La cumbia santafesina de Zariband sonó en Tiempo FM

El proyecto dedicado a la cumbia santafesina inició su camino en abril del 2017 y rápidamente se abrió camino en los escenarios de la ciudad mostrando una gran calidad musical en sus integrantes, lo que los llevó a ser requeridos en un buen número de fiestas privadas aunque también a compartir shows con formaciones que ya cuentan con trayectoria dentro de la escena cumbiera de la capital. Bien considerados por sus colegas y, lo más importante, el público, buscan proyectarse durante este 2019 buscando temas nuevos, mejorando la imagen escénica y manteniendo la calidad en su sonido. 

El proyecto se formó y creció impulsado por Pablín Paredes, percusionista de Zariband y también otras formaciones de la ciudad. En principio fue una charla informal, aunque tres años después se iniciaba este camino que, entre otras cosas, los llevará el próximo 7 de febrero al escenario de la Fiesta Nacional del Róbalo en Puerto Santa Cruz. “A mí me daba vergüenza, el me insistió hasta que me animé”, cuenta Zarina.

Fue Pablín el que también imprimió el estilo musical, “él formo la banda, buscó los músicos y él es el que se encarga de armar todo eso”.

Si bien al comienzo la vocalista dudó de iniciar con el proyecto porque se imaginaba un estilo más ligado a la cumbia pop, cuando empezaron a ensayar terminó de definirse. “Hacemos música santafecina, tratamos de hacer temas por ahí más actuales y ¨pasarlo a sanafesino¨, agregarle el gustito del acordeón, otras cosas”.

Zariband cuenta con un total de 7 músicos estables aunque el año pasado organizaron una fecha propia y especial, donde subieron al escenario un total de 13 músicos, tal vez la experiencia más significativa para la banda, y la cual buscarán repetir durante este 2019.

Consultada sobre las puertas que se abren en la ciudad Zarina contó: “La verdad que cuando arrancamos el año pasado, que era el segundo año, por ahí pensamos que iba a estar un poco más difícil, pero fue increíble lo que trabajamos”, y remarcó: “Lo importante es que fueron muchas fiestas privadas, casamientos, cumpleaños, algunas empresas, que por ahí es lo que más cuesta. No es fácil pagar una banda, un sonido, pero trabajamos un montón”.

En cuanto a la respuesta del público contó: “Solemos hacer cosas para que la gente se integre, los hacemos participar, les llevamos regalos”, y continuó: “En lugares cuesta un poco más, no toda la gente tiene la misma onda y a muchos les das vergüenza salir a bailar, pero siempre le ponen lo mejor”.

Con relación a la participación que tendrán en la Fiesta Nacional del Róbalo expresó: “Estamos muy contentos porque no lo esperaba, al tener tan poco tiempo la banda. Nos estamos preparando para eso y  cuando volvamos vamos a parar un poco para seguir sacando temas nuevos y arrancar en marzo”. Vale la pena mencionar que si bien la banda cuenta con un letrista, aún no se han animado a dar el paso de los temas propios, aunque sin lugar a dudas no pasará mucho tiempo.

Otra señal o muestra del esfuerzo que los músicos hacen en esta parte del país, como en muchas otras, es el trabajo extra que deben realizar para cubrir los gastos que conlleva la formación de un proyecto musical. “El 24 de febrero vamos a estar vendiendo pizzas caseras”, contaron, es que entre otras cosas intentan imprimir una imagen especial sobre el escenario. “Soy medio pesada con la ropa de ellos. Tienen 5 o 6 vestimentas, compramos zapatos, vamos a mandar a hacer unos sacos, tenemos hebillas con la ZB. La imagen es importante en este tipo de proyectos”, cuentan de alguna manera como símbolo de la profesionalización que buscan de cara al futuro.