Polémica

"Quienes promueven prostíbulos consienten implícita o explícitamente la explotación sexual"

Desde la Iglesia se hicieron eco respecto a las declaraciones de un comerciante que propuso la reapertura de cabaret en relación a la necesidad para la actividad portuaria, criticando duramente este tipo de dichos, considerando que aportan al delito.

  • 03/10/2019 • 08:16
Jorge García Cuerva, Obispo Diócesis de Río Gallegos, y el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria .
Jorge García Cuerva, Obispo Diócesis de Río Gallegos, y el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria .

A través de un comunicado firmado por Jorge García Cuerva, Obispo Diócesis de Río Gallegos, y el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria se manifestaron luego de la polémica que surgió por el pedido de un comerciante deseadense por la vuelta de los cabarets. En este sentido expone: "Ratificamos nuestro compromiso con la defensa de la dignidad, y alzamos nuestra voz para repudiar todo cuanto atente contra los valores esenciales de la persona humana. Manifestamos que la explotación sexual, la promoción de la prostitución y la trata de personas son modos de esclavitud que violan la dignidad, la libertad y los derechos humanos de tantas mujeres, niñas y jóvenes de ambos sexos".

Ante esto desde la Iglesia lamentaron y rechazaron la apología del delito expresada "a través de las declaraciones vertidas por un supuesto empresario de Puerto Deseado pidiendo a los candidatos locales que para las elecciones de octubre próximo vuelvan a habilitar cabarulos para que los marineros puedan dormir con alguna criatura un ratito". Y agrega: "Advertimos que quienes promueven o alientan la apertura de prostíbulos, consienten implícita o explícitamente la explotación sexual convirtiéndose en cómplices de un delito".

Como Iglesia -añaden- "entendemos que en estos temas prima el cumplimiento de las leyes vigentes, superadoras de toda discusión, que no deben ser desconocidas por ningún ciudadano", por lo cual "consideramos imperioso un cambio de mentalidad para enfrentar estos delitos y la adopción de políticas públicas comprometidas, contundentes y que convoquen a diversos sectores para crear conciencia de que estas aberrantes prácticas deshumanizan a la persona, cosificándolas, denigrándolas y despojándolas de su dignidad".