Cultura

Daniel Riba Castro, un artista que recorre con sus veletas los vientos del mundo

TiempoSur tuvo la oportunidad de dialogar con el profesor Daniel Riba Castro, quien desde hace algunos años reside en Buenos Aires pero mantiene un estrecha relación con su Río Gallegos natal.

  • 11/02/2013 • 00:00

Desde hace algún tiempo la labor de los ceramistas y artesanos de la provincia de Santa Cruz cobró cierta notoriedad, especialmente por la originalidad y creatividad que presentan cada una las piezas que realizan. Es así que estas cualidades posibilitaron la presencia de algunos referente en acontecimientos de índole nacional e internacional, tal es el caso de Daniel Riba Castro, quien desde algunos años dejó su querida Río Gallegos natal y se radicó en Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades. El mismo participó el pasado mes de diciembre de 2012 en la Feria Internacional de Artesanías que tuvo lugar en el predio de la Sociedad Rural de Buenos Aires. TiempoSur tuvo la oportunidad de dialogar con el artista y durante la conversación puso de manifiesto algunos pasajes de su extensa trayectoria, su presencia en la feria internacional y cuál es su visión acerca de la comercialización de las artesanías en nuestro país.

-¿Qué significó para usted ser parte de la Feria Internacional de Artesanías? ¿Qué condiciones se requiere para participar de la misma?
-Sin dudas fue una gran experiencia para mí participar de la Feria Internacional de Artesanías que se efectúa todos años. Para poder acceder a la misma, uno debe someterse a un jurado de nivel internacional. Es así que se debe participar de una preselección en la cual participan artesanos de todo el mundo. En la última edición me hice presente en la feria con piezas de artesanías. Quiero destacar que esta posibilidad de acceder a la feria se dio a través de la Casa de Santa Cruz.

-¿Cómo comenzó a incursionar en la cerámica?
-Desde hace más de doce años resido en Buenos Aires pero nunca dejé de tener contacto con la gente del sur. Soy profesor de cerámica y durante muchos años trabajé en la Escuela Municipal de Cerámica. Por aquellos años colaboré con Marta Abate, una de las fundadoras de ese espacio. También dicté clases en el Centro Polivalente de Arte. Asimismo fui director de la Escuela de Cerámica de Puerto San Julián. Por esas cosas del destino, luego me vine a vivir a la ciudad de Pilar -en la provincia de Buenos Aires- a 60 kilómetros de la capital. Si tengo que hacer un poco de historia, tengo que recordar que hace algunos años atrás tuve la responsabilidad de brindar capacitaciones en la Patagonia argentino-chilena. Es así que dictaba clases en Punta Arenas, Puerto Natales y diferentes localidades de Santa Cruz. Cuando me establecí en Puerto San Julián daba capacitaciones en esa zona y en Tierra del Fuego. Entre los recuerdos que aún preservo, está mi labor en la Alcaidía de Río Gallegos. Allí también dictaba clases de cerámica. Todos mis años de trabajo me permitieron contar con mucha gente conocida y ceramistas muy talentosos. Con la profesora Amanda Mora y Eduardo Minnicelli, trabajamos mucho por el arte en Santa Cruz. Por aquel entonces no se hablaba mucho de los artistas.

-¿Cómo vivió el hecho de dejar Santa Cruz y establecerse en Buenos Aires?
-Cuando resolví vivir en Buenos Aires decidí abrir un taller por mi propia cuenta y a modo de homenaje le puse “Ahonikenk”. En los inicios hacía todo tipo de trabajo y exportaba. En nuestro país cuando uno se dedica a la cerámica comprueba que la misma no es muy valorada. Es así que surgió un inconveniente con los chinos porque vienen los viajantes compran una pieza original y luego la envían a China para su reproducción. La cerámica es muy linda pero no es reconocida. Esto me obligó a buscar otras alternativas. Es así que comencé a incursionar en las veletas animadas. Yo quería hacer algo que los chinos no pudieran reproducir. Soy el único que se dedica a realizarlas en nuestro país. Este proyecto que hoy sigue siendo parte de mi vida se inició bajo la denominación “Juguetes del viento”. A través de este trabajo pude introducirme en países como Chile y Brasil. Son lugares a los cuales estoy exportando actualmente. Por temor a los chinos tuve que inventar algo que fuera exclusivo. En realidad son esculturas en miniatura.