Entrevista

“Cambiar el apellido de mi abusador significa un gran avance”

Así lo expresó L., una joven abusada sexualmente por su padre que en el mes de marzo fue condenado a 13 años de prisión. TiempoSur dialogó con su madre y una profesional de la psicología social sobre el flagelo que no concluye con una condena y los obstáculos que hallaron para identificarse como la mujer que la sanó y no como el hombre que la hostigó. 

  • 03/06/2019 • 10:48
A fines de marzo la justicia falló y sólo le dio 13 años de cárcel por abusar de las menores.
A fines de marzo la justicia falló y sólo le dio 13 años de cárcel por abusar de las menores.

L. tiene 17 y está concluyendo sus estudios secundarios y que junto a su nombre esté la marca de quien identifica como un borracho, pedófilo y abusador que le arruinó la vida a su núcleo familiar. “Me da vergüenza, me hace sentir sucia” lamentó. Ella quiere que en su título, al terminar el colegio, esté el apellido de su mamá. En abril Sandra Díaz, la madre de ella, presentó la demanda de privación de la responsabilidad parental por L. y su hermana menor. Al mes siguiente presentó las partidas de nacimiento y testigos. A Sandra le duele cada día que pasa, porque a sus hijas las identifican todos los días con un apellido que les revuelve el estómago. No entiende cómo el Estado no actúa de manera veloz para darles herramientas a sus hijas. Por suerte “hablé en el colegio y les van a empezar a decir Díaz” celebró Sandra, a pesar de no tener los papeles correspondientes todavía.

Ya pasaron años desde que las abusó y que esté preso no concluye el proceso para las adolescentes. “Le dieron pocos años y hasta se pueden reducir, no me quiero imaginar el día que salga y volver a cruzarlo” expresó L. El proceso judicial para encarcelar a su padre fue acompañado por la ONG PAyCaN. Lorena Galeano, psicóloga social que la integra y siguió de cerca el caso, explicó a TiempoSur que las condenas sirven, ya que demuestran la culpabilidad del agresor sexual y las consecuencias de sus actos. “Lo que más sirve es el acompañamiento adecuado, desvincularte del entorno que no te cree, que duda. Si es el progenitor, es importante que pueda cambiar el apellido” resaltó. Hizo hincapié en una reparación que se construye con actividades que fortalezcan el estima y el amor propio. Lorena recomienda buscar ayuda profesional. La terapia y acompañamiento del Centro de Atención a la Víctima ha generado nexos con Prevenir, Ayudar y Contener a la Niñez en materia de abuso sexual.

“Yo estoy multiplicando fuerzas para que ellas salgan adelante, todo es muy duro” explicó Sandra, mamá de las adolescentes ultrajadas por su padre. Explicó que ellas no siguen el tratamiento porque no quieren hablar más, sino sanar. A la hora de las reparaciones cada caso tiene sus particularidades, pero la defensora de sus hijas destacó la contención de sus familiares y amigos. La más pequeña, de 14 años, todavía sufre pérdidas de cabello y se concentra en el estudio. “Tiene muy buenas notas y contención de compañeritas y auxiliares escolares” detalló Sandra. La valiente madre lamentó que L. todavía tiene problemas para dormir ya que las pesadillas no la dejan descansar.

Lorena, que acompañó a la familia y muchos casos de abuso sexual en la infancia hace más de una década identifica el proceso de sanación como un largo camino. “El tema es cómo se sigue, porque no alcanza. El arte es otra herramienta siempre y cuando deje fluir las emociones” recomendó. Las valientes mujeres coincidieron en que la reparación como sobrevivientes no termina con un violador tras las rejas.

 

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