Juego desregulado

Cada vez más apuestas informales en redes de Río Gallegos

En julio, antes del brote de Coronavirus en la capital de Santa Cruz, el juego volvió a estar en la agenda pública. Las puertas nuevamente cerradas, no atienden a esta problemática que ha crecido en redes sociales.

  • 30/08/2020 • 09:20
Los juegos se dan por las redes.
Los juegos se dan por las redes.

“Comprá tu línea, ya empezamos” reza la transmisión en vivo por Facebook. Un cuaderno tamaño oficio, cumbia de fondo y la réplica del video en todos los grupos de clasificados de la ciudad conforman una nueva forma de juego que cada vez es más común en Río Gallegos. Sin control comercial, sin aglomeración ni contacto con los jugadores y mediante transferencias de dinero, cientos de riogalleguenses se suman a esta apuesta.

Los montos para ingresar son accesibles, suelen rondar los $20. El juego desregulado permite el ingreso de menores de edad, ludópatas y cualquiera que pueda pagar. Los usuarios que ofrecen este servicio son ciudadanos comunes. La legitimidad del dinero es improbable y las chances de estafa, altísimas.

La ciudad de Río Gallegos no cuenta con observatorios que brinden porcentajes sobre la problemática y sirvan para labrar políticas públicas que tiendan a su prevención. La ludopatía es una de las pocas adicciones sin sustancias y el juego compulsivo y problemático tiene graves consecuencias en la salud mental, en la que el usuario intenta apostar de cualquier manera.

Centro de ludopatía

En tiempos de pandemia, esto no cambia. Pablo “Pato” Fadul explicó a TiempoSur que hace más de diez años se promulgó una ordenanza de su autoría que estipulaba la creación de un centro de ludopatía que pudiera contener a quienes atraviesan este problema de adicción. “Requería muchísima reserva porque la gente con este tipo de problemas no quiere que se sepa y no la reglamentaron nunca” denunció.

Esto sucedió en 2009. Al año siguiente, este medio publicó que obispos de todo el país alertaban sobre el avance de la ludopatía. Labraron un documento de la Comisión Permanente del Episcopado en el que lamentaban la multiplicación de las ofertas de juegos de azar y que el dinero involucrado enriquece a unos pocos en detrimento de los más pobres.

Una década más tarde, la problemática sigue vigente, incluso desde la virtualidad. Desde 2018 que no se realizan campañas de prevención a nivel nacional en esta materia. La ludopatía todavía no está entre las adicciones que contempla SEDRONAR, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas, que trabaja a nivel nacional con ellas al no incluir el consumo de sustancias.

“Lo que solicitamos era que las salas de juego, bingos, casinos, sean los responsables de la contratación de profesionales y que brinden un espacio físico de carácter reservado” detalló Fadul.

El ex Concejal, candidato a intendente y actual presidente del Comité Río Gallegos de la Unión Cívica Radical de Santa Cruz entiende que esta problemática es seria y debe ser atendida. “En definitiva, el juego compulsivo no arruina la vida de la persona ya que lo padece toda la familia. Las personas que dependen propiamente de estas apuestas son patológicas. Un ludópata va a vender el televisor de los chicos, la Play de los hijos para poder salvarse en alguna bola de ruleta o una maquinita de tragamonedas” alertó.

Basta con ingresar a grupos de Facebook locales para poder acceder a una nueva metodología que no precisa de plataformas siquiera. Hay grupos de compra y venta que superan los 70 mil miembros en la capital de Santa Cruz. No hace falta una identidad verificada para formar parte y la invitación es más común en horas de la noche, los fines de semana.

El juego es en vivo y los organizadores, que son ciudadanos comunes, van anotando los nombres de los participantes en una planilla, en general hecha a mano. No hay control, pero las transmisiones llegan a reunir hasta 300 personas.

En junio el Grupo Codere, multinacional y dueño de la mayoría de los casinos y salas de juego en Buenos Aires, presentó un estudio que expuso una fuerte caída de ingresos en el primer trimestre del año. En el mismo, publicado en Ámbito Financiero, exhibió que perdió 97.1 millones de euros, once veces más que el año pasado, consecuencia del impacto del cierre de sus espacios de apuestas como medida sanitaria.

Este magnate del juego cuenta con empresas de esta índole en España, Italia, Argentina, México, Panamá, Uruguay y Colombia, todas cerradas hasta el momento. Hay jugadores que no se adaptan a la modalidad virtual y riogalleguenses que aprovechan esta situación, dándole una vuelta de tuerca.