Cómo hacer Kimchi

En las redes sociales existen un sinfín de videos que comparten excéntricas y deliciosas recetas de alrededor del mundo. Una de las que se volvió furor en Instagram, es el Kimchi. Se trata de una preparación fermentada a base de repollo, que viene de la gastronomía coreana. Puede utilizarse tanto como condimento de guisos y sopas o también puede comerse solo.

Para preparar este nuevo plato, primero debemos separar los ingredientes. Ellos son:

– 1 repollo chino grande

– 250 gramos de sal gruesa

– 2 litros de agua

– 1 cucharada de harina de arroz

–  4 cucharadas de chile en polvo o pimentón picante

– 4 dientes de ajo

– media cucharadita de jengibre rallado

– 2 cucharadas y media de salsa de pescado

– 4 cucharadas de pasta de soja

– Semillas de sésamo tostadas (opcional)

– 2 cucharadas de azúcar

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Paso a paso para hacer el Kimchi

El primer paso es separar todas las hojas del repollo y lavarlas. Luego, cortarlas o rallarlas; según la elección de cada uno. El tronco también debe cortarse.

El siguiente paso es colocar en un recipiente grande agua los dos litros de agua con la sal. Mezclar hasta que la sal se disuelva por completo. Volcar el repollo rayado o picado y dejarlo reposar por 12 horas aproximadamente. 

Lo que sigue es la preparación de la salsa picante, que le agrega un sabor característico a la receta. Tomar el jengibre y los ajos y machucarlos con un mortero hasta conseguir una especie de pasta. Luego, mezclar la harina de arroz con el chile en polvo o pimentón picante y agua fría. Seguir mezclando y agregar después de unos minutos la pasta de ajo y jengibre.

Sumar a la salsa la pasta de soja, el azúcar, la salsa de pescado y las semillas de sésamo. Mezclar y guardarlo en un frasco con tapa en la heladera. 

Para el momento que hayan pasado las 12 horas que el repollo haya descansado dentro de la salmuera, sacarlo y escurrirlo bien. Luego, colocarlo dentro de la salsa picante. Mezclar para que se integren los sabores y volver a meterlo en la heladera.

Allí, dejarlo por unos 10 días para que se fermente lo suficiente. Si está bien tapado, puede durar hasta seis meses en el refrigerador.

Una opción ideal para combatir el frío con un sabor picante, ácido y salado.