En la tierra de los ásperos, vigorosos y definitivos embrujos, y en el lugar del agrado y el ánimo luchador de la gente, Amador llegó para escribir versos pero también dispuesto a participar activamente en una epopeya de grandes, profundas y altas resonancias; donde además supo hacer ambas cosas. En 1921 en la localidad de Puerto San Julián, Amador Víctor González se incorporaba a "La Verdad", ya que venía de Río Gallegos, donde había dirigido "La Gaceta del Sud", lugar donde ya tenía algunos años de actuación periodística sureña y que tuvo una efímera vida a raíz de un boicot producido por las huelgas del 21. Había escrito en "La Opinión Española", de Santo García Mejido, donde tuvo un serio disgusto por algo de educación, pero antes había actuado en Buenos Aires, donde tenía grandes amigos poetas periodistas y apasionados como: Alberto Ghiraldo, Evaristo Carriego, Luis Rey Francisco Alemán, Felipe Hernández; y admirador de Rubén Darío, Almafuerte, Amado Nervo y José Santo Chocano; un verdadero hermano de la pléyade de jóvenes poetas, periodistas y apasionados, todos capaces de poner en solfa al más académico de los escritores como dispuestos a ridiculizar al más elegante de los hombres del gobierno. POETA PATAGONICOVivió en la gran ciudad con alma de arrabal -es decir muy junto al pueblo- en un periódico de hondas inquietudes y tremendas agitaciones, y desde el Barrio de San Telmo, donde el coraje era necesario para vivir como el aire mismo, se fue al sur. Eran tiempos difíciles, ya que también se preguntaba qué podría hacer un poeta en la Patagonia. Quizás algo más que evadirse del barrio porteño, lanzarse a la vorágine de la lucha y olvidarse de sí mismo, para hacer lo que querían la fuerzas transformadoras del ambiente.Fue siempre lo que había sido, conservó intacta su lira y su personalidad, fue patagónico, pero sin olvidarse de San Telmo.DIARIOS DEL SURSe dedicó a distintas actividades, pero sobre todo fue un gran tipógrafo; con lo cual se ganaba el sustento diario, pero siempre para solaz de su espíritu, y por exigencias: activa, periodística y poeta; aún cuando actuase como conferenciante, ofreciéndonos su interpretación de grandes literarios. Alguna vez se pensó que sus mejores poesías eran sus discursos.En el año 1923 Amador Víctor Gonzáles, se inicia periodísticamente dejando la capital santacruceña por el Chubut.Editó "El Satírico", redactó "El Independiente", escribió en "Golfo Nuevo" también publicó algo en "El Chubuchino", de Trelew. Sus sátiras le acarrearon disgustos; pero su labor formal le llevó a ocupar un puesto de vanguardia entre lo que tenían algo que decir y algo que enseñar. En 1928 regreso a Río Gallegos, donde trabajó en el taller de "El Nacional" como tipógrafo, pero pronto tuvo su órgano propio, "Letras Patagónicas", una revista mensual de la que se editaron 12 números: en agosto de 1929 a julio de 1930. La realizaba el propio Amador y en el mismo taller, la armaba Rosario R. Machia y la imprimía Manuel Gallardo.CAMINO PROPIOEn aquel tiempo, el señor Sebastián A. Giménez, quien era jefe de la columna galleguense, lo empleó como inspector Municipal, dejó las cajas por algunos años, despuntando el vacío como corresponsal de "La Nueva Provincia" de Bahía Blanca, a la vez que redactaba alguna nota para "La Res" de Buenos Aires, esto a instancias de su amigo Diéguez.Pero ambicionaba abrirse camino en el periodismo, por lo que renunció a su cargo Municipal y se trasladó a la localidad de Comandante Luis Piedra Buena, donde fundó, dirigió, redactó e imprimió el semanario "La Voz del Pueblo". Años después volvió a Río Gallegos, con su taller de imprenta y su periódico. Fue cuando comenzó a vivir más holgadamente, sin tantos problemas y la muerte lo halló al frente de esa empresa.LOS FOLLETOSPor el año 1919 Amador Víctor González publicó en Río Gallegos "homenaje en el día de la raza" en un folleto de 20 páginas, editado por "La Opinión Española", en el año 1926 en Comodoro Rivadavia, publicó el folleto "La Región del Petróleo" de 50 páginas. En Puerto Madryn publicó un "Album Biográfico Ganadero", evocando la gesta de los pobladores de la zona desde la llegada de los galeses en 1865. En 1935 publicó, en Buenos Aires, "Relatos Patagónicos", los cuales son en general, páginas autobiográficas. En 1940 la editorial "Tor" entregó al público "Huerto Azul", un libro de versos en el que también se da a conocer el canto a la Patagonia.SUS CONFERENCIAS Con el auspicio del Centro Gallego, presidido a la sazón por don Juan Antonio Méndez, Amador Víctor González dio una serie de conferencias sobre escritoras. Hablo de Rosalía de Castro, Pardo Bazán, Concha Espina, Concepción Arenal. A la exposición de su temática, de novelas y poemas, de la acción humana, unía la exaltación de la personalidad y la descripción de los lugares. Sus evocaciones de Galicia eran profundamente sentidas y muy emocionadas. Nunca se vio publicado esos trabajos, ya que sin duda constituirían un merecido homenaje a don Amador Víctor