Revés en la causa

Imputan a la pareja de un policía que se había suicidado en 2016

Se trata del caso del agente Fabricio Sánchez que para la Justicia se había suicidado usando las dos manos en 2016 en presencia de su pareja, también policía. Ahora un juez la imputó y la citó a indagatoria. La pericia psicológica dictaminó que “no existió planificación suicida”.

  • 10/05/2019 • 10:49

Analía Ibarra, madre de Fabricio Sánchez, insiste hasta la actualidad que su hijo no se suicidó.

Para la Justicia el policía de 26 años se disparó el 15 de julio de 2016 en Las Heras en presencia de su concubina, aunque la abogada y familia del agente advirtieron diversas incongruencias, como la no realización de pruebas forenses en el lugar del hecho y que para la Justicia Sánchez usó las dos manos para dispararse en la sien, a la altura de la oreja. Esto fue avalado el año pasado por el mismo juez de Recursos, Dr. Enrique Meyer que solcitó “medidas de pruebas”.

Luego de 29 meses la familia pudo acceder  a la pericia psicológica realizada por el Cuerpo Pericial Psicológico del Tribunal Superior de Justicia, que se lo entregaron en mano el 7 de diciembre del año pasado.

Este informe fue determinante para que el juez Guillermo Ghio resolviera imputar la pareja de Sánchez, quien debe prestar declaración indagatoria el próximo 20 de mayo.

La pericia reveló como conclusión final, “que no existió una planificación suicida por parte de Fabricio y que en caso que existiera una conducta autoagresiva solo puede considerarse como una acción extrema, desesperada para librarse de la tensión afectiva vincular que lo unía con la concubina y dado que la agresión fue una constante en esta relación afectiva en particular, tampoco puede descartarse que la agresión provino de un agente externo”.

Incluso para los peritos existía un “hostigamiento” de la pareja hacia Sánchez.

“Fabricio era emocionalmente dependiente, tranquilo, con escaso nivel de impulsividad y una tendencia a la reflexión por sobre la acción. Su partenaire, en cambio, frente a su pareja era impulsiva y agresiva, hostigándolo buena parte del tiempo de manera continua a través del tiempo”, expuso el informe.

 

9MM

En agosto del 2018, este medio publicó qué habría sucedido ese 15 de julio. Sánchez discutió con su pareja -también policía- aparentemente porque el joven iba a visitar a su familia por el fin de semana a Piedra Buena. La discusión provocó que su pareja intente disuadirlo de no viajar, le rompe un vidrio del auto arrojando una piedra y le daña las ruedas del automóvil. El coche estaba cargado con elementos de su propiedad, es decir, con la intención de irse.

Luego existe un llamado de la mujer a la Comisaría Segunda para denunciar “problemas de pareja”, y cuando los policías se presentaron el escenario mostró a Sánchez está tirado en la cama, con un tiro en la sien, casi muerto. Su pareja recién bañada habría dicho  “Fabricio se mató”. Lo trasladan al hospital en donde muere.

Las inconsistencias señalan que el disparo que se efectuó Sánchez, según las pericias, fue de derecha a izquierda en la sien, aunque varios lo contradecían, como  la declaración de uno de los agentes que trasladó a Sánchez desde el quirófano a la morgue. También de acuerdo al relato de  la pareja, Sánchez estaba sentado a los pies de la cama y si el disparo fue de derecha a izquierda, no se explicó por qué la puerta del ropero que estaba en frente del agente, se encontraba manchada en su lado derecho, y no el izquierdo.

La querella sostuvo que tampoco se investigó ni analizó el motivo del charco de sangre en los pies de Sánchez, y cómo el arma cae al costado de la cama, en lugar de seguir la trayectoria de su mano derecha.

En tanto, según el barrido electrónico -que no es concluyente según la ciencia forense, sino orientativo- Sánchez tenía restos de pólvora en sus dos manos, su pareja en ninguna. Esto sirvió como prueba para resolver que fue un suicidio, aunque si fuese así, debería haber utilizado las  dos manos para dispararse del lado  derecho.