Mujeres que rompen estereotipos

Deconstruir y visibilizar roles son dos premisas que día a día están abriendo caminos a mujeres en ámbitos laborales que se creían exclusivos para varones. No obstante, la accesibilidad aún está siendo resistida y puntualmente en el mundo del petróleo la entrada de la mujer todavía está cruzada por una brecha cultural. Según un informe del World Petroleum Council y The Boston Consulting Group de fines de 2018, menos del 10% de los puestos en las petroleras del país están ocupados por mujeres. Para especialistas en recursos humanos la cifra responde, en muchos casos, a los prejuicios de las operadoras, pero no a la falta de capacidad de las mujeres interesadas en el rubro.

Fue en agosto de 2018 que la diputada Miryam Alonso (FPV-PJ), quien presentó en la legislatura santacruceña un proyecto de resolución mediante el cual se solicita a los Senadores de la Nación promuevan el tratamiento al Expediente N°1953 – S – 2017, referido al Proyecto de Ley que incorpora el Artículo 71 bis a la Ley Nacional 17319 de Hidrocarburos, es decir, que se establezca un cupo laboral femenino en todos los niveles organizacionales de la actividad hidrocarburífera. En dicho momento la diputada Alonso destacó que el cupo no es un objetivo en sí mismo, sino que se trata de una medida de acción positiva que permite ampliar la posibilidad de participación de las mujeres en este ámbito laboral en particular, dado la alta brecha registrada que existe en los niveles de empleo registrado en esta industria en particular entre hombres y mujeres.

Además, en los fundamentos de su proyecto mencionó que el principio de equidad propuesto es para que se aplique en todos los niveles organizacionales y jerárquicos de las corporaciones permisionarias y concesionarias de áreas petroleras con el fin de que la mujer tenga igualdad de oportunidades al acceso en el trabajo, para tener así un crecimiento profesional y económico.

Hoy en día pueden ser pocas en la comparativa,  pero están y organizadas. Prueba de esto es Jazmín Macchiavelli, quien hace poco menos de una década atrás se desempeñaba como acompañante terapéutica y arista plástica.

Antes de pegar el salto al yacimiento daba clases de plástica en la Alcaidía y también tenía un par de pacientes, hasta que por casualidad y causalidad –como ella mencionó- aprovechó el momento y cambió radicalmente de rubro.

Pesares económicos del momento no la desanimaron, sino le dieron el empuje para introducirse en el mundo hidrocarburífero santacruceño. Su arranque fue plantando coirones, y posteriormente porque sabía manejar se dedicó a transportar al personal. Paso siguiente fue subirse a un camión. Se trató de un portacontenedores, labor que realizó por el lapso de siete años hasta que dio un salto al Sindicato del Petróleo y el Gas Privado de la Provincia de Santa Cruz.

Enfatizando que el dar una linda vuelta por los yacimientos le permitió notar que no había muchas mujeres afectadas a la industria petrolera, y las que había estaban afectada a tareas de limpieza y cocina. Lo habló y lo trabajó con la Comisión Directiva y así surgió la idea de encarar una serie de capacitaciones para mujeres orientadas en tareas no habituales para ellas.

Instalaciones eléctricas domiciliarias fue el puntapié inicial de una seguidilla de talleres que comenzaron a desarrollarse en zona norte, y que luego fueron esparciéndose por toda la provincia. En todo momento se puso mucho énfasis en la incorporación de la mujer a estos nuevos ámbitos, dado que la formación es clave a la hora de postular e ingresar a la actividad del crudo. Sobre este punto Macchiavelli afirmó que se habla y se trabaja mucho en diversos ámbitos en torno al cupo femenino, pero sostiene que la preparación es vital a la hora de competir de igual a igual con un hombre: “A mi criterio es discutible el cupo sí o no. Las mujeres debemos centrarnos en mejorar y prepararnos para entrar en determinados espacios y además para tener más herramientas justamente para luchar”.

No es un mero discurso

Por esta sed de superación fue que surgió en el seno del Petroleros Privados hondar y trabajar desde el área de la mujer como un espacio integral de preparación, pero no solo para la mujer de la industria petrolera, sino la mujer en general.

“Ahí en donde se enlaza Ser Mujer”, enfatizó Jazmín, quien hoy es la cara visible del movimiento de mujeres petroleras.

Hace poco más de seis meses comenzaron a pensar en este proyecto integral dedicado y direccionado a fortalecer el espacio de la mujer. Sobre este punto remarcó que cada institución aborda el tema de género desde diferente punto, y por ser un tema complejo es imposible pensarlo como algo lineal.

Ser Mujer se fundó para abordar la temática de género desde el fortalecimiento del espacio de la mujer tomando como bandera la capacitación para el desarrollo personal y grupal.

Especificó que su espíritu abarcativo radica en que hoy en día la sociedad en su conjunto está atravesando una situación crítica y ninguna institución se puede cerrar y quedar ajena a esta situación social general “entonces pensar exclusivamente en las compañeras petroleras no nos pareció lo más adecuado”, indicó, añadiendo “con la crisis y la situación en general debemos trabajar todos juntos y así ir ampliando el camino”.

Seguidamente añadió: “Esto es lo maravilloso; Ser Mujer es un encuadre en relación a la problemática de las mujeres. Uno no puede pretender que todos parta desde nuestra posición de sujetos. Sin embargo, dentro de la comunidad aprender fortalecer, mejorar y entender lo que es el mercado laboral, estar con pares permanentemente, escuchar sus demandas, así como repensar proyectos nos posiciona frente a la comunidad”.

Jazmín enfatizó que Ser Mujer está tejiendo redes en toda la Provincia para así unificarse en un gran movimiento femenino.