Gonzáles por esa edición. Un gran libro de aquellas conferencias. Y para que fuese evidente, junto a esos trabajos debieran estar sus conferencias sobre Evaristo Carríego, juicio certero y retrato cabal del poeta porteño. EL TEATROEra, además de cuanto se ha dicho, un buen actor teatral. En los cuadros filodramáticos que se formaron en Santa Cruz y Chubut, integrados por los aficionados locales, casi siempre tuvo  Amador Víctor González una participación. Su labor filodramática se prolonga a través de treinta años. Cosechó muchos aplausos. Interpretaba a un papel dramático, aparecía como actor cómico. Era muy afectado en el decir, por su apego a hablar bien, pero gustaba siempre. Quizás sus mejores éxitos los obtuvo en monólogos traviesos, en estampas porteñas, en diálogos vivaces, en danzas del novecientos. Nunca se vio también hecho el papel de compadrito arrabalero. Pero él buscaba el escenario teatral para difundir cultura, dando a conocer excelentes obras.SU PERSONASería interesante ahondar en el examen psicológico de Amador Víctor González. Hay mucho material digno de análisis. Más para llegar a acertadas conclusiones resultaría menester un mayor conocimiento de su vida: de algunos sacudones recios que está le dio, porque debió ser golpeado rudamente, sobre todo en su juventud. Pero nunca se lo escuchó hablar de esto. Fue un hombre de absoluta lealtad para con las ideas y los ideales, y nunca se lo encontró en el camino de las renunciaciones. Fue amigo de la verdad, más cuando el dolor oscurecía. Era un hombre del pueblo que amaba al pueblo y quería a los que se entregaban, pensamiento y acción concordes, a la noble tarea de hacer bien al pueblo. Su poema postrero fue un canto a Eva Perón, escrito en los días iniciales de su acción social y nunca publicado en Buenos Aires. Fue un apasionado paladín de la cultura, un honesto obrero del progreso y un constante propugnador de la justicia, en todas y cada una de sus santas manifestaciones. Fue, por encima de todo, un alma lírica por la inmensidad de la Patagonia con su líder de extraordinarios acordes en un sostenido afán de lograr que cada espíritu fuese un admirador de la belleza, que cada corazón constituyese en altar de la bondad humana y en todos los cerebros anidase la idea triunfal de la verdadera justicia.LABOR POETICASu libro postrero "Huerto Azul" editado en 1940, tarea periodística que continuara su hijo Víctor González, está dividido en varias partes, unas esencialmente líricas, otras históricas. Como poeta son romántico perfecto, tanto las ideas con una composición, rima y ritmo. En "Lírica Oceánica" dedicada al Comandante Luis Piedra Buena, termina estrofas quebrando el verso octosílabo, en la cesura rítmica, pero a su vez lo coloca de una forma que recuerda a los vanguardistas. Le canta sin cesar a los héroes: a Rivadavia lo define como "arquitecto formidable de nuestras instituciones", a Sarmiento "prócer civil", a Alberdi "benemérito prócer del pensamiento", a Moreno "genio de la revolución", a Artigas "libertador de tres pueblos". Otro aspecto destacado de su labor poética, es la parte que denominara "El Solar de la Tradición". El gaucho, el ombú, la guitarra, Martín Fierro, mi rancho, figuran entre los temas que abarca, todos ensamblados en un título común. Pero su onda lírica se resuelve definida y sentidamente en "Huerto Interior"; así como verdadero poeta desgrana loas idealizadas al recuerdo y a la evocación de la musa amada. SIN HOMENAJETambién figura el libro "Su Ofrenda al Día de la Raza", composiciones en verso con explicaciones en prosa, como para una representación ideal. Colón, conquista, colonización, porvenir, son algunos de los títulos. En 1944 al cumplirse 25 años de la edición del folleto citado se constituye una comisión de homenaje al autor extensivo a la prensa sureña, comisión que también imprimiría las obras de Amador González. Integraban el núcleo organizador figuras conocidas de círculos artísticos como: Eligio González Cadavid, Antonio Aliandro, Manuel Llarás Samitier, César Tiempo. Por motivos desconocidos fracasó este homenaje merecido a la prensa patagónica, sintetizado en la figura de un verdadero pionero del periodismo austral. Su vida pródiga en sobresaltos y angustias, amplias actividades relacionadas con el intelecto, merecen esta dedicación. En tiempos anteriores nuestra provincia comenzó una actividad de pujanza y riqueza, a ocupar un sitio preponderante en el todo argentino, donde surgirán los nombres de quienes todo lo dieron en pro de un devenir mejor y que vaticinaron el papel descollante de nuestra tierra, todavía virgen y parcialmente deshabitada, peticionando, escribiendo, organizando, combatiendo y poblando. Este luchador por las letras y su difusión, oportunamente recibió el honor de que una calle de nuestra ciudad lleve su nombre. La misma empieza en Maipú, manzana 0255-A y termina en Belgrano 0256-A, en el Barrio Belgrano.Fuente: TiempoSur y Revista Austral Nº 275, junio de 1954 y Nº 307, mayo de 1957.