Periodismo Ciudadano

YPF Lo que el Kirchnerismo se olvida

  • 16/04/2012 • 00:00

Rescatando de Internet una nota del portal web www.periodicotribuna.com.ar, justamente de esa fecha, escrito por José Picón, Presidente del Centro Jubilados de YPF, se pretende anular esa “amnesia lacunar” que a casi dos años vista, enfermó a todo el kirchnerismo nacional, sus dirigentes, sus militantes rentados de “La Cámpora”, sus legisladores y hasta a la propia Presidente de la nación Cristina Fernández de Kirchner, legisladora nacional por aquellos años de la privatización menemista.
 
El artículo, sin desperdicio narra a un Kirchner diciendo en el salón sur que, “sabemos el genocidio que pasó nuestra industria petrolera, la increíble privatización (...) si YPF hubiera quedado en manos nuestras estaríamos recaudando (...) entre 20 y 25 y hasta 30.000 millones de dólares por año”. A su lado, Parrilli aplaudía. Ninguno de los dos recordaba al parecer, su participación en eso que (ahora) el presidente llama “genocidio”.
 
Vale la pena recordar que Menem quería sancionar la ley de privatización de YPF pero no podía, porque no tenía en el Congreso, los votos necesarios: aparte de la abierta negativa de la UCR, enfrentaba resistencias dentro del propio PJ.
 
Pero Néstor Kirchner ofreció la solución. Él había asumido el 21 de agosto, la presidencia de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), que agrupaba a Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Salta y Santa Cruz.
 
“Si la privatización era reclamada de modo unánime por la OFEPHI, argumentó Kirchner, “se vencerían muchas resistencias”. Pero la solución tenía un precio; la Nación debía pagar, acuerdos extrajudiciales mediante, sumas multimillonarias que las provincias de la OFEPHI reclamaban por regalías supuestamente “mal liquidadas”.
 
Ya el 30 de agosto de 1991, Menem junto con sus ministros Domingo Cavallo y José Luís Manzano, habían suscrito una curiosa “conciliación” con Santa Cruz. Por ella, la Nación “reconocía” una deuda de 480 millones de dólares con la provincia. 
 
Pero el “reconocimiento” quedaba impúdicamente sujeto a la sanción de la Ley de privatización de YPF. Si no se aprobaba esa ley, el reconocimiento, decía con todas las letras una cláusula del acuerdo, “quedará sin valor y efecto alguno, y no podrá ser invocado como antecedente de ninguna especie”.
 
El martes 22 de septiembre de 1992, hace casi 10 años, los gobernadores de la OFEPHI se reunieron con Manzano en el Ministerio del Interio, y resolvieron montar un lobby. Acto seguido, Kirchner ofreció una conferencia de prensa en la misma Casa Rosada. 
 
Desde allí pidió apoyo para la privatización de YPF e instó a que los disidentes al menos, a que dieran quórum.
 
Al día siguiente Clarín publicó, con foto de Kirchner, la noticia: “Provincias petroleras hacen lobby por la aprobación”. Ese lobby no se limitaría a la exhortación pública; los diputados debieron sortear presiones y tentaciones.
 
La tarea fue efectiva: esa noche, Diputados aprobó el proyecto de ley.
Parrilli (entonces diputado nacional por Neuquén) fue el miembro informante. Durante el debate sostuvo que, “no pedimos perdón por lo que estamos haciendo (...) esta ley servirá para darle oxígeno a nuestro gobierno y será un apoyo explícito a nuestro compañero presidente [Menem]”.
 
Un año después, en un libro titulado “Cuatro años en el Congreso de la Nación”, 1989-1993, Parrilli se jactó de haber impulsado la privatización diciendo que, “hoy YPF es la gran empresa petrolera privada nacional, que domina más de la mitad del mercado de los combustibles”.
 
La venta de YPF tuvo, también, ventajas para el gobernador Kirchner. Dos meses después de sancionada la ley, Cavallo, Manzano, Kirchner y De Vido firmaron el “acta acuerdo” por la cual se fijó la suma que correspondía a Santa Cruz.
 
En definitiva, la provincia recibió en 1993 US$ 654 millones. Con ellos, adquirió acciones. Las de YPF, le permitieron un gran negocio: las compró en US$ 290 millones y seis años más tarde, las vendió por US$ 670 millones. Hizo, así, una diferencia de unos US$ 380; 654 + 380 = 1.034. Kirchner envió ese millar de dólares a dar la vuelta al mundo.
 
Nunca hubo restitución plena ni adecuada rendición de cuentas. Sin embargo, la justicia se ha desentendido del tema. Guillermo Montenegro, ex juez federal designado por Kirchner, se declaró incompetente y remitió la causa a la provincia. El 1° de junio de 2005, Santiago María Lozada, juez de instrucción Nº 1 de Río Gallegos, mandó las actuaciones al archivo.
 
Los “fondos de Santa Cruz” han sido motivo de acusaciones y debates. Pocos conocen, sin embargo, la conexión entre esos fondos y el decisivo apoyo que Kirchner brindó a la privatización de YPF.
 
MÁS HISTORIA “SIN AMNESIA LACUNAR”
Según consta en el Diario de Sesiones, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en el plenario del 24 de setiembre de 1992,  aprobó la Ley de Privatización de YPF.
 
Al verse en minoría, ya que los diputados radicales se retiraron del recinto, el menemismo gobernante logró formar quórum gracias a los legisladores del bloque de la UCEDE presidido por Álvaro Alsogaray, partido al que pertenece el Vicepresidente Amado Boudou.
 
El proyecto para privatizar YPF había sido enviado originariamente al Senado por el Poder Ejecutivo, es decir, por el presidente Carlos Menem. Éste le dio media sanción y lo envió a Diputados para su aprobación definitiva como ley. El presidente Menem había impartido la orden de no permitir ninguna modificación. Virtualmente, debía aprobarse a libro cerrado.
 
Los miembros informantes de la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados, que trató ese proyecto del Ejecutivo y recomendó su aprobación sin modificación alguna, fueron los diputados Gualberto Venesia de Santa Fe y Oscar Parrilli de Neuquén. En esa oportunidad, Venesia manifestó tajantemente en su discurso que, “la Comisión no va a aceptar ninguna modificación…”.
 
Ante la airada protesta de los legisladores de la oposición presentes, el otro miembro informante de la Comisión, diputado Oscar Parrilli, pidió la palabra y dijo textualmente. “Pedimos disculpas y comprensión a todos los señores diputados que nos han acompañado en esta sesión, por la urgencia que nuestro bloque (el menemista) tiene en la aprobación de esta iniciativa, porque hay plazos establecidos para llevar adelante la privatización (de YPF), y la circunstancia de introducirle modificaciones nos exigiría que vuelva al Senado, lo que frente a la finalización del período ordinario de sesiones, nos impediría sancionar este proyecto de ley”
 
Pocos minutos después de esas palabras de Parrilli, la Cámara aprobó, sin modificarlo en nada, el proyecto de privatización de YPF enviado por Menem.
 
Pero una semana antes, la entonces diputada provincial de Santa Cruz Cristina Fernández de Kirchner, había denunciado y amenazado públicamente a los diputados nacionales que se negaban a privatizar YPF, diciendo que, “Un conjunto de legisladores de la Cámara de Diputados de la Nación, cada uno con sus respectivas razones, vienen obstruyendo la posibilidad de que aquella Ley de Federalización de Hidrocarburos y de Privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales tenga siquiera su tratamiento en esa Cámara. Como se comprenderá, ninguna argucia reglamentaria debe estar puesta al servicio de retrasar las soluciones que nuestra provincia necesita. Del dictado de esa ley depende hoy el envío de los U$S 480.000.000 y el pago de nuestra parte en la licitación de las áreas ya concretada”.
 
LA DANZA DE LOS MILLONES
Para completar esta nota, recordemos que esos U$S 480.000.000 de 1992, se transformaron en unos U$S 630.000.000 por la valorización de las acciones de YPF, para desaparecer luego de Santa Cruz “misteriosamente”, durante la gobernación del esposo de la Sra. Cristina Fernández de Kirchner…
 
Por su lado, el ex diputado Oscar Parrilli, protagonista central de aquella malhadada privatización promovida por el presidente Carlos Menem y exigida desde Santa Cruz por la diputada provincial Cristina Fernández de Kirchner, es hoy el secretario general de la Presidencia justamente de esta Presidente “progresista”.
 
Por supuesto que ahora, el senador nacional Carlos Menem vota religiosamente los proyectos de ley que envía al Senado Cristina Kirchner. Como contraprestación, Carlos Menem fue elegido nuevamente senador nacional por La Rioja.
 
Otro de los que festejaba pero desde un palco preferencial era José Estenssoro, padre de la Senadora de la Coalición Cívica), presidente de YPF, quien sostuvo que “la privatización, que reportará alrededor de 8,000 M U$S”.