Diálogo y conciencia: las armas para combatir la violencia obstétrica

Desde la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género, la socióloga y asesora Irene Castillo resaltó la importancia de respetar los derechos de las personas gestantes en los procesos de embarazo, parto y puerperio, en función de la Ley Integral 26.485 para erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que desarrollen sus relaciones personales, promulgada en 2009.

Las ediciones se desarrollaron en dos días con perspectivas y herramientas variadas pero con el mismo objetivo de sensibilización. Capacitaron integrantes de instituciones que se dedican a la asistencia obstétrica en ámbitos públicos y privados el encuentro fue en el SUM de Vialidad Nacional. Con ánimos de identificación y concientización, se reunieron en la salita del Barrio Madres a la Lucha y en el marco del plan del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) 2017-2019 se generó una charla abierta para las carreras de formación en salud, en este caso, Enfermería.

Castillo destacó la importancia del encuentro en el campus de la unidad académica río gallegos de la UNPA. "Los profesionales no tienen intenciones de cercenar los derechos de la mujer, pero en toda su formación no se les ofrece herramientas y finalmente se desconocen”. Por eso también las denuncias que se elevan, no son sanciones, sino proyectos de trabajo conjunto para combatir la violación de los derechos en conjunto con la institución de salud de ámbito público o privado. La socióloga explicó que se proyecta implementar materias académicas que en particular estudien los derechos humanos y de las mujeres. Estableció diálogo con Guillermo Melgarejo, decano de la universidad con quien desarrolló “una reunión muy productiva, es persona muy comprometida con los derechos de las mujeres”.

La violencia obstétrica se puede traducir en trato humillante, el abuso de la medicalización o la patologización innecesario, por dar unos ejemplos. Por ello también se gestó la Ley de Parto Respetado en 2004. Allí se estipula que las personas que transitan un embarazo tienen derecho a ser informadas sobre las intervenciones médicas y ser protagonistas de su propio parto. Estas actividades, insiste Irene Castillo, sirven para reconocer violencias que anteriormente no se habían identificado y que en su momento no podría ser de otra manera.

“El sistema de salud está diseñado para que se sigan prácticas desde un protocolo” explica Lorena Galeano psicóloga social además es doula, formada en sexualidad integral y terapeuta holística en sexualidad femenina. Con esto se refiere a que no hay acompañamiento emocional y eso es violento. “A mi parecer no se respeta la ley porque para que ello suceda hay que capacitar a todas las personas que hace 30 años atienden en Río Gallegos”. Agrega también que hay familias las que desde los lugares donde se practica no se recomienda entregar planes de parto porque se suelen tomar mal, poner trabas o desestimar al momento del nacimiento.

Lorena abre una alternativa, que es la formación de doulas, cuyo rol es el acompañamiento emocional en el proceso de gestación, postparto y crianza. Explica también que los objetivos de estas guardianas de los nacimientos vienen a complementarse con los ámbitos de salud “formales”, que alertan que se ven “conmocionados ante prácticas como de la doula o la partera”. Hasta el año pasado, daba clases en el espacio autogestionado Mamífera Consciente que cerró sus puertas hace unos meses.

Por su parte, Elisa Brito comentó que para reclamar los derechos, las personas gestantes deben completar formularios web y que desde La Dirección de Políticas de Género están a disposición para facilitar y acompañar el proceso de efectivizar la denuncia. Concluyó haciendo hincapié en la libertad de elección y agregó “esa es la idea, empoderar a la mujer y que conozca sus derechos”. Adelantó que desde el área tienen una amplia agenda planeada hasta Mayo.