuerza policial del país, Carabinerosacusada de gatillo fácil y de violaciones a los derechos humanos en años recientes, según instituciones como el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y organizaciones como Amnistía Internacional.

El caso de la muerte de un joven malabarista, asesinado por un carabinero hace días en la sureña localidad de Panguipulli -800 kilómetros al sur de Santiago- mientras se resistía a un control policial, fue el más reciente escándalo y el caso que terminó de revivir las demandas de una refundación total del cuerpo policial.

Según el INDH, entre el inicio de las protestas masivas de octubre de 2019 y noviembre pasado, 3.383 chilenos denunciaron ser víctimas de abusos o violaciones a sus derechos fundamentales, aún con las manifestaciones habían menguado por la explosión de la pandemia de coronavirus y el inicio de las medidas restrictivas para frenar los contagios.



En total, en 2020 se registraron 417 denuncias judiciales de víctimas de los Carabineros. Sin embargo, la discusión social y política sobre Carabineros ya venía tomando fuerza desde antes.

En noviembre de 2018, el entonces sargento y miembro del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros Carlos Alarcón asesinó al comunero mapuche Camilo Catrillanca, durante un operativo policial en la sureña localidad de Temucuicui.

El ahora exsargento fue condenado como autor de los delitos de "homicidio simple consumado de Catrillanca" y de "homicidio simple frustrado de (alias) M.A.P.C", y el caso también terminó con sentencias penales para seis carabineros y un abogado de la fuerza.

El juicio marcó la primera profunda crisis dentro de la institución policial -forzó la salida del director general del momento, Hermes Soto- y alimentó un importante movimiento de protestas de la comunidad mapuche, que durante meses exigió verdad y justicia al Gobierno de Sebastián Piñera, y luego escaló a reivindicaciones sociales y políticas más amplias.

Aunque al calor de los sucesivos casos de gatillo fácil el apoyo a sus reclamos fue creciendo hasta alcanzar pedidos de reforma y hasta la refundación de la fuerza policial por parte de dirigentes y partidos de la oposición y organizaciones internacionales como Amnistía, hasta ahora los cambios se limitaron al reemplazo del director general y "un mea culpa" y promesa de "actualización" del nuevo titular, Ricardo Yáñez.

Ya en inicios de 2020, Fuad Chahín, presidente de la opositora Democracia Cristiana (DC), advertía a Télam que Carabineros "viven una crisis muy profunda y lamentable" que atraviesa por denuncias de "graves violaciones a los derechos humanos".

El abogado de 43 años propuso entonces "dividir a Carabineros en tres policías distintas", una "policía más blanda", en segundo lugar "una policía investigativa altamente profesionalizada, con mucha tecnología y preparación" y otra policía "especializada en orden público y fuerzas especiales".

Pero la oposición nunca se unió alrededor de esta propuesta y el Gobierno -que presentó un proyecto de reforma en 2018 pero no mostró voluntad para hacerla avanzar en el congreso- ni siquiera la tomó en cuenta, pese que en 2019 el tema se había convertido en uno de los más calientes del debate político nacional.

Sólo ese año, Amnistía Internacional relevó que 5.558 chilenos denunciaron ser víctimas de violencia institucional de Carabineros, de las cuales 1.938 afirmaron ser lesionadas con armas de fuego, 674 presentaron lesiones físicas, de las cuales 285 fueron lesiones oculares.

La mayoría de estos heridos fueron víctimas de la masiva represión de las protestas del último trimestre, una represión condena por todo el arco opositor, organizaciones internacionales y la ONU.

"Más de 12.500 personas requirieron atención de urgencias en un hospital público por incidentes sucedidos en el marco de las protestas, de acuerdo con el Ministerio de Salud", sostuvo el informe de Amnistía y fue lapidaria sobre la responsabilidad de la represión: "Los mandos estratégicos de Carabineros permitieron la comisión de actos de tortura y malos tratos en contra de manifestantes".

Fuente Télam.