Un menor y un mayor detenidos por robar y golpear a un joven

Pasados unos minutos de las 06:30 de ayer, el personal de la Seccional Primera fue requerido en la esquina de la avenida San Martín y Zapiola, debido a que se había cometido un ilícito.

El personal se dirigió al lugar donde se encuentran con un grupo de personas, quienes les cuentan que un joven había sido asaltado por otros dos, de quienes brindaron las características de vestimenta y que habían huido por la plaza San Martín.

Con los datos brindados, los policías rápidamente realizaron un rastrillaje junto a sus pares del Comando Radioeléctrico, logrando demorar a dos sujetos con similares características a mitad de cuadra de la calle Errázuriz entre Maipú y Alvear, quienes se encontraban nerviosos y alterados, motivo por el cual se procedió a la conducción de los mismos hacia la dependencia.

Mientras tanto, una comisión se dirigió al lugar del hecho, donde se entrevistaron con la víctima de 20 años, quien les contó que caminaba por calle Zapiola antes de llegar a intersección con la avenida San Martín, fue sorprendido de atrás por dos sujetos, que sin mediar palabras comenzaron a agredirlo físicamente y le sustrajeron su teléfono celular y la billetera con su documento nacional de identidad, para luego huir del lugar, mientras él fue auxiliado por un grupo de hombres que caminaban por el lugar.

Recuperan lo robado

Ante estos dichos el personal del Comando Radioeléctrico realizó un nuevo rastrillaje, pero esta vez en cercanías del lugar donde los sospechosos fueron aprehendidos.

Es así que lograron encontrar un celular marca Samsung color blanco, encendido y una billetera con el Documento Nacional de Identidad del damnificado, los cuales fueron secuestrados mediante.

En cuanto a los sospechosos, se supo que fueron identificados en la dependencia, y uno de ellos tendría 20 años y el restante sería menor de edad, tendría 15.

Allí se informó al juzgado que se encuentra de turno y se le realizó una requisa personal. Además desde la sede judicial, se dispuso que el menor fuera entregado a los padres, mientras que el mayor, fue llevado al Departamento Judicial, donde lo identificaron.

Posteriormente, se le tomó testimonio al damnificado y se les exhibieron los objetos incautados, los que reconoció como propios, por lo que se los entregaron.