Inclusión

El golpe más fuerte para vencer las barreras

No es de puños, sino de pasión, dedicación y amor, tres aspectos que le pone la Escuela de Taekwondo adaptado del Grupo Vicario al trabajar con niños, adolescentes y adultos discapacitados. Anabel, impulsora de este proyecto, se inició en el deporte porque sufría bullying ; hoy, trabaja desde lo deportivo en la inclusión social. El año próximo se presenta un programa en el Mundial de Alemania que apunta a que sean más los instructores preparados para sumarlos.

  • 09/02/2019 • 13:23

Cuando era chica sufría bullying y empezó a practicar taekwondo para aprender a defenderse. Con el tiempo, se convirtió en una pasión para ella y hoy lleva 35 años practicando este deporte. Hace más de 5 años dio inició a un nuevo proyecto. Taekwondo adaptado. Chicos, adolescentes y adultos discapacitados lo aprenden.

Ella es Anabel Vicario, de Caleta Olivia, de la Escuela de Taekwondo adaptado del Grupo Vicario, la cual funciona en el Complejo Municipal. Tiene dos hermanas que enseñan a chicos convencionales. Contó a NOS cómo es trabajar en esta iniciativa, el rol social y deportivo, el proyecto para el 2019 a presentar en el Mundial de Alemania el próximo año y un mensaje para los padres que les da temor que su hijo practique este deporte. Cómo cambió su vida desde que empezó a trabajar con ellos.

Anabel siempre trabajó en el área de personas con discapacidad y con el tiempo comenzó a estudiar, se recibió de acompañante terapéutica, hizo un curso de estimulación temprana y es auxiliar de maestra especial. “Como me apasionaba tanto el tema y trabajar con estos alumnos quise juntar las dos cosas que más me gustan, que es el taekwondo y trabajar con estos niños. Así empecé”, contó.

Actualmente asisten niños con Síndrome de Down, TGD, parálisis cerebral, ceguera y autismo, y retrasos madurativos. El más chico tiene 6 años; el más grande, 48 años.

Ante todo, capaces

“Trabajar con estos nenes te llena totalmente de amor, no conocen otra cosa más que dar amor. La verdad que para mí es una pasión trabajar con ellos porque me demuestran todos los días lo que pueden hacer”, señaló Anabel en cuanto a sus sensaciones personales.

Asimismo remarcó que generalmente en el área de discapacidad se tiende a marcarles límites creyendo que ellos no son capaces de ciertas cosas y ahí es donde está el error porque de esta forma se subestima las capacidades que poseen.

Con la escuela se dio cuenta que “si vos les enseñas de la forma que tiene que ser y tenés la paciencia y el amor que se debe tener para poder enseñarles, ellos lo van a aprender”. Cada uno tiene sus tiempos y es importante respetárselos. “Todos dan el máximo de su potencial y la verdad que verlos superarse día a día para mi es maravilloso y me llena de orgullo como instructora”, agregó.

A ella, hace cinco años le cambió la forma de ver lo que es la discapacidad. “Uno siempre marca la persona con algún tipo de discapacidad y le pone limitaciones. Estoy muy orgullosa de mis alumnos y me di cuenta que somos nosotros quienes los condicionamos a ellos. Me llena de orgullo trabajar con ellos, que demuestran diariamente la fuerza de voluntad y la capacidad que tienen para superarse”, manifestó

Lo llevan en la sangre

Trabaja con todo tipo de patologías y todos juntos, solo están divididos por edades. Lo cual la lleva a tener asistentes, porque de acuerdo a la patología necesita un acompañante terapéutico o alguien que la ayude.

Sus asistentes son su hermana, su hija, su hijo, y una alumna de su hermana. A veces colabora también su sobrina. La dedicación por este deporte se lleva en la sangre.

“Es muy grato que mi familia colabore con lo que más me gusta hacer. Es un orgullo que mis hijos, mis hermanas y sobrina me ayuden y colaboren con el crecimiento de mi escuela, el personal y dentro del taekwondo de cada uno de mis alumnos”, expresó al respecto.

Reconocidos

Los alumnos participan de diferentes eventos como por ejemplo el Torneo Nacional donde estuvieron presentes en el área de adaptado, dando una exhibición en la cual mostraron todo lo que trabajaron y aprendieron. Siempre se suman a las diversas actividades.

Anabel recalcó que “a ellos les encantar mostrar este deporte, son unos apasionados de lo que practican. No faltan a las clases, son muy responsables y también destacar el acompañamiento de la familia que es fundamental. Estoy muy feliz”.

La escuela ha recibido el reconocimiento del Consejo Asesor de Discapacidad de Caleta Olivia, y además se les ha otorgado el Premio Emblema que se les dio por participar en diferentes áreas deportivas y de toda la sociedad.

Proyecto mundial

El balance de este 2018 fue más que positivo no solo por el crecimiento personal de los alumnos y el crecimiento de la Escuela. Además, actualmente están trabajando con el sabonim Leonardo Oros Duek y el sabonim Fabián Izquierdo. Éste, es el creador de “Taekwondo Kids”, donde se le enseña al niño de 3 a 7 años a aprender a través del juego. El primero reside en Israel y el segundo en Brasil. Juntos, llevan adelante un proyecto de taekwondo adaptado que se va a presentar el año que viene para la Federación Europea de este deporte, cuando se lleve a cabo el Mundial en Alemania.

Entrando en detalles, indicó que el mismo consiste en armar capacitaciones para los instructores que quieran trabajar con alumnos discapacitados, que le den la posibilidad de incluirlos en sus clases y que sepan cómo encarar cada una de las patologías sacando los miedos y tabúes que cada uno puede llegar a tener.

“Lo trascendental y lo que trabajamos principalmente es más que nada el tema de la inclusión. Es algo importantísimo que nos podamos capacitar para tener herramientas”, comentó Anabel.

Sobre la modalidad de trabajo dijo que utiliza mucho las pelotas de goma, elementos flúor para llamar la atención y así se va modificando para cada una de las patologías.

Seguidamente recalcó que “esto recién está empezando, por suerte. Queda mucho camino por recorrer. El programa que se presentará quiere esto, dar las herramientas a los instructores, que se animen y los incluyan dentro de sus clases”.

Perder el miedo

Por último, se le pidió un mensaje para aquellos padres que tienen temor de mandar a sus hijos a un deporte como este: “Que pierdan el miedo y confíen en el instructor. Uno dice taekwondo y se imagina lucha, pelea y otras cosas, pero el taekwondo es mucho más que eso. El taekwondo le permite al alumno desarrollarse en todos los ámbitos: físico, social y deportivo. Que hablen con el instructor y se saquen las dudas. Siempre invito a los padres a quedarse y observar la clase o a veces también participar”. Día a día pelean. Pero no en la zona de combate, sino que lo hacen por la inclusión y comienzan a ganar la batalla principal.

 

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