Áreas protegidas

A pesar de los graves problemas de desertificación, Santa Cruz prohíbe la protección de la naturaleza

Santa Cruz es una de las provincias con menor área protegida del país y se convirtió en el primer gobierno del mundo en prohibir por ley la protección de la naturaleza. Instituciones gubernamentales advierten que la estabilidad ambiental de la región va hacia un inminente colapso que afectará, no solo a la comunidad actual, sino también a las generaciones futuras. El grave problema de desertificación, que avanza en el territorio, muestra la desidia y la falta de compromiso de los gobiernos. Una investigación del INTA alerta sobre esta situación y advierte sobre las consecuencias que tendrá para la sociedad.  

  • 18/10/2020 • 09:33

Según datos oficiales, Santa Cruz es la provincia con más áreas protegidas del país. No obstante, este dato tiene un trasfondo que resulta sorpresivo y hasta paradójico: en realidad, el total de toda esa superficie protegida es muy bajo. Es decir, Santa Cruz cuenta con una gran cantidad de áreas protegidas pero de pequeño tamaño. Este porcentaje la catapulta, abruptamente, a ser una de las provincias con menor superficie protegida del país, menos del 8%, según se puede corroborar en la página web del Ministerio de Ambiente de la Nación.

Este panorama posicionó a Santa Cruz dentro de un funesto podio, ya que se convirtió en el primer gobierno de la historia del mundo en prohibir, por ley, la protección de la naturaleza. Secundado por los polémicos presidentes de Estados Unidos y Brasil, Donald Trump y Jair Bolsonaro, respectivamente, quienes con sus controvertidas decisiones políticas están arrasando las áreas protegidas de sus países. Si todo sigue de esta manera, Argentina va camino hacia un aciago rumbo que afectará a la comunidad en su conjunto y al futuro de un desarrollo armónico.

Alarmantes datos oficiales

Un estudio oficial realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) estima que el 77% del suelo de la provincia de Santa Cruz se encuentra en estado de desertificación grave o muy grave. Pero, ¿qué es concretamentela desertificación? Se trata de un concepto con connotaciones muy graves para la estabilidad ambiental de la región.

El término "desertificación" fue acuñado por el investigador francés Aubreville en 1949 y etimológicamente significa "hacer o fabricar un desierto". Este proceso es definido por la ONU como "la degradación de las tierras de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas".

Este flagelo, común a la mayoría de las regiones áridas y semiáridas del planeta, es considerado un problema de primera magnitud que afecta a mil millones de personas que habitan el mundo. El informe del INTA sostiene que “según la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, en Argentina más de 60 millones de hectáreas sufren diferentes tipos de procesos erosivos, y cada año se suman 650.000 hectáreas con algún nivel de degradación. En la región Patagónica la desertificación aparece como el principal problema ecológico y productivo”. 

Un grave problema ambiental

Según explica el informe del INTA “la desertificación también afecta la calidad de vida de la población urbana”, esto se debe “al aumento del polvo en suspensión y el arrastre y depósito de sedimentos en ríos, lagos y lagunas que afecta la provisión de agua potable y disminuye la vida útil de embalses y represas”. Es decir, el problema es muy grave y atraviesa todos los estratos de la comunidad.

“La  degradación de  ambientes  naturales—prosigue la investigación del INTA—pone en riesgo el desarrollo futuro de actividades económicas y puestos de trabajo, al provocar la pérdida de valor paisajístico de áreas con potencial turístico o la extinción de  especies  de  flora  y  fauna  que  podrían  ser  manejados  para  obtener productos de valor comercial”. En conclusión, es un problema palpable que está a la vista y al tacto de todos, incluso de los gobernantes.

Una bomba que le explotará a las próximas generaciones 

Según el Censo Nacional Agropecuario de 2018, Santa Cruz sufrió la degradación del 34% de sus hectáreas productivas por sobrepastoreo en los últimos 16 años. En este sentido, el INTA sostiene que “los tiempos de recuperación de muchos ambientes degradados deben pensarse en décadas o incluso siglos. Ante esta realidad incontrastable—se preguntan desde el organismo nacional—¿Tiene sentido seguir insistiendo en la recuperación de las existencias  ganaderas históricas como si nada hubiese ocurrido?”. 

En conclusión, el gobierno de Santa Cruz debe tomar cartas en el asunto. Como Estado, tiene por obligación velar por los intereses de la sociedad en su conjunto; no sólo por los ciudadanos que hoy tienen capacidad para elegir, sino también por aquellos que aún no lo hacen por el simple hecho de que son niños